sábado, 17 de marzo de 2012

Fantasmas del pasado visitan Venezuela

Grotesca la imagen de exmandatarios derrotados viajando a llevar una esperanza desde su pasado de fracasados. No es un buen augurio para el candidato de la derecha venezolana.

Emir Sader / LA PUPILA INSOMNE

(Fotografía: los expresidentes Ricardo Lagos, Fernando Henrique Cardoso y Felipe González)

América Latina fue la región que tuvo más gobiernos neoliberales y con modalidades más radicales. Casi ningún país escapó de esos gobiernos que devastaron derechos sociales, el potencial de desarrollo económico, la soberanía y los Estados latinoamericanos.

El neoliberalismo empezó por la extrema derecha –con Pinochet– pero se propagó en corrientes originariamente nacionalistas –como el PRI mexicano y el peronismo de Menem, para luego ser incorporado por los socialdemócratas– como el Partido Socialista de Chile, Acción Democrática de Venezuela, el Partido de la Social Democracia de Brasil.

En el gobierno ejecutaron políticas neoliberales muy similares: privatizaciones, apertura al mercado internacional, desarticulación de los Estados a favor de los mercados, alienación de las soberanías nacionales, expropiación de derechos sociales, precarización del trabajo. Todos tienen en común que fracasaron, salieron del gobierno expulsados por el pueblo, no eligieron sus sucesores y varios fueron procesados, condenados y presos. Otros se fugaron de sus países.

Entre tantas consecuencias negativas, degeneraron las democracias con el poder del dinero que corrompió los sistemas políticos. Son una generación de políticos fracasados que han buscado su ejemplo en los socialistas españoles.

La derecha latinoamericana, al fracasar, no tiene qué proponer. Llevaron nuestros países a la ruina. A falta de propuestas toma banderas de la Guerra Fría, se articula alrededor de los monopolios privados de los medios, se vale de los personajes fracasados como únicos apoyos que le quedan.

Invitados por un banco privado fueron a Venezuela tres de ellos, no se sabe bien para hacer qué. A lo mejor, extrañando a su amigo Carlos Andrés Pérez, van a trasmitir las experiencias frustradas que tuvieron y que los llevaron a la derrota y a la debacle de sus países. A Felipe González la basta contar con esta, la España que su gobierno entregó a la derecha, con una economía desecha, un desempleo de 49% para los jóvenes, con un retroceso récord de la economía. Puede recordar cómo, hace 10 años, apoyó al golpe militar contra Chávez.

Ricardo Lagos puede contar cómo los gobiernos socialistas chilenos no han salido del modelo heredado de Pinochet y fueron derrotados y entregaron la presidencia mandatario neopinochetista.

Cardoso tendría que convencer al candidato opositor de Venezuela, que debiera reivindicarlo a él y no a Lula. Debiera explicar por qué Lula es el presidente más popular de la historia de Brasil, mientras él es el político con mayor rechazo en la historia del país. Debiera explicar al candidato de la derecha que su partido y su gobierno son los parientes más cercanos de ellos en Venezuela y que Lula seguramente apoya a Chávez.

Grotesca la imagen de exmandatarios derrotados viajando a llevar una esperanza desde su pasado de fracasados. No es un buen augurio para el candidato de la derecha venezolana.

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