martes, 31 de marzo de 2009

Reiventando la emancipación social

Una nueva entrega de la colección Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano, preparada por CLACSO.
Boaventura de Sousa Santos
Es un enorme gusto estar por primera vez aquí, en Bolivia. Pienso que vivimos un tiempo que exige que las soluciones a los problemas políticos sean discutidas en un campo más amplio de debate sobre los conocimientos, sobre la epistemología y sobre la teoría.
Hoy me voy a concentrar en los aspectos políticos, señalando que vivimos un tiempo paradójico que nos crea, por un lado, un sentimiento de urgencia –es decir, tenemos que actuar ahora porque ya no aguantamos más la injusticia social en el mundo y porque hay un colapso ecológico–, mientras que por otro lado está la guerra, que parece la mejor manera de resolver los conflictos. Marx decía que el capitalismo tiene una capacidad destructiva, y parece que en este momento tenemos mucha más destrucción que creatividad. Sin embargo, por otro lado hay un sentimiento opuesto, que es el sentimiento de que, dada la amplitud de los problemas que enfrentamos, necesitamos cambios muy complejos y muy amplios, que son cambios civilizacionales: necesitamos otra civilización. Ya no basta tomar el poder; hay que transformar el poder, hay que transformar las sociedades.
De alguna manera pensamos que, al punto que llegamos, los instrumentos que fueron creados para traer una emancipación social están produciendo el efecto opuesto, un efecto perverso. Hoy sabemos que se violan los derechos humanos para, aparentemente, preservarlos; se destruye la democracia, aparentemente para defenderla; se destruye la vida, aparentemente para defenderla (un millón de personas ha muerto en los últimos cuatro años en Irak). Es decir que hay una contradicción tan fuerte que parece que el concepto de revolución, si hoy es aceptable, tiene que ser entendido no en una concepción de Marx, pero probablemente sí en una concepción de Walter Benjamin.
Para Walter Benjamin la revolución no era el motor de la historia; era un freno antes del abismo. Es decir que tenemos que crear una revolución para impedir que caigamos en el abismo, y me parece que eso es lo que está pasando. Con esta idea de los tiempos muchas cosas están confundidas: está confundida la idea del corto plazo con la idea del largo plazo, porque por un lado hay una urgencia de dar prioridad a la táctica, a alianzas heterogéneas, limitadas, etc., y por otro lado es necesario dar prioridad a las estrategias, a una idea ideológica del futuro y de otra sociedad. Entonces hay una desestabilización entre los conceptos de largo y de corto plazo, y también una confusión o una desestabilización en los conceptos de reforma y de revolución. Leer más...

domingo, 29 de marzo de 2009

El juego de la geopolítica en Centroamérica

En Centroamérica están aconteciendo hechos que permiten afirmar que, a 13 años de la firma del último acuerdo de paz en la región, las fuerzas de izquierda que en ese momento apostaron por la vía electoral, han ganado espacios importantes que están reperfilando el espectro político del istmo.
Rafael Cuevas Molina/ Presidente AUNA-Costa Rica
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, ha invitado a una reunión de mandatarios centroamericanos con el Vicepresidente norteamericano, Joseph Biden, el lunes 30 de marzo. Se han excusado de asistir el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y el de Nicaragua, Daniel Ortega. Solo estarán, entonces, Álvaro Colom de Guatemala, y Elías Antonio Saca de El Salvador quien, por demás, ya está de salida. Una desteñida cita que refleja cómo se expresan en Centroamérica, región de importancia geoestratégica para los Estados Unidos, los pesos y contrapesos de las tendencias políticas contemporáneas en América Latina.
En efecto, tan solo cinco días antes, todos los mandatarios centroamericanos, con excepción de Oscar Arias (quien envió a su canciller a la cita), se reunieron en Managua en el marco del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), que es presidido pro tempore por el presidente Daniel Ortega. La ausencia de Arias no es casual, y se inscribe en lo que TeleSUR ha calificado, basándose en distintas fuentes diplomáticas, como "un supuesto rechazo al gobierno de Daniel Ortega que en el caso de Costa Rica ha pasado a ser activo".

(Arias prefirió realizar una gira a México y observar un juego de fútbol, antes que reunirse con los mandatarios centroamericanos en Managua).

Evidentemente, aquí no se trata de un problema personal entre Arias y Ortega ni mucho menos, sino una expresión más de las contradicciones que el gobierno costarricense ha tenido con aquellos gobiernos latinoamericanos que se inscriben en una política no alienada con Washington. No está de más traer a colación, aquí, las declaraciones hostiles del presidente Arias hacia el mandatario Hugo Chávez, de Venezuela, que solo se vieron atemperadas cuando, al calor de la subida de los precios del petróleo, Costa Rica vio en Petrocaribe una tabla de salvación.
Ambas reuniones, la de Managua el 25 y la de San José el 30 de marzo, se inscriben en el contexto del triunfo en El Salvador del FMLN, hecho histórico que, en las actuales circunstancias, vuelcan la balanza en Centroamérica a favor de las fuerzas que se encuentran enfrascadas en la búsqueda de modelos posneoliberales. La importancia de este triunfo en el pulgarcito centroamericano se evidencia por la prontitud con la que la administración Obama se puso en contacto con el nuevo presidente electo, primero con la llamada del mismo presidente norteamericano a Mauricio Funes, apenas 48 horas después de resultar electo, y luego, por la visita que realizara a ese país, tres días después de la victoria electoral de la izquierda salvadoreña, el encargado de la diplomacia estadounidense para América Latina, Thomas Shannon, quien le trasmitió el deseo de su país de seguir desarrollando las relaciones bilaterales.
Evidentemente, nos encontramos ante una recomposición de fuerzas en el istmo, en donde Costa Rica intenta transformarse en intermediario entre los países centroamericanos y la gran potencia del Norte. Para ello, apela a su larga e inalterable tradición de aliada de los Estados Unidos, que ha tenido diversas expresiones a través de la historia, siendo una de las más relevantes la que jugó en la década de los 80, cuando declaró su neutralidad perpetua pero permitió el accionar de la Contra desde su territorio para agredir a Nicaragua. Quizá como entonces, cuando sacó una jugosa tajada de ayuda económica calculada en más de un millón de dólares diarios canalizados a través de la AID, también ahora está buscando la forma de agenciarse dividendos que no le caerían nada mal por aquello de la crisis mundial.
Independientemente de las idas y venidas de las diplomacias costarricense y norteamericana, en Centroamérica están aconteciendo hechos que permiten afirmar que, a 13 años de la firma del último acuerdo de paz en la región, las fuerzas de izquierda que en ese momento apostaron por la vía electoral, han ganado espacios importantes que están reperfilando el espectro político del istmo. Lógicamente, los proyectos que hoy impulsan esas fuerzas no son los mismos de entonces, pero continúa inalterable el compromiso con los sectores populares y sus secularmente postergadas demandas. No hay que perderlos de vista y hacer votos porque, ojalá, puedan avanzar en las difíciles condiciones en las que les toca llegar al poder.

Costa Rica: ¿Hacia dónde nos lleva la crisis?

La Comisión Nacional de Enlace es una instancia de diálogo y coordinación política que, desde su creación en noviembre del 2003, impulsa la resistencia social y popular frente al TLC con Estados Unidos. En este comunicado, la Comisión analiza la realidad costarricense en el doble escenario de la crisis financiera global y la profundización de nuestra condición dependiente de la economía estadounidense; además, manifiesta que "la crisis ofrece un escenario especial para renovar y radicalizar posiciones, afianzarlas programáticamente y avanzar políticamente con la clase trabajadora y con los sectores populares más desprotegidos, con una comprensión integral de la misma y del carácter de esta lucha".
Comisión Nacional de Enlace - Comunicado Político
La crisis avanza inexorablemente a escala global y no se vislumbra una salida fácil. Todo lo contrario, la situación se está complicando en todos los terrenos y en todos los países y ya no es posible anticipar qué le espera a la mayoría de los habitantes del planeta. En este difícil contexto, el capitalismo mundial, lejos de variar el peligroso rumbo, sigue con sus intereses rapaces y expoliadores con el afán de hacerse con lo que queda de riqueza por medio de sus emporios transnacionales e incluso recurriendo a la guerra.
Es evidente que estamos en presencia de una profunda crisis sistémica de gran envergadura que no podrá ser resuelta por medio de los mecanismos políticos y económicos tradicionales, ni se reducirá a unos cuantos meses o años. La situación por la que atraviesa el mundo es verdaderamente complicada y Costa Rica, como país pobre que es, dependiente cada vez más de la economía estadounidense especialmente a partir de su ingreso al TLC con esa nación, sin una base productiva propia, es aún más vulnerable por lo que, la difícil situación económica, financiera y social de los Estados Unidos, le impactará negativa y directamente en muchos ámbitos.
Nuestro país acaba de concluir una importante faceta de la lucha contra el Tratado de libre Comercio con Estados Unidos. Esa lucha tuvo una duración de aproximadamente seis años, período en el que hubo un involucramiento directo de gran cantidad de sectores opuestos a ese Tratado. Se publicaron libros donde se advertía sobre las consecuencias de aprobarlo, se hicieron foros y pronunciamientos de importantes instancias como las Universidades y colegios profesionales. Sindicatos, cooperativas, iglesias, organizaciones estudiantiles, campesinas, indígenas, de mujeres, etc, se pronunciaron advirtiendo sobre las consecuencias negativas del Tratado y de los proyectos de la agenda de implementación. Desde la Comisión Nacional de Enlace, constituida en noviembre del 2003, se desarrolló un intenso trabajo a lo largo y ancho del país. Finalmente el Tratado se aprobó por medio de un Referéndum fraudulento en un ambiente donde imperaron las descalificaciones, los engaños y una enorme desigualdad en el acceso a los medios de comunicación y financieros.
A sólo año y medio desde que el país cedió el control estatal de las telecomunicaciones, los seguros, la propiedad intelectual y otros asuntos que debilitaron su soberanía, estalló la más devastadora crisis económica a escala global y quedaron en entredicho todas las “bondades” de ese instrumento comercial. A pesar de ello no vemos en los sectores sociales, académicos, religiosos y políticos el mismo entusiasmo por alertar al pueblo de Costa Rica sobre las consecuencias de esta crisis. Hoy vemos cómo la Cámara Nacional de Radio-CANARA, que atacó y sigue atacando de manera feroz y falaz a los sectores sociales opuestos al Tratado y a la agenda de implementación, ahora está llorando por las primeras consecuencias nefastas, derivadas de la aprobación de las leyes de propiedad intelectual. Igualmente pronto lo harán las empresas de cable y otras basadas en las telecomunicaciones cuando ya no puedan aprovecharse libremente del soporte y de los beneficios de una empresa estatal como el ICE y tengan que supeditarse a los dictados de la SUTEL y a los mecanismos de la competencia.
En este ambiente tan incierto, donde la baja en el empleo y en la calidad de vida ya empezó a afectar a los costarricenses, hay ausencia de documentos, análisis, pronunciamientos y propuestas desde importantes instancias que tienen mucho que aportar como son las Universidades Públicas; particular preocupación nos genera la Iglesia Católica por su silencio, inferimos que se debe a que quieren mantener su “neutralidad” complaciente que sin duda favoreció (y favorece todavía) a los sectores neoliberales que propugnaron por la aprobación del TLC. Para las altas autoridades de la Iglesia parece que tienen más peso sus inversiones en el Grupo Sama que la población más pobre y desprotegida.
Otros sectores, como los partidos políticos y diversos sindicatos están intoxicados por el tema electoral y solo miran el 2010 como único escenario posible. En política las cosas no son lineales y si no existe una posición generalizada que endurezca, articule y radicalice la acción y el discurso a favor del pueblo y con propuestas de acciones contundentes para enfrentar la crisis, los resultados no serán favorables a esos intentos. La crisis debe convertirse en un instrumento para denunciar a los neoliberales y apologistas del mercado que la propiciaron y también de lucha y movilización, para que los sectores populares pasen a la ofensiva propugnando por la transformación del Estado a su favor y para cambiar el modelo dominante. No se trata de discursos vaciados de contenido ni de un “cambio con alegría”, como una precandidata recientemente anunciaba. Es otra cosa lo que está en juego.
La crisis ofrece un escenario especial para renovar y radicalizar posiciones, afianzarlas programáticamente y avanzar políticamente con la clase trabajadora y con los sectores populares más desprotegidos con una comprensión integral de la misma y del carácter de esta lucha. El gobierno bicéfalo e ilegítimo de los Arias y sus aliados camina por la alfombra negra de la corrupción sin que lo enfrente una oposición real de los sectores más conscientes y progresistas del país que aspiran a ser electos en la futura contienda electoral. Si se sigue por este camino pro-sistémico y complaciente, no hay duda de que los neoliberales ganarán de nuevo las elecciones para poder seguir haciendo sus oscuros negocios a costa de los recursos del país. Por ello es que las posiciones favorables al “diálogo” y al cogobierno que salve al capitalismo neoliberal del desastre, promovidas por algunos dirigentes sindicalistas y por la ANEP y felicitadas por el mismo PAC, no pueden interpretarse más que como validaciones que se le hacen a un gobierno neoliberal, entreguista y corrupto.
Ninguna opción electoral avanzará cuantitativa ni cualitativamente en términos de construcción y acumulación de mayorías sociales y políticas si no radicaliza, amplía y profundiza su visión, su análisis, sus posiciones y su discurso y se inserta de lleno en la lucha social, con propuestas que vayan más allá de este “plan escudo” que no es más que la propuesta de la derecha neoliberal para trasladarle los costos de la crisis a la clase trabajadora. Denuncia del reformismo y del consenso timorato, más resistencia, más movilización y el impulso de un nuevo programa de acción de masas para recuperar y vigorizar la iniciativa histórico-política transformadora, es la única respuesta del movimiento popular en esta coyuntura.

20 de marzo de 2010

Cumbre de las Américas: ¿Vino nuevo en odres viejos?

Difícil será que la nueva política que se está creando en la América Latina Caribeña, pueda incluirse en estructuras caducas creadas en los tiempos de plena hegemonía del imperio estadounidense. La idea maestra del general Sandino en su “Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar”, vale decir, la conformación de la Alianza Latinoamericana, sí es el camino.
Fernando Ramón Bossi* / ADITAL
La diplomacia estadounidense de la “era Obama” en estas próximas semanas comenzará a desplegar su estrategia, en medio de las turbulencias acarreadas por la profunda crisis que transita el sistema capitalista mundial. El “involucramiento vigoroso”, la “diplomacia directa” o el “poder inteligente”, figuras a las que ha apelado la Secretaria de Estado Hillary Clinton al referirse a la nueva política exterior del Pentágono, se verán expuestas concretamente en dos eventos de importancia sustancial: la reunión del G-20, el 2 de abril próximo en Londres y la V Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo entre el 17 y 19 de abril en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago. En ambos eventos participará el presidente estadounidense Barak Obama.
La primera reunión, la del G-20, contará con la presencia de tres países latinoamericanos: Brasil, Argentina y México. Pero todas las expectativas, más allá de las conclusiones en que allí se arriben, teniendo en cuenta que la crisis avanza en forma galopante, están centradas en la bilateral que mantendrá Barak Obama con su par ruso Dimitri Medvedev.
El presidente estadounidense llega a esta reunión con un fuerte as en la manga: la incorporación de Francia al Comando Militar de la OTAN, que se concretará formalmente en la no menos importante reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que se realizará un día después de la del G-20 en la frontera franco-alemana.
Las últimas declaraciones del presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller germana Angela Merkel, manifiestan su disposición a trabajar conjuntamente con los Estados Unidos para salir de la crisis. Los gobiernos representantes del gran capital se unen para enfrentar la crisis, cerrando el paso a las llamadas “economías emergentes”, trasladar los costos al Tercer Mundo y “poner en caja” a los gobiernos “díscolos”. La fuerza militar también cuenta en el debate inter-imperialista. “Europa necesita una alianza con Estados Unidos para crear su propia fuerza militar autónoma y compartir con los estadounidenses las tareas de velar por la seguridad mundial en momentos de crisis”, señaló el político francés Alain Lamassoure.
¿Cuál será el papel que cumplirán los presidentes de los países latinoamericanos en la reunión del G-20? ¿Avalarán las políticas dictadas por las grandes potencias capitalistas? La postura que asuman los presidentes de Brasil y Argentina repercutirá sin duda en la reunión de Puerto España.
Ahora, enfocándonos puntualmente en la Cumbre de las Américas, observamos que en las últimas semanas Washington ha lanzado una marcada ofensiva diplomática en la región. El vicepresidente estadounidense, Joe Biden visitará Chile, donde se reunirá con la presidenta Michelle Bachelet; el presidente de Brasil, Ignacio Lula da Silva; el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez; la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner; el primer ministro de Noruega Joe Stoltenberg y el primer ministro británico George Brown. El cónclave se realizará bajo el lema “Una Respuesta Progresista a la Crisis Global” y la prensa la identifica como Cumbre de Líderes Progresistas.
Inmediatamente después del encuentro en Viñas del Mar, Chile, Joe Biden partirá hacia Costa Rica para mantener una reunión con el presidente Óscar Arias, a la que asistirán diferentes mandatarios centroamericanos. Por otra parte, la secretaria de Estado Hillary Clinton confirmó un viaje a México para reunirse con su homóloga Patricia Espinoza. También hay que tener presente que el Primer Ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, aliado de los Estados Unidos, culminó una gira que incluyó reuniones con los presidentes de México, Nicaragua, Brasil, Paraguay, Venezuela y Ecuador. El despliegue de la diplomacia estadounidense parece tener como finalidad preparar la presentación de Obama ante los mandatarios latinoamericanos de la mejor manera, para no repetir la derrota sufrida en la cumbre anterior realizada en Mar del Plata, Argentina.
Recordemos que la Primera Cumbre de las Américas se realizó en Miami, Estados Unidos, en diciembre de 1994, cuando toda la América Latina Caribeña –con excepción de Cuba- era gobernada por presidentes adeptos al modelo neoliberal. Allí fue cuando se decidió avanzar en una agenda común, impulsando la creación del ALCA. En la Tercera Cumbre de las Américas, en Québec, Canadá, que fue en abril de 2001, surgió la famosa Carta Democrática Interamericana. Y en todas estas cumbres se acordaron una serie de objetivos relacionados con el fortalecimiento de la democracia, la justicia y los derechos humanos; la promoción de integración y libre comercio; la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico. Meras declaraciones que en nada han incidido positivamente en las políticas regionales, más bien, con la actitud siempre imperialista del Pentágono, han ayudado a agravar la situación de cada uno de nuestros países.
Sin duda que la más importante de estas Cumbres fue la IV, donde con actitud valiente y digna, varios presidentes latinoamericanos hicieron dar marcha atrás al proyecto recolonizador del ALCA. En esa reunión, Bush y el imperialismo yanqui fueron derrotados categóricamente. Quienes lo derrotaron fueron un grupo de presidentes decididos a defender las soberanías mancilladas por la acción criminal del Consenso Washington. Este grupo, hoy, está aún más fortalecido. Obama lo sabe y no querrá seguir la suerte de su antecesor.
Jeff Davidow, diplomático estadounidense encargado de la V Cumbre, indicó que Obama llegará a la reunión con un "espíritu de igualdad" y que percibe el encuentro como "una oportunidad para reunirse con los líderes, intercambiar ideas y escuchar", a partir de una posición respetuosa hacia todos sus pares. Obama, cuando entre sus primeros anuncios referenciados a América Latina, incluyó cerrar la prisión de Guantánamo y eliminar restricciones comerciales a Cuba, ganó la simpatía de una importante franja de la población latinoamericana.
La actitud del nuevo presidente norteamericano es tomar distancia de aquella que caracterizó al gobierno de Bush. Dan Restrepo, Director de Asuntos Hemisféricos en el Consejo Nacional de Seguridad, trata de demostrar en todas sus declaraciones que en la región no hay antinorteamericanismo, sino que lo que hubo fue antibushismo. Obama intentará seducir, esgrimiendo la “zanahoria” –en primera instancia- como lo anunció en su campaña electoral.
Pero el rostro afable que pretende presentar el nuevo gobierno de la Casa Blanca, ya comienza a mostrarse en su verdadera dimensión. En visita a Guatemala el Secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon señaló: "No hay mucho que podamos hacer para evitar la reducción de las remesas y las exportaciones. Antes nosotros tenemos que resolver nuestra crisis económica", y agregó que “se reducirán las importaciones de América Central...Washington poco puede hacer para ayudar a la región”. Asimismo Jeff Davidow, ante las expectativas de algunos mandatarios de la región de contar con la ayuda de Estados Unidos para enfrentar los efectos de la crisis, declaró groseramente: “Obama no es Papá Noel". Este alto funcionario, ex embajador en Venezuela y México, es el autor de un modesto pero interesante libro titulado “El oso y el puercoespín”, en referencia a las relaciones entre Estados Unidos y México.
Ahora, esta V Cumbre de las Américas que se llevará a cabo bajo el rimbombante lema de “Asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental”, contiene un proyecto de declaración de compromiso que, en lo sustancial, no se diferencia de las anteriores, poniendo su eje en las inversiones y las políticas de mercado. Una declaración anodina cuando no peligrosamente neoliberal.
Pero el tema central de la Cumbre será el tema Cuba. La nueva correlación de fuerzas en el hemisferio indica que una resolución positiva para Cuba debe surgir de este evento. El presidente Daniel Ortega lo ha planteado con firmeza: “Cuba no nos está pidiendo participar en esa Cumbre, pero por dignidad estamos pidiendo se suspenda el bloqueo (de Estados Unidos) a ese hermano país, para poder decir que la reunión es una Cumbre de las Américas, y es un tema a abordar con la debida claridad”. Asimismo el diplomático nicaragüense Orlando Gómez afirmó: “Centroamérica no es más el patio trasero de los Estados Unidos... pero se puede empezar un nuevo ciclo histórico de las relaciones en un plano de igualdad soberana y respeto entre los países que integran nuestra región y la gran nación del norte”.
A este reclamo se sumó el mandatario venezolano Hugo Chávez al afirmar que presionará a Estados Unidos para que levante el embargo comercial de más de cuatro décadas impuesto a Cuba y agregó: “El presidente estadounidense Barak Obama está en la obligación moral de suspender el bloqueo a Cuba. Por nuestra parte, nosotros sólo pedimos respeto para Venezuela. No nos arrodillamos ante nadie". Chávez también manifestó que si el nuevo gobierno norteamericano "verdaderamente quiere sostener otro tipo de relaciones con América Latina, debe tratar a todos los gobiernos con respeto".
El asesor de Lula en política internacional Marco Aurelio García fue claro al respecto: "El tema de Cuba va a aparecer porque hay un sentimiento muy generalizado en América Latina de que el embargo no tiene más sentido, de que forma parte de la agenda superada de la Guerra Fría". En su opinión, "la normalización de las relaciones con Cuba tendría un efecto extraordinario en la imagen de Estados Unidos. Pienso que, en un primer momento, las iniciativas estadounidenses tienen que ser unilaterales, sin ningún condicionamiento", apuntó el político brasileño.
En Caracas, un día antes de la V Cumbre, se reunirán los presidentes de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, a fin de diseñar una estrategia conjunta para la reunión en Trinidad y Tobago. Nada más correcto.
¿Comenzará la anunciada política de la zanahoria y el garrote? ¿Será Puerto España el escenario donde Nuestra América reafirme su decisión de ser verdaderamente independiente? Estamos seguros que la dignidad de los latinoamericanos caribeños será defendida a capa y espada por muchos presidentes de la región, como también estamos seguros que Cuba estará presente a través de sus hermanos de la Patria Grande.
“Poner vino nuevo en odres viejos no es conveniente”, dijo Jesús de Nazaret hace casi 2000 años. Difícil será que la nueva política que se está creando en la América Latina Caribeña, con países realmente soberanos y gobiernos antiimperialistas y revolucionarios, puedan incluirse en estructuras caducas creadas en los tiempos de plena hegemonía del imperio estadounidense. La idea maestra del general Sandino en su “Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar”, vale decir, la conformación de la Alianza Latinoamericana, sí es el camino.
* Director de la Escuela de Formación Política Emancipación.

80 aniversario del Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar

En marzo de 1929, desde las montañas de Las Segovias en Nicaragua, Augusto César Sandino presentó a los gobernantes de los 21 estados latinoamericanos -de aquel momento- un documento fundamental en la historia y el pensamiento de nuestra América: el "Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar".
En el Exordio del Plan, Sandino escribió:
"Variadas y diversas son las teorías para lograr, ya sea un acercamiento, ya una alianza, o ya una Federación, que comprendiendo a las veintiún fracciones de nuestra América integren una sola NACIONALIDAD. Pero nunca como hoy se había hecho tan imperativa y necesaria esa unificación unánimemente anhelada por el pueblo latinoamericano, ni se habían presentado las urgencias, tanto como las facilidades que actualmente existen para tan alto fin históricamente prescrito como obra máxima a realizar por los ciudadanos de la América Latina.
Ya hemos tenido oportunidad de declarar que se "cometió el primer error en nuestra América Indo Latina al no haberla consultado para la apertura del Canal de Panamá: pero todavía podemos evitar un error más con el Canal de Nicaragua."
Hondamente convencidos como estamos de que el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo, y que ya no atiende a teorías de derecho y de justicia pasando sin respeto alguno por sobre los inconmovibles principios de independencia de las fracciones de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, consideramos indispensable, más aún inaplazable, la alianza de nuestros Estados Latinoamericanos para mantener incólume esa independencia frente a las pretensiones del imperialismo de los Estados Unidos de Norteamérica, o frente al de cualquiera otra potencia a cuyos intereses se nos pretenda someter".
Hoy, 80 años después, en una coyuntura política, económica e histórica completamente diferente, las ideas de Sandino conservan su vigencia y su capacidad para iluminar las luchas sociales y populares, en las actuales condiciones y desafíos a los que se enfrentan nuestros pueblos.
Por este motivo, ponemos a disposición de l@s lectores de Con Nuestra América este documento íntegro, por lo que l@s invitamos a hacer CLICK en el siguiente enlace:
"Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar"

México: Caos e intervención

El escenario es deplorable: mexicanos aniquilando mexicanos mientras Estados Unidos, su aparato de seguridad y sistema bancario sacan jugo con la dinámica entre el tráfico y consumo sin control de drogas allá y la venta de armas aquí. Al norte, los dólares, al sur las balas y las pilas de cadáveres.
John Saxe-Fernández / http://jsaxef.blogspot.com/
Cuatro son los pilares de los juegos geoestratégicos propiciados por el aparato de seguridad de Estados Unidos en México: armas, droga, negocio y caos. El término juegos es engañoso. No son travesuras espontáneas sino sangrientos esquemas encaminados a eliminar, del Bravo a la Patagonia, obstáculos jurisdiccionales al dominio hegemónico y empresarial de Estados Unidos (EU) sobre naciones con recursos humanos y naturales estratégicos. México y Colombia son los campos de prueba para impulsar la doctrina de las fronteras flexibles, como ya lo experimentó Ecuador en Sucumbios el año pasado.
El manejo que hace el aparato de seguridad de EU de la dinámica entre armas, negocio y drogas es central en la promoción del caos y la inestabilidad en dichos países que es base y excusa para la intervención y ocupación militar. Son realmente espectaculares y muy preocupantes los datos ofrecidos por instancias oficiales del gobierno mexicano sobre la cauda inagotable de armamento de gran calibre, volumen y alta tecnología que, bajo las narices (si no es que con la venia) de las aduanas de EU, se envía a México: se han asegurado 29 mil armas de nueva tecnología de uso exclusivo militar como lanza granadas MGL calibre 37 y 40 milímetros; fusiles Barret 50; sub ametralladoras y pistolas belgas importadas por EU y enviadas de manera expedita a México; armamento diseñado para penetrar vehículos blindados, cohetes anti tanque M72 y At4; lanza-cohetes; granadas de fragmentación como las usadas contra la población en Morelia el 15 de septiembre de 2008 –un operativo utilizado para el lanzamiento de la Iniciativa Mérida.
Ese armamento, por su volumen, (imposible de escapar a la detección en aduanas), alto calibre junto con un probable despliegue de mercenarios y/o fuerzas especiales bajo cubierta, serían ingredientes centrales de los esquemas de ampliación militar del Departamento de Defensa (DdD) en curso en México, montados en el baño de sangre en que se transformó la militarización de la guerra contra el narco con que dio inicio un sexenio huérfano de legitimidad después de la cuestionada elección de 2006.
El escenario es deplorable: Mexicanos aniquilando mexicanos mientras EU, su aparato de seguridad y sistema bancario sacan jugo con la dinámica entre el tráfico y consumo sin control de drogas allá y la venta de armas aquí. Al norte, los dólares, al sur las balas y las pilas de cadáveres. Todo con graves riesgos para la soberanía e integridad territorial del país y sus vastos recursos naturales. Es una dinámica en la que los organismos de espionaje de EU y su DdD, ahora bajo Robert Gates, ex director de la CIA, juegan un papel primordial: la inter-relación con y protección de, los negocios mundiales del narco y el tráfico de armas, quedaron ilustrados en el escándalo Irán-contras, un operativo secreto de la CIA para financiar la guerra de Reagan contra la revolución sandinista usando dinero del tráfico ilegal de armas a Irán.
Según Michel Chossudovsky, Gates está implicado en el Irán-contra y hoy las fuerzas de ocupación en Afganistán apoyan el narcotráfico que produce cerca de 200 mil millones de dólares en ingresos para el crimen organizado, las agencias de inteligencia e instituciones financieras occidentales. (Voces del Periodista, III-09). Además, se ha documentado que la CIA jugó un papel central en el desarrollo de los triángulos de la droga latinoamericanos y asiáticos.
Estos fabulosos negocios y arreglos siguen bajo la protección de los servicios de inteligencia de EU indicando su vigencia bajo el nuevo gobierno demócrata, lo que además ofrece una base para la interpretación adecuada de un documento del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas cuyo eje es el caos en México, ante el cual EU estaría obligado a dar una respuesta dadas las consecuencias para su seguridad interna. Lo que no se menciona es el papel de EU en la génesis del caos inducido por medio del trinomio armas-negocio-drogas.

La crisis del TLCAN

Las medidas neoliberales y de privatizaciones impulsadas desde 1994 con el TLCAN han provocado que en la actualidad 11 Estados de los 31 existentes en México aparezcan con elevados índices de pobreza.
Hedelberto López Blanch / Rebelion
La economía mexicana, ligada a la de Estados Unidos como un cordón umbilical, sufrirá en 2009 uno de los más fuertes declives de su historia debido a la crisis generalizada que padece el gigante del norte.
Muchos analistas afirman que la crisis que envuelve a Estados Unidos y que se ha diseminado rápidamente por la mayoría de las naciones del mundo, es más profunda y abarcadora que la ocurrida en los años 30 del pasado siglo.
Uno de los motivos de la actual situación fue que Estados Unidos dejó de ser líder de la industria mundial para privilegiar el liderazgo financiero. De esa forma creó una estructura de fortaleza basada en la especulación de capitales financieros que se han desplomado.
Las transnacionales norteamericanas y de otros países desarrollados instalaron o se adueñaron de fábricas de producción en naciones del Tercer Mundo para reducir sus costos, exportar a sus matrices y obtener mayores ganancias.
La apertura al capital privado que puede comprar a bajos precios empresas productoras, de servicios, minas y tierras agrícolas a cambio de una supuesta inversión y creación de empleos en esas naciones, se encuentra en la estrategia fundamental para la promoción de Tratados de Libre Comercio, francos de flujos de capitales y de mercancías.
México, por su cercanía, riquezas y dependencia de Estados Unidos fue en 1994 el primer país escogido para integrar, junto con Canadá, el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Pero el desarrollo desigual de México con respecto a Estados Unidos ha dado como resultado que el TLCAN haya incrementado en todos los aspectos la dependencia de la nación azteca hacia Washington.
Al abrirse el mercado, desde el norte comenzaron a entrar con bajos o sin impuestos productos como arroz, maíz, sorgo, frijoles, que dieron al traste con los agricultores nacionales al no poder competir con los grandes consorcios subsidiados norteamericanos.
La pobreza se incrementó en el campo y millones de campesinos emigraron hacia las ciudades para tratar de buscar algún sustento que casi nunca pueden obtener.
La Población Económicamente Activa de México (PEA), es de 46 millones, de los cuales menos de 14 millones tienen empleo permanente. La realidad es que el 69 % de la población en edad de trabajar está desempleada o con empleo informal, es decir, vendedores ambulantes.
La situación se agudiza cuando se conoce que de los 105 millones de habitantes, 54 millones se encuentran en un deplorable estado de miseria e insalubridad que se comparan solo con los países más pobres del mundo.
Las medidas neoliberales y de privatizaciones impulsadas desde 1994 con el TLCAN han provocado que en la actualidad 11 Estados de los 31 existentes en México aparezcan con elevados por cientos de pobreza: Chiapas 72,1; Oaxaca 68,8; Veracruz 59,2; Tabasco 59,8; Hidalgo 59,2; San Luis Potosí 57,3; Puebla 56,4; Zacatecas 55,1; Yucatán 54,8; Campeche 54,1, y Michoacán 51,2.
Mientras México importa la mayoría de mercancías y productos básicos desde Estados Unidos, a la par envía hacia esa nación el 80 % de sus exportaciones, muchas de estas, controladas por las transnacionales que son monetariamente las mayores beneficiarias.
Al caer en la abrupta crisis económica, el mercado estadounidense restringe la compra de productos lo cual afecta directamente a México que deberá buscar otras plazas donde colocar sus mercancías, lo que resulta difícil en la actualidad.
El aumento de los precios, unido al crecimiento del desempleo, motivaron que los alimentos de la canasta básica, sean inalcanzables para el 70 % de los habitantes, según Gonzalo Hernández, director del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
Los datos son elocuentes: el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (DF), Emilio Álvarez, denunció que en la capital mexicana seis de cada 10 niños carecen de atención médica. En otras ciudades y Estados la cifra es más elevada. Álvarez precisó que los padres deben costear los gastos de salud y lo peor es que son familias de escasos recursos que no pueden pagar ni las consultas ni las medicinas.
El sistema educativo pasa por la misma situación pues de los niños que pueden incorporarse a un aula, dejan la primaria más del 20 % y en secundaria solo se gradúan un 30 %. El presidente de la Comisión de Derechos Humanos dijo que la deserción se debe a causas como la pobreza, la violencia y la discriminación.
Ante la gravedad de la crisis el panorama aparece más desalentador. Varios centros de estudios y organismos financieros aseguran que el Producto Interno Bruto mexicano se ubicará en 2009 entre 1 % o menos 0,5 % debido a la caída de las exportaciones, la disminución de las remesas y de las inversiones extranjeras.
La firma Morgan Stanley, subraya que el fuerte vínculo de la economía mexicana a la estadounidense hará que la recesión sea absoluta.
Varias voces se alzan para pedir una revisión o la cancelación del TLCAN pero la administración de Felipe Calderón se opone. Lo cierto es que los modelos neoliberales y de libre comercios han fracasado y solo han dejado grandes heridas entre los habitantes de los países donde fueron aplicados.

Es hora de que América Latina recupere su independencia

"Lo que hay que subrayar por encima de todo es que América Latina es el reino de la diversidad. Es lo mejor que tenemos y no tiene que asustar a nadie", afirma Eduardo Galeano en esta entrevista.
Blanche Petrich / LA JORNADA
Del periodismo, de los pueblos de América Latina “que se cansaron de bailar salsa al ritmo del Titanic”, de la historia del mundo, del racismo y del machismo. De su formación académica en los cafés de Montevideo. De su estilo literario, que aspira a decir lo más con menos, carne y hueso sin grasa, palabra desnuda. De su última aventura, Espejos, un libro de contrahistoria que abarca lo inabarcable y narra una serie de historias chiquitas desde el punto de vista de los que no están en los libros, los excluidos, los despreciados. Eduardo Galeano se engancha fácil para hablar de todo esto y más con La Jornada, diario que –asegura– “también es mi casa”.
El uruguayo Galeano tamborilea con los dedos sobre la talla de una cabeza africana con la que se ilustra la portada de Espejos, su obra más reciente. “Aquí –dice– me paseo por la historia universal de manera muy irresponsable”. Se ríe de sí mismo: “Desde el tiempo de las cavernas para acá, no se me escapa nada. Claro, lo que más me llega es lo que pasó en el siglo XX, que el mío. Ahora, el siglo XXI debe aprender de lo que ocurrió en el XX. Lo que ocurrió es el doble fracaso: por un lado de las sociedades que sacrificaron la libertad en nombre de la justicia y, por el otro, las que sacrificaron la justicia en nombre de la libertad. El desafío de los tiempos que vienen es que ellas dos vuelvan a estar juntitas. La justicia y la libertad nacieron siamesas, pero fueron cortadas por los cirujanos del poder; ahora quieren volver a estar así, espalda contra espalda”.
De igual manera, convencido de lo que dijo Rosa Luxemburgo, de que nada hay más revolucionario que decir lo que se piensa, se permite expresar sus discrepancias con Cuba y Venezuela.
Para abrir boca, aborda la objetividad en el periodismo como una de las mentiras mejor vendidas como verdad por los amos de los medios de comunicación.
Relata una conversación que tuvo hace tiempo con un poeta nicaragüense que nació con el siglo pasado, José Coronel Urtecho. “Cada vez que iba a Nicaragua lo visitaba en la finca que tenía cerca de la frontera con Costa Rica. Un día le conté que estaba escribiendo Memorias del fuego, el primer tomo. Estaba abrumado porque me costaba muchísimo tomar distancia. Escribo de tal manera que no consigo ser objetivo; amo y odio a personajes que vivieron hace cuatro, tres siglos. Los siento como si fueran mis vecinos, no puedo tener una mirada que no esté teñida por el amor o por la bronca. Y él me dijo algo que fue clave: el problema de los periodistas es que creen religiosamente en la objetividad. Me dijo: quieren ser objetivos para salvarse del dolor humano. Frase estupenda. Me dio luz verde, porque a partir de ahí escribí despreocupándome de la objetividad”.
–Después de tantos años de estar discutiendo el mismo tema, uno diría que el asunto está saldado...
–“Sí, pero no. Porque los dueños de la información insisten en parapetarse detrás del escudo de la objetividad. Acá en el libro Espejos, página 290, a propósito de Vietnam, cito al curiosísimo periodista estadunidense George Bayley, quien con paciencia china midió el tiempo que habían dedicado las cadenas televisivas ABC, CBS y NBC a la guerra entre 1965 y 1970. El punto de vista de la nación invasora ocupó 97 por ciento del espacio. Pero como esta objetividad exige que se conozca la opinión de las dos partes, también hubo un espacio para el punto de vista de la nación invadida, que ocupó el tres por ciento.
“Y te digo: La Jornada, donde yo soy uno más de la banda, no es un diario objetivo, ni simula serlo. Pero informa con un nivel de honestidad mucho más alto que los medios de comunicación presuntamente objetivos”.
–En aras de la objetividad, los medios distorsionan también la realidad latinoamericana.
–“Más por lo que callan que por lo que dicen. Muchas cosas buenas que ocurren, por ejemplo en Cuba, en Venezuela, en Bolivia, se callan. Claro, son procesos humanos, sucios de barro humano. Pero para los dueños de los medios, es útil demonizar a algunos. Éste es un mundo que destina a la guerra sus mayores recursos. Y eso requiere de enemigos. Si los enemigos no existen, hay que inventarlos para justificar la multiplicación de las armas.
Dos de los casos más escandalosos de satanización por parte de los fabricantes de la opinión universal son los de Hugo Chávez y Evo Morales, con quienes, dicho sea de paso, se pueden tener todas las discrepancias del mundo. Hay cosas que hace y dice Hugo Chávez que a mí no me gustan. Pero eso no me impide denunciar, cada vez que se puede, esa estafa colosal, cuando se le califica como un tirano, un enemigo de su pueblo”.
América Latina, el reino de la diversidad
“Yo fui vocero de los observadores internacionales independientes cuando en 2004 convocó al plebiscito revocatorio. Me tocó participar con Jimmy Carter y César Gaviria. Pasamos toda la anoche juntos, analizando los datos. Y al final, los hechos cantaban: fue una elección limpia. La primera vez en la historia universal en la que un presidente electo ponía su mandato a la disposición de la gente diciendo: si ustedes quieren, me quedo; si no, me voy. No hubo trampa. Lo mismo hizo tiempo después Evo Morales, y en una proporción un poco mayor que a Chávez, su pueblo pidió que se quedara. Fueron dos lecciones de democracia que el mundo no escuchó. Y no las escuchó porque los medios las acallaron”.
–El tema de la reelección en el caso de Bolivia y Venezuela suena casi a una mala palabra, cuando muchos sistemas políticos en Europa, incluso Estados Unidos, lo permiten.
–“Hay una clara contradicción entre lo que predican los países poderosos y lo que practican. Personalmente no me convence mucho lo de la reelección indefinida. El poder es peligroso e induce a la larga a escuchar más eco que voces. La concentración de poder en una sola persona no es buena para la democracia que queremos, participativa. Es mi opinión, pero eso no me hace caer en la trampa de creer que Chávez quiere perpetuarse en el poder. Tampoco me convence el sistema de poder en Cuba, que quizá fue el único que Cuba pudo tener, víctima de la asfixia temprana por parte de los poderes imperiales. Quizá eso no es lo que querían, era lo que podían.
“El Estado todopoderoso no es la mejor respuesta al mercado todopoderoso. Yo tengo opiniones discrepantes con Cuba, y creo, como dice Rosa Luxemburgo, que no hay acto más revolucionario que decir lo que uno piensa. Muchas veces, el acoso que sufren las experiencias de cambio y todas las tentativas de justicia social son sometidos a un bloqueo feroz. A veces, de esto resulta que se condenan, y muy injustamente, las opiniones que contradicen a la voluntad del poder. Y eso no es bueno”.
–Hablando de un mundo despistado, América Latina es rica en contradicciones. Los cambios que abarcan cada vez más territorio, desde el Brasil de Lula da Silva hasta El Salvador de Mauricio Funes, pasando por un sandinismo en Nicaragua que se vuelve contra sus hermanos, son contradictorios. No sé si estamos entendiendo bien estos cambios.
–“Lo que hay que subrayar por encima de todo es que América Latina es el reino de la diversidad. Es lo mejor que tenemos y no tiene que asustar a nadie, al revés. Toda generalización de antemano está condenada a equivocarse. Pero del otro lado, es inevitable generalizar cuando se intenta abarcar un panorama que vaya más allá de las fronteras de cada pedacito. Lo que hay es una voluntad de cambio en los pueblos, una naciente y creciente conciencia de que los caminos recorridos en los últimos 30, 40 años conducían a la catástrofe. La caída de Wall Street –que por algo se llama la calle del Muro–, la caída de ese muro, entraña una gran lección. Durante años y años nos invitaron a bailar salsa a ritmo del Titanic, y ahora se ven las consecuencias.
“En el fondo lo que hay es una pérdida notoria de poder y autoridad del dueño de la finca. Estados Unidos está viviendo lo que es, quizá, la peor crisis de su historia. Es el mejor momento para recuperar la independencia perdida”.

sábado, 28 de marzo de 2009

Recuerdo de Monseñor Romero sigue vivo

Romero luchó con su palabra, desde el púlpito, por la defensa de los pobres y marginados del país, con lo cual entró en choque directo con los gobiernos militares de la época y con la oligarquía, la clase dominante.
Redacción ContraPunto (El Salvador) / Ilustración del artista Edgardo Trejo Alemán
Han pasado 29 años del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el arzobispo de San Salvador ultimado un 24 de marzo de 1980, pero la gente lo sigue recordando fervientemente, tanto se le quiso y aún se le quiere.
Organizaciones sociales realizaron este día (24 de marzo) una peregrinación por las calles de la capital para recordar el martirio del religioso, que cayó víctima de los escuadrones de la muerte que veían en él a un “cura comunista” alborotador de las masas. Un francotirador le clavó una bala en el corazón.
En el alma del pueblo
“Monseñor Romero es un santo de América; la sangre que derramó se ha convertido en una bendición y tenemos fe que pronto se hará justicia”, manifestó María Romero, de 59 años de edad. Ella viajó anoche desde San Miguel para participar en la peregrinación y marchó por más de tres horas hacia la cripta de Romero, ubicada en el sótano de catedral metropolitana, en el centro de San Salvador.
Irene Melgar, una de las 75 estudiantes de bachillerato del colegio Sagrado Corazón quien colaboraba con la organización de la marcha, dijo sobre el obispo asesinado: “Es un héroe que luchó por nosotros y que hizo escuchar la voz de los demás a través suya”.
En efecto, Romero luchó con su palabra, desde el púlpito, por la defensa de los pobres y marginados del país, con lo cual entró en choque directo con los gobiernos militares de la época y con la oligarquía, la clase dominante.
Otros peregrinos mostraban sus camisas con las leyendas: “Que mi sangre sea semilla de libertad” y “Con este pueblo no cuesta ser pastor”, unas de las últimas frases pronunciadas por Romero días antes de su magnicidio.
Sin justicia
Sobre la ausencia de justicia en el caso, el abogado David Morales, quien fue querellante en la demanda contra el Estado salvadoreño ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el asesinato de Romero, aseguró que el actual presidente Antonio Saca “en el último año y medio no ha mostrado ningún signo de querer superar la impunidad” que ha caracterizado este crimen.
El crimen fue perpetrado por un escuadrón de la muerte dirigido por el ya fallecido Roberto D'Aubuisson, fundador de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena), según lo estableció la Comisión de la Verdad, creada por la Organización de las Naciones Unidas en el marco de los acuerdos de paz de 1992, que puso fin a 12 años de guerra civil entre las Fuerzas Armadas y grupos paramilitares contra la guerrilla izquierdista.
La guerra civil salvadoreña dejó 75.000 personas muertas y cerca de 7.000 desaparecidas, la mayoría civiles, en crímenes mayoritariamente cometidos por militares y paramilitares.
En el 2000, la CIDH declaró al Estado responsable por la violación del derecho a la vida del arzobispo y por la falta de investigación de estos hechos. Además, recomendó adecuar su legislación interna a la Convención Americana de Derechos Humanos, a fin de dejar sin efecto la ley de Amnistía general, aprobada por el ex presidente Alfredo Cristiani en 1993, que impide el juzgamiento de crímenes de guerra.
La demanda ante la CIDH fue presentada por Tutela Legal del arzobispado (socorro jurídico) en 1993, durante la administración del ya fallecido monseñor Arturo Rivera y Damas. Para Morales, el gobierno ha rechazado las recomendaciones de la CIDH, desconociendo la autoridad del organismo internacional, lo cual “es grave”.
En octubre de 2007, ese organismo reiteró que el gobierno había incumplido con las recomendaciones.
“Desde esa fecha no hay ningún avance sobre el esclarecimiento del asesinato o del cumplimiento de las recomendaciones”, añadió el abogado, quien ahora trabaja para la Fundación de Estudios para la aplicación del Derecho, Fespad.
Por su parte, en un comunicado desde Brasil, donde pasa vacaciones, el presidente electo Mauricio Funes aseguró que dedicará su mandato a “la memoria Romero y a los pobres y vulnerables de su país, como lo habría deseado el obispo mártir”.

domingo, 22 de marzo de 2009

Costa Rica y Cuba: un paso más hacia la unidad de nuestra América.

Declaración de AUNA-Costa Rica
“Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse (…) Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”. - José Martí.
La Asociación para la Unidad de Nuestra América (AUNA-Costa Rica), consecuente con sus principios constitutivos y su vocación latinoamericanista, celebra la promulgación de un Decreto Ejecutivo del Gobierno de Costa Rica, aceptado por el Gobierno de Cuba, que restablece las relaciones diplomáticas entre ambos países, y sienta las bases para avanzar en la consolidación de nuevos espacios de diálogo e intercambio a todo nivel.
Esta decisión, a pesar de los silencios y las omisiones del discurso oficial, así como de los reparos que no han dudado en expresar la derecha costarricense y las élites políticas más directamente vinculadas al proyecto hegemónico estadounidense, constituye la reparación de una deuda moral e histórica con el pueblo cubano y su lucha por la independencia, por el ejercicio del derecho irrenunciable a la autodeterminación y por la defensa de la integridad de su territorio.
Nuestra solidaridad con el pueblo cubano, su Revolución y su centenaria batalla por la independencia frente a dos imperios –el español y el estadounidense-, se funda en los vínculos históricos y culturales que unen a estos dos países, y en el espíritu internacionalista que, aún en los momentos más difíciles, ha mantenido intactas las entrañables relaciones de amistad y aprecio entre cubanos y costarricenses.
“Con ternura de hijo quiere el cubano bueno a Costa Rica”, escribió Martí en 1893, luego de visitar al General Antonio Maceo en su residencia en Nicoya, Guanacaste. Y fue en Puerto Limón, en la costa atlántica costarricense, donde en 1895 el General Maceo, su hermano José y Flor Crombet se embarcaron en el viejo vapor Adirondack, con rumbo a la estrella solitaria del Caribe, para emprender al lado del Apóstol, del General Gómez y de miles de patriotas cubanos, hombres y mujeres, la Guerra Necesaria. Así de estrechos, así de insoslayables, son los caminos comunes de la historia de estos dos pueblos.
Sin embargo, también América Latina recordará, con tristeza, que fue en la capital de Costa Rica donde las tendencias más reaccionarias del imperialismo estadounidense y sus aliados en el hemisferio (con excepción de México), suscribieron en 1960 la Declaración de San José, documento que, reforzado por la Declaración de Punta del Este de 1962, excluyó a Cuba del sistema interamericano. Bajo este clima de coerción diplomática y política, el gobierno de Costa Rica, mediante un Decreto Ejecutivo de setiembre de 1961, se sometió a las disposiciones estadounidenses y declaró la ruptura de relaciones con el gobierno Revolucionario cubano.
Solo ahora, 48 años después, cuando únicamente El Salvador y nuestro país mantenían su adhesión a ese dictum imperial; cuando casi la totalidad de los países latinoamericanos restablecieron y profundizaron los lazos políticos, culturales y comerciales con Cuba; cuando Cuba recobra su lugar en el concierto de las naciones de nuestra América, e ingresa al Grupo de Río; cuando una decena de presidentes y presidentas visitaron la isla en los últimos meses, para reafirmar la unidad latinoamericana; solo ahora, insistimos, aquella infame decisión ha sido, finalmente, enmendada por el gobierno costarricense.
En un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Presidente Arias Sánchez explicó que este cambio en la política exterior se debe al hecho de que hoy “el mundo es diametralmente distinto a lo que era en aquellos días [1961], debemos ser capaces de ajustarnos a las nuevas realidades”.
No obstante, es preciso señalar que si ese mundo ha cambiado, específicamente en lo que se refiere a las coordenadas culturales y sociopolíticas latinoamericanas, ha sido porque los pueblos, inspirados en buena medida por el ejemplo y la persistencia de Cuba en la idea de que otro mundo mejor es posible, asumieron el protagonismo en el cambio de época al que asistimos. Como lo anunció la Segunda Declaración de La Habana, uno de los manifiestos fundacionales de la Segunda Independencia de Nuestra América, “esta gran humanidad ha dicho: «¡Basta!» y ha echado a andar”.
AUNA-Costa Rica, fiel a sus principios rectores, considera que deben ser los pueblos latinoamericanos, y en este caso particular, el cubano, quienes decidan libremente su futuro. Por este motivo, criticamos y rechazamos los intentos de cualquier gobierno, más o menos poderoso, de someter o imponer a nuestros pueblos a un modelo de democracia concebido en otros escenarios, cuyas raíces históricas y culturales, tradiciones e idiosincrasia, son ajenas a las nuestras.
Asimismo, exhortamos al gobierno del Dr. Arias Sánchez para que, de conformidad con el consenso latinoamericano expresado en la última reunión del Grupo de Río en Salvador de Bahía, en diciembre de 2008, despliegue sus mejores oficios diplomáticas para que, de una vez por todas, Estados Unidos levante el embargo económico con el que, desde hace más de cuatro décadas, intenta sojuzgar la voluntad soberana de Cuba y castiga injustamente a su pueblo.
De esta forma, AUNA-Costa Rica reafirma su convicción en que la convivencia pacífica entre los Estados con distintos regímenes políticos y sociales, sobre la base de la igualdad soberana y el respeto mutuo, representa el camino correcto para las relaciones internacionales en el siglo XXI. Esa, y no otra, será la ruta de la construcción de una auténtica integración regional latinoamericana y caribeña, para la forja de la América nuestra.
San José, 20 de marzo de 2009

¡¡Listen, Obama!!

Si algo ha quedado claramente demostrado, en los últimos 50 años, es que la política norteamericana hacia Cuba ha sido un fracaso.
Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica
El título de nuestro artículo,¡¡Listen, Obama!!, parafrasea el título del libro que escribiera, hace ya casi medio siglo, el sociólogo norteamericano Wright Mills: Listen, Yankee, quien alertaba a la sociedad norteamericana del peligroso camino por el que se enrumbaba con su política hacia América Latina en el marco de la Guerra Fría.
Entonces, Wright Mills se refería en primer lugar, como ahora nosotros, a la miopía que exhibían frente a Cuba y su naciente revolución que, este año, está cumpliendo 50 años.
Efectivamente, la nueva administración norteamericana haría bien en escuchar las voces que le llegan de todas partes del continente, clamando por un cambio en su anquilosada política hacia la isla. Hasta el mismo Secretario General de la Organización de Estados Americanos, el chileno José Miguel Insulza, declaró en Montevideo, capital del Uruguay, que ya era hora de anular el acuerdo que la dejó fuera de esa organización.
Este no es sino uno más de los tantos signos que anuncian que América Latina ha dado la espalda a la política de Washington hacia Cuba. Véase, si no, el desfile de mandatarios latinoamericanos visitando La Habana en menos de dos meses: Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina; Michelle Bachelet, de Chile; Álvaro Colom, de Guatemala; Martín Torrijos, de Panamá; Rafael Correa, del Ecuador; Manuel Zelaya, de Honduras; para no mencionar a Hugo Chávez, quien viaja frecuentemente a la isla.
Nunca antes se había visto nada parecido en la historia de la Revolución Cubana.
A esto se suma el ingreso de Cuba al Grupo de Río, que la acogió fraternalmente.
Es decir, quien quiera escuchar, que escuche, porque todos los antes citados, y muchos que no han viajado a La Habana en estos días, han sido claros y tajantes al condenar la política del bloqueo. No se trata ya de “aliviar” las condiciones que éste impone, relajando la prohibición de viajes y remesas en dirección a la isla. Se trata de terminar con el bloqueo, esa oprobiosa reminiscencia de la Guerra Fría que solo vergüenza debería provocar en los Estados Unidos.
Si algo ha quedado claramente demostrado, en los últimos 50 años, es que la política norteamericana hacia la isla ha sido un fracaso. Claro, ha sido un fracaso si se piensa en los objetivos que los Estados Unidos deseaban alcanzar, es decir, hincar al pueblo cubano, hacerlo transigir. Lo que sí ha logrado exitosamente, pero que, por supuesto, no estaba entre sus objetivos, ha sido galvanizar al pueblo en su determinación de resistir.
Hoy, medios de comunicación como CNN entrevistan a los ciudadanos cubanos en las calles de La Habana, tratando de detectar algún síntoma de descontento por los cambios ocurridos en el gobierno, pero ignoran las muestras crecientes de disconformidad para con la política norteamericana hacia la isla.
Sería bueno que también ellos escucharan el eco de aquella frase de Mills que, con tono premonitorio, les alertó: Listen, yankee. A buen entendedor, pocas palabras.

La Cumbre de Puerto España: el necesario golpe de timón continental

Nuestra América se encuentra ante una oportunidad histórica y es preciso insistir en ello. Hoy, el pulso político en las relaciones entre el Norte y el Sur lo están marcando las sucesivas victorias, populares y democráticas, de los movimientos sociales y los gobiernos progresistas.
Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica
(Fotografía: manifestaciones populares durante la IV Cumbre de las Américas 2005)
La V Cumbre de las Américas, cónclave de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebrará en el mes de abril en Puerto España, Trinidad y Tobago, se anuncia desde ya como un evento de gran interés hemisférico. No solo por tratarse de la presentación en sociedad del presidente Barack Obama ante sus homólogos latinoamericanos, ni por la enorme comitiva que lo acompañará -1000 personas, 800 más que al presidente Hugo Chávez-, sino por las inéditas condiciones políticas e históricas que configuran el contexto de esta cita: entre ellas, la crisis de la hegemonía estadounidense en la región, el debilitamiento de los viejos aliados de la era Bush y el nacimiento de un nuevo consenso nuestroamericano.
Crisis de hegemonía. Barack Obama no es G.W. Bush, ciertamente, pero las tendencias imperialistas de los Estados Unidos en su relación con América Latina, a lo largo de más de dos siglos, son incuestionables, más allá de quién ocupe la Casa Blanca.
Esto hace aún más relevante el hecho de que ahora, por primera vez en casi 50 años, la potencia del norte acuda a la Cumbre de Puerto España en medio de una crisis de hegemonía sin precedentes y que, en el caso que nos ocupa, se manifiesta en el contundente debilitamiento del consenso pro-imperialista, reaccionario y neoliberal que ha caracterizado a la OEA (recuérdese que en este foro se engendró, a principios de la década de 1990, el proyecto neopanamericano de dominación: el Área de Libre Comercio de las América, ALCA).
Aunado a lo anterior, el desgaste de la legitimidad política e institucional de gobiernos aliados de Estados Unidos durante la era Bush, como los de Elías Antonio Saca -ya de salida- en El Salvador, Álvaro Uribe en Colombia y Allan García en Perú, redujo el margen de maniobra de Washington en la región. De ahí que los conductores de la política exterior estadounidense recurran, por estos días, a medidas extremas del viejo repertorio de prácticas desestabilizadoras, como ocurre en los países de la compleja región andina; o bien, que lancen la carta de la militarización de la frontera y la inminente intervención estadounidense en México, al amparo de la Iniciativa Mérida, como solución al Estado fallido del “prianismo” gobernante y los riesgos que esto supone para los negocios del TLCAN.
Esta crisis de hegemonía de los Estados Unidos se hizo más evidente en la última Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata, Argentina, en 2005, cuando el ALCA fue derrotado por los pueblos latinoamericanos y la férrea oposición de tres gobiernos: Argentina, Brasil y Venezuela (los dos primeros por razones distintas a las de la Revolución Bolivariana).
Así lo reconoció la analista Cynthia McClintock, profesora de la Universidad George Washington y miembro del Consejo de Directores del Centro de Política Internacional, quien hace unas semanas declaró ante un subcomité del Congreso estadounidense lo siguiente: Particularmente indicativo de la erosión de la influencia de Estados Unidos fue el contraste entre la Reunión de Las Américas en 1994, cuando 34 países del hemisferio firmaron un tratado, el tratado del Área de Libre Comercio de Las Américas, y la reunión del 2005, cuando Brasil y otras naciones latinoamericanas pidieron a EE.UU. terminar con los subsidios para la agricultura antes de proseguir con las conversaciones de tratados de libre comercio”.[i]
El consenso nuestroamericano. En Mar del Plata, el presidente Chávez, en su encuentro con los movimientos sociales en la Cumbre de los Pueblos, anunció el nacimiento de un tiempo nuevo para América Latina. No se equivocó.
El desenlace de la IV Cumbre de las Américas anticipó lo que, a partir de entonces, han venido consolidando los procesos electorales: la reconfiguración de las fuerzas progresistas latinoamericanas, el fortalecimiento del bloque suramericano, el ascenso de nuevos liderazgos políticos de centro-izquierda y nacional-populares, y un cuestionamiento abierto del dominio de los Estados Unidos en nuestra América.
Así, en la contracara de la crisis de hegemonía estadounidense, encontramos la emergencia de un nuevo consenso que podríamos denominar nuestroamericano (retomo aquí el concepto del Dr. Luis Suárez), por sus fuentes de inspiración históricas, políticas y culturales. Desde este consenso, la corriente progresista y nacional-popular latinoamericana reclama, promueve y construye otro orden internacional para las relaciones entre los pueblos y los Estados. Así lo demostró el Grupo de Río en su última reunión (Salvador de Bahía, diciembre de 2008), cuando aprobó por unanimidad la incorporación de Cuba como miembro pleno.
Precisamente Cuba, gran ausente de la Cumbre de Puerto España, podría convertirse en protagonista de los debates y las tensiones entre los participantes. Nicaragua y Venezuela anunciaron que presentarán, formalmente, una iniciativa para el levantamiento de las sanciones impuestas por la OEA al gobierno Revolucionario, en la ya lejana Cumbre de Punta del Este de 1962.
Los exitosos resultados de la ofensiva diplomática desplegada por Cuba en los últimos años, que permitieron el restablecimiento de relaciones con todos los países de la región (con Costa Rica la semana anterior, y en los próximos meses con El Salvador), expresan un cambio en la correlación de fuerzas en el continente y envían un mensaje que el gobierno estadounidense no puede ignorar más.
Golpe de timón continental. Los resultados de la V Cumbre de las Américas en Puerto España, tanto en sus acuerdos como en sus posposiciones, podrían definir el futuro de la OEA, especialmente ahora que, desde el sur del continente, se avanza en la conformación de una Organización de Estados Latinoamericanos (cuyo primer paso fue la reciente creación del Consejo de Defensa de la UNASUR), que cortaría definitivamente los lazos de América Latina con ese ente que Raúl Roa, el canciller de la dignidad cubana, definió en su momento como el ministerio de colonias de los Estados Unidos.
En las actuales condiciones de la región, la timorata actuación de la OEA frente al conflicto Colombia-Ecuador (marzo de 2008) o el genocidio de campesinos e indígenas en Pando, Bolivia (setiembre de 2008), ratificó su obsolescencia como espacio de solución de conflictos y diálogo interamericano.
En cuanto a Estados Unidos, vale citar aquí, nuevamente, las palabras de la profesora McClintock: en Puerto España, “el presidente Obama va a tener una excelente oportunidad de establecer un nuevo tono con los líderes de Latinoamérica (…). Primero y principalmente, el presidente debería escuchar (…). Con un nuevo tono de respeto y unas nuevas e inteligentes políticas hacia Cuba, control de drogas, e inmigración, la administración Obama debe encontrar en los países latinoamericanos mucho más interés en cooperar en otros importantes pero muy complejos temas, tales como integración económica y reducción de la pobreza y también la cuestión energética y cambio climático”. [ii]
Nuestra América se encuentra ante una oportunidad histórica y es preciso insistir en ello. Hoy, el pulso político en las relaciones entre el Norte y el Sur lo están marcando las sucesivas victorias, populares y democráticas, de los movimientos sociales y los gobiernos progresistas.
En este escenario, Washington aparece como un interlocutor que no descifra aún las nuevas claves sociopolíticas y culturales de la región, y que intenta extender una mano sin desterrar aún el gesto fiero de su rostro imperial. Por eso Obama busca mediadores, como el presidente Lula, que hablen la lengua de los sublevados: si cabe el símil shakesperiano, diríamos que Obama (o la élite gobernante) hace las veces de un Próspero que contempla, asombrado y sin respuestas, el levantamiento calibánico –en el mejor y más emancipatorio sentido de la expresión- de los pueblos latinoamericanos.
El consenso nuestroamericano (que no es solo de los gobiernos, sino y sobre todo de los pueblos y los movimientos sociales) debe estar a la altura de las circunstancias, tomar la iniciativa e impulsar, con todo vigor, durante y después de la Cumbre, un golpe de timón en las relaciones hemisféricas y en el rumbo de nuestros países. Un cambio que haga posible el paso del capitalismo salvaje y el neoliberalismo desintegrador, a la construcción de alternativas incluyentes, que garanticen la reproducción y sostenibilidad de la vida de los seres humanos y la naturaleza.
NOTAS:
[i] McClintock, Cynthia. “Políticas de los Estados Unidos para América Latina en 2009 y a futuro”. Texto presentado como testimonio ante el Comité de la Casa de Representantes sobre el tema de Asuntos Foráneos del Subcomité del Hemisferio Occidental. 4 de Febrero del 2009. Programa de las Américas. Disponible en:
http://www.ircamericas.org/esp/5917
[ii] Ídem.

Vigencia de Martí sobre los Estados Unidos

La mejor lección dada por Martí al mundo por aquellos días, era precisamente la recomendación de organizar la lucha a partir de fórmulas y elementos propios para defender un proyecto perdurable el cual garantizara la felicidad de sus hijos y evitar que con la expansión, Estados Unidos frustrara la emancipación de hispanoamérica.
Gerardo Cabrera Prieto (AIN, especial para ARGENPRESS.info)
Leer los textos de José Martí, a 115 años de haber sido escritos, siempre supone encontrar nuevos mensajes y lecturas de aspectos o cuestiones que en momento dado fueron objeto de su atención y cuyos niveles de análisis guardan total vigencia.
Tal es el caso de “La Verdad sobre los Estados Unidos”, publicado en Patria el 23 de marzo de 1894, el cual dio paso a la sección permanente bajo el título: Apuntes sobre los Estados Unidos, la que, al decir del propio Martí, tendría la utilidad de mostrar a nuestra América las verdades de aquel país.
En los primeros párrafos nos revela la historia inicial de la nación que, después de tres siglos de vida común, no había logrado fundir sus elementos de origen y tendencias diversas, mientras se exacerbaban las diferencias, convirtiendo la federación en estado áspero, de violencia conquistada.
Según el criterio martiano, una casta privilegiada la cual engendró lo europeo, cerraba el paso a la población natural que por el hecho de estar compuesta de elementos diversos y haber sido conquistada y masacrada, era considerada diferente.
Elemento común entre los pueblos cubano y norteamericano, señala el Maestro: la esclavitud, que había estado presente en los estados del sur de la Unión Americana, y tanto en Cuba como en otras colonias españolas, había marcado la condición de muchos de sus hijos.
En ese aspecto estaba la respuesta para aquellos quienes se avergonzaban de lo mestizo y veían con amor y admiración a lo rubio como propio y natural para encubrir su origen.
El artículo es también respuesta a los anexionistas los cuales, por admiración ciega al progreso, veían en los Estados Unidos la solución a sus problemas, sin darse cuenta de que “(…) las ideas, como los árboles, han de venir de larga raíz, y de ser de suelo afín, para que prendan y prosperen”.
Tampoco está ausente en el escrito martiano el sentido de previsión, para lo cual tiene en cuenta las experiencias de las luchas pasadas, en las que se suscitaron campañas entre quienes deseaban el progreso pero eran enemigos de la independencia.
Para alguien como él, quien por esos días preparaba la guerra liberadora que diera la independencia definitiva a su patria, esclarecer y prevenir era parte de la lucha de ideas en las cuales también se debía trabajar a fin de evitar la repetición de lamentables errores o absurdas ingenuidades.
Desentrañar las verdades de un país que ya daba muestras de codicia y por el cual algunos se sentían deslumbrados, era también parte de la guerra que se libraba a favor de la independencia y de la causa de un continente el cual tenía ante si el reto de crear y no de copiar.
La mejor lección dada por Martí al mundo por aquellos días, era precisamente la recomendación de organizar la lucha a partir de fórmulas y elementos propios para defender un proyecto perdurable el cual garantizara la felicidad de sus hijos y evitar que con la expansión, Estados Unidos frustrara la emancipación de hispanoamérica.
Divulgar entonces esa verdad hoy, también es parte del combate que Martí emprendió a favor de la paz y del progreso en el continente, el cual ha permitido perdurar su legado y enseñanzas, a pesar de los años transcurridos y recobrando cada vez mayor vigencia.
Gerardo Cabrera Prieto es investigador del Instituto de Historia de Cuba.

Nidia Díaz: "El FMLN sigue fiel a su proyecto"

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Marcos Salgado
Por primera vez la izquierda llega al gobierno en El Salvador y la forma y el fondo de tal arribo no es un hecho menor. El FMLN, la otrora unidad de los grupos guerrilleros contra los gobiernos dictatoriales y de derecha avalados por los Estados Unidos, ganó las elecciones generales imponiéndose a una amplia campaña de miedo montada desde el oficialismo, el partido ARENA, antes -nada es paradójico- apoyatura civil de los grupos paramilitares que protagonizaron un genocidio nunca ajusticiado.
Nidia Diaz es una voz autorizada en este El Salvador que surge. Comandante guerrillera, diputada y actual integrante de la conducción del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, recorre en esta entrevista con la Radio de la Universidad de Buenos Aires la historia, la esperanza renovada y los desafíos de la nueva hora en el país más pequeño de América Central.
- ¿Qué significa este triunfo en las elecciones presidenciales, tras casi dos décadas del FMLN como partido político de oposición en El Salvador?
- Quiero en primer lugar decir que el triunfo del día 15 de marzo fue construido por todo el pueblos, a lo largo de muchas décadas. En El Salvador realmente nunca ha habido alternancia democrática, han sido gobiernos de turno, o golpes de Estado. Durante décadas en El Salvador se vivió bajo dictaduras militares, y si por el caso un gobierno progresista quería hacer algo siempre era sojuzgado por una política dependiente totalmente, de la administración de turno en los estados unidos. Pero jamás a través de la vía de un proceso político electoral, la izquierda, el centroizquierda, las fuerzas progresistas y democráticas habían tenido la posibilidad de acceder al poder formal y poder administrar el país.
- ¿Qué cambió desde la desmovilización guerrillera hasta ahora para llegar a este escenario?
-Después que se desarrolló el conflicto armado que duro doce años y se puso fin a la dictadura a través de los acuerdos políticos -este suceso fue hace 17 años- se inicia un proceso de democratización, el cual fue obstruido, bloqueado en su consolidación por el partido de gobierno, ARENA, que desde 1989 asumió el gobierno. Desde entonces tuvieron ellos el poder real, el económico, e impulsaron un modelo neoliberal que durante esos 17 años fue contradictorio al proceso de democratización que se había iniciado con el pacto de paz. Durante este tiempo se creó la peor crisis que haya tenido nuestro pueblo. Una crisis económica, con pobreza, desempleo, migración, inseguridad. El país se volvió más inseguro. El primer problema de la gente es el alto costo de la vida, la falta capacidad de compra, el segundo el desempleo, la pobreza en general, y tercero la inseguridad ciudadana. eso se ha mantenido como constante durante estos años. Asi llegó la gente a querer un cambio. A cambiar la situación y ya no continuar siendo gobernada por la ARENA, que demostró incapacidad de poder resolver problemas, al contrario. Su modelo, su modo de gobernar autoritario le llevo pues a volver más pobre al pobre y más rico al rico.
- ¿Y cómo llega entonces el Farabundo Martí a ser este instrumento de cambio? Sin duda que la respuesta tiene que ver también con su vida misma...
-Yo me honro en formar parte de Frente Farabundo Martí desde su fundación, en 1980 y en la guerrilla desde 1971 he sido parte, como comandante guerrillera. Y fui firmante de los acuerdos de paz, posteriormente fue diputada en el año 94, también fui candidata a la vicepresidencia de la República, actualmente soy diputada en la región centroamericana y he contribuido al proceso de formación del FMLN a su desarrollo, a su incidencia. Por un lado el frente con su lucha durante 30, 40 años ya, en la década de los 70, construyó un poderosos frente popular que buscó poner fin a las dictaduras pero no lo logró a través de las luchas políticas y sociales se tuvo que dar el derramamiento a través de la vía militar, política militar, porque en esos tiempos opinar era un delito, el militarismo que había nos llevó pues a esa confrontación y luego de la guerra civil fuimos a los diálogos, a firmar acuerdos, que pusieron fin a la dictadura. Por esa lucha que lideró el pueblo y el Frente se establecieron libertades y derechos que durante décadas estuvieron suprimidos. Luego, en los últimos 17 años se respira un clima de libertades donde el frente se fue desarrollando hasta convertirse en la primera fuerza política electoral del país. Es toda una acumulación de una izquierda que fue en ascenso, y que lejos de convertirse en una izquierda enana, bonsai, como le apostaron los sectores de poder económico, llegó pues en base a las mismas condiciones que creó y a lo que se logró superar, porque el bloqueo, la distorsión que se generó sobre las instituciones creadas por el pacto de paz ha sido muy grande.
- El oficialismo apostó a que eran enanos...
-Ahora están como en un colapso, porque nunca pensaron un mes después de convertirse el FMLN en esa la primera fuerza en las elecciones municipales, se convierte ahora en la izquierda gobernante. que gobernará el país a partir del 1º de junio, junto a una gran alianza política, acumulada durante también todo este tiempo.
- ¿Hasta dónde extenderá la mano el nuevo gobierno?
- En esta alianza caben todas las personas que quieren cambiar el país. Por eso se llama la gran alianza por el cambio. Donde Mauricio (NdR: Funes, presidente electo) desarrolló también un amplio movimiento de “amigos de Mauricio”. En ese sentido el frente se convierte pues junto a todos estos sectores en la primera fuerza gobernante, real, de alternancia, que a partir del 1º de junio comenzará a administrar este país desarrollando políticas publicas distintas.
-¿En estos diecisiete años a los que usted hace referencia, el FMLN cambió o por el contrario perviven las grandes lineas que le dijeron origen?
- El FMLN sigue fiel a su proyecto. Su identidad se preserva. No le digo que no hemos atravesado distintos momentos en nuestro proceso de construcción y desarrollo, pero desde que nos fundamos como partido político y nos inscribimos en el sistema electoral el frente desarrolló principios y valores acumulados durante la década de los 70, de los 80, en cuando al propósito de nuestra lucha, a los valores que nos inspiran. Y son principios plasmados en el papel, y que rigen a las cinco organizaciones que fundamos el Frente Farabundo Martí. Y le incorporamos en el 2001 otro objetivo, que era que la lucha de la transformación democrática tenia como rumbo el socialismo. Así se desarrollaron los postulados de lograr una sociedad con equidad, sin explotación, y equitativa no sólo de género, sino también de medio ambiente. Y una sociedad soberana.
- ¿En qué políticas esenciales concretas se expresará la construcción de esta sociedad?
- Nosotros desde hace muchos años tenemos un proyecto de país, una misión de hacia dónde queremos llevar El Salvador, y es hacia una sociedad con justicia, democrática, soberana, basada en la equidad y en el desarrollo económico de nuestro pueblo. En ese sentido los programas de gobierno que lanzamos en el 92, en el 94, en el 99 y en el 2004 con Schafik (Handal, líder histórico del FMLN, fallecido en 2006). Ahora, nosotros desarrollamos las bases del programa para este gobierno a través de un proceso de consulta ciudadana desde septiembre de 2007 hasta agosto de 2008, donde participamos con 33 mesas ciudadanas, que involucraron a todos los sectores, con más 14 consultas departamentales, siete en Estados Unidos, llegando a estructurar el programa de gobierno: “Nace la esperanza viene el cambio”. Así se llama el programa, que fue asumido en una convención nacional del Frente, y ahí estaba Mauricio Funes, que no exactamente viene del Frente pero es un líder social, periodista, y asume el programa. Él da su opinión y queda la alianza plasmada con él en términos generales. Después se desarrolla, pues, la plataforma de lo que fue la campaña y los puntos específicos. Mauricio tiene un plan específico de cómo superar la crisis, la crisis que estamos viviendo y el impacto de la crisis mundial. Tiene el proyecto para la generación del empleo para aliviar inmediatamente la situación, y un proyecto integral de atención y para abrir espacios a la mujer, con equidad e igualdad.
-Por último, ¿que relación que se establecerá con los países vecinos, y en particular ante algunas iniciativas en unidad regional, como la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) de la que forman parte dos vecinos de El Salvador como Honduras y Nicaragua?
- Mauricio va a impulsar una política internacional y de cooperación abierta al mundo, amplia, sin ideologismos. Distinta a lo que vimos hasta ahora en el Salvador. Aqui se ha llegado al grado que nunca hemos tenidos relaciones diplomáticas, ni económicas con Cuba. Somos el único país en todo América Latina que no tienen una modalidad de relación diplomática con Cuba. Y Mauricio ha dicho: “yo llego al gobierno y hablo las relaciones diplomáticas con Cuba”. Así, como las tiene Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá. Eso se espera ya, porque los intereses que se han dando entre estos países son múltiples. Nosotros nos hemos beneficiado de los médicos que hemos formado en Cuba y de los médicos que han venido, propiamente cubanos, a combatir el dengue y las epidemias. O cuando la Misión Milagro que se desarrolla entre Venezuela y Cuba, donde llevamos ya más de siete mil personas curadas de los ojos entre estos dos países. Es decir, que hay otros proyectos que tienen que ver con las relaciones entre los pueblos. El gobierno va a priorizar también las relaciones de la integración de Centroamérica, donde estamos trabajando arduamente por definir conceptos para esa integración verdadera, con todos los pueblos, basándose en la cooperación y la complementariedad.