sábado, 14 de septiembre de 2013

México: Los maestros contra la sociedad

El panorama de estos movimientos simultáneos (reforma laboral, reforma energética, reforma educativa, más las que pasaron y las que faltan) forman parte de una gran estrategia, en la que los maestros son una pieza más del rompecabezas (Reforma neoliberal total) que armará la reconfiguración de un Estado cupular, aliado con el capital nacional-trasnacional. 

Juan Díaz Yarto* / Especial para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán

Los maestros de la CNTE se oponen a la
reforma educativa del presidente Peña Nieto.
Ayer comentaba con los padres de un compañero de mi hijo sobre la mala imagen y la falta de responsabilidad aparente de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ante la educación y la opinión pública. Como si no les importara ninguna de estas dos cuestiones fundamentales en su labor educativa. Sabemos que esta opinión negativa se debe al bien orquestado desprestigio emprendido por las televisoras hacia los maestros, al que subordinadamente se suman la mayoría de las estaciones de radio nacional y local. Para comprender mejor, nos  hicimos preguntas que nos parecieron simples: ¿Acaso no es mejor que estén en sus aulas dando clases, que suspendiéndolas y manifestando? ¿Por qué no emprenden otras formas de protesta más civilizadas? ¿Alguno de nosotros piensa que los maestros están calificados para ofrecer una educación de calidad a nuestros hijos?

Evitando las respuestas obvias, analizamos por qué los cuestionamientos a los maestros son tan severos y descalificadores comparados con los tibios, y hasta comprensivos, esgrimidos a la responsabilidad del gobierno para enfrentar o solucionar este problema. Tomamos un poco de distancia para observar la situación en su contexto y circunstancia. Así, pudimos mirar que la decisión de esta reforma (laboral) educativa que propone la presidencia, forma parte de un paquete de reformas decididas desde antes de sentarse en el palacio del Zócalo capitalino, encaminadas a construir un México de beneficios en el que solo cabe una reducida cúpula de poderosos, también escogida de antemano.

Visto así, el comportamiento abusivo, madrugador, burlón y grandilocuente de los legisladores (diputados y senadores) al pactar en lo oscurito esta reforma, habla de un modus operandi cupular y servil de los partidos que participan en este gobierno. Nos dimos cuenta que el termino Reforma, en las manos del presidente Enrique Peña Nieto, no tiene una connotación positiva como se esperaría. No se trata de Reformar para llevar a los mexicanos hacia un futuro más próspero, sino que la intención de estos cambios es la de Reordenar los espacios estratégicos para colocar dirigencias aliadas. 

El panorama de estos movimientos simultáneos (reforma laboral, reforma energética, reforma educativa, más las que pasaron y las que faltan) forman parte de una gran estrategia, en la que los maestros son una pieza más del rompecabezas (Reforma neoliberal total) que armará la reconfiguración de un Estado cupular, aliado con el capital nacional-trasnacional. 

Recordamos, por ejemplo, que este gobierno encarceló a Elba Esther Gordillo con base en un acuerdo cupular que, más allá de la manipulación mediática al mejor estilo priista, sirvió para jubilarla felizmente por la ruta más corta y menos arriesgada (con algunos años de cárcel), al estilo Raúl Salinas, sin arriesgar lo que efectivamente les importa: el control de los maestros y la pésima calidad de la educación.

Nos preguntamos por qué no sentimos la misma indignación por los abusos del poder, como lo hacemos con las manifestaciones de inconformidad de nuestros pares, que son trabajadores como nosotros, con salarios indecorosos, sin sindicatos honestos como nosotros y con los que tenemos muchos motivos en común para estar indignados. Nos dimos cuenta que en lugar de desarrollar un sentimiento natural de solidaridad, nos sentimos incapaces de comprenderlos y despreciamos y descalificamos la dignidad y la fundamentación de su lucha. Nos aterra que los maestros sean como nosotros; al contrario, nos halaga pensar que son peores, que son holgazanes, que son los únicos culpables de la mala educación, que no están calificados para enseñar a nuestros hijos y que es mejor estar a lejos pagando una escuela privada.

Nuestra mirada, manipulada por los medios de comunicación, hace que nos enfurezcamos contra los maestros que nos impiden llegar a tiempo al trabajo, que nos molestan con sus gritos y pancartas, que ensucian nuestras ciudades, que abandonan a nuestros niños (aunque los nuestros estén en escuelas privadas); en fin, que no se vayan a cumplir con su trabajo y se sometan como nosotros, calladamente, a la conservación de nuestro salario.

El Estado conoce muy bien nuestras reacciones, y las alimenta premitiendo/provocando esta situación de aparente caos, de la que la  CNTE es la única responsable.  El Estado, también, tenía calculado que los maestros disidentes vendrían a las ciudades, que causarían problemas y que terminaríamos confrontándonos como sociedad. Tanto es así, que hoy no comprendemos por qué en la CNTE se niegan a dialogar, como personas civilizadas, con los legisladores que los madrugaron vilmente. ¿Cuál es el sentido del diálogo si lo aprobado no cambiará?

Con nuestro enojo a cuestas olvidamos, entre otras cuestiones, los motivos históricos que los maestros tienen para reclamar sus derechos, las innumerables vejaciones, abusos y represión de la que son y han sido objeto, el olvido y desatención en que los ha sumido el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y los Gobiernos, así como la necesidad de una profunda reforma educativa construida desde y con los maestros, como los actores centrales.

Terminamos nuestra charla dejando pendientes cuestiones como: ¿Acaso hay un solo responsable de esta crisis y de la crisis educativa? ¿El problema de los maestros y de lo educativo se soluciona si los maestros se vuelven a sus aulas? ¿En dónde está el origen del problema de lo educativo y de lo laboral? ¿Qué debemos hacer ante el paquete de reformas que viene?

*El autor Doctor en Economía por la Universidad de Hamburgo, Alemania. Trabaja en el Centro de Estudios Superiores Justo Sierra O'Reilly, y se especializa en temas de desarrollo económico, epistemología y educación popular.

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