sábado, 3 de mayo de 2014

EE.UU contra Rusia: No importa lo que se sigan creyendo

Si hay un precio temporal que Rusia tenga que pagar si se cumplen y son efectivas las amenazas de sanciones  por no practicar genuflexiones, habrá que tomarlo como un nuevo esfuerzo o sacrificio de resistencia de un pueblo estoico al que la humanidad entera tendrá a la larga que reconocerle.

José Luis Callaci / Especial para Con Nuestra América

El presidente Obama redobló su apuesta
por las sanciones económicas  a Rusia.
Coincidimos con aquellos que opinan que la era de un mundo unipolar, en el que Estados Unidos so pretexto de “defender la democracia” solo cuando beneficia sus propios intereses es el centro, está llegando a su fin. Desde la instauración y el apoyo a las más cruentas dictaduras de América Latina, pasando por invasiones a países que no se les someten,  hasta sus recientes incursiones violentas a través de grupos  nazi- fascistas en Ucrania y Venezuela,  sobradas son las muestras de una burda hipocresía  pretendida vender como verdad.

Pero, al margen  de lo que se sigan creyendo para imponérselo a otros, no les queda hoy vestigios de autoridad  moral para justificar intervenir en los asuntos internos de otros países. Lo que están haciendo en Ucrania, situada a 8.000  km de su territorio,  en las fronteras de dos países, con un mismo pueblo  hermanado por la misma historia,  desde cualquier ángulo  que se lo quiera ver,  es un acto criminal contra esa paz que ha prevalecido entre ucranianos y rusos. De poco les servirán esta vez los filtros de la información monolítica y monopólica, que aún controlan y que no acepta competencias. Gracias a esas nuevas autopistas de la comunicación moderna, que llega a todos los  rincones del planeta, la gente ya no  come tanto cuento.

La incredulidad y los silencios permisivos inducidos por los viejos miedos o la ignorancia,  le ceden terreno al reconocimiento de verdades que llevarán irremediablemente al actual liderazgo de la potencia del norte a severas condenas en el implacable juicio de la historia. Con sus extremas torpezas al falsear la realidad sobre la crisis en Ucrania, por ellos provocada,  lo que están cosechando es una  mayor credibilidad en Rusia y eso hiere, es compresible, los sentimientos de sus cada vez más escasos acólitos, que ante la ausencia de argumentos recurren  al insulto y a esos gastados  epítetos descalificadores. En cuanto a la “diplomacia” de los eternos agresores, que hoy vuelven a empujar al mundo al borde de una guerra,  cabe aplicársele  aquel consejo que el gran sacerdote Laocoonte le dio al Rey Priamo cuando a las puertas de la legendaria ciudad, referida por Homero en La Ilíada y la Odisea, y por Virgilio en La Eneida, dejaron el  famoso presente: “Señor no creas en los griegos, ni aun cuando te ofrecen regalos”. 

El resto sobre el Caballo de Troya es historia conocida. Cuando la verdad comienza a imponerse ya no importa tanto lo que ellos se sigan creyendo, infalibles jueces, gendarmes o dueños de la vida y lo destinos de todos los que habitamos en este planeta.  

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