sábado, 10 de enero de 2015

América Latina 2015: ¿Qué se re-ordena en la cartografía del poder?

Se tambalea un imaginario en América Latina, sus signos todavía no son claros, se requiere mucho esfuerzo en todos los ámbitos, la tarea es abismal, pero algo se comienza a desdibujar: ya no somos región trasera de ningún imperio, y eso es bastante si somos honestos con el análisis de América Latina.

Jesús Alejandro Marcano* / Especial para Con Nuestra América
Desde Maturín, Estado Monagas, Venezuela

El crono mundializado por el proceso cultural de tantos años de manipulación e imposición  nos coloca en un 2015 latinoamericano de grandes e inmensas perspectivas geopolíticas: Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador y  Venezuela constituyen  países sudamericanos con gobiernos de un sentir de multitudes de clara bandera integracionista, unionista y antineoliberal, los bloques conformados como UNASUR, MERCOSUR, ALBA; tienen un  componente principista en claves  de complementariedad, humanismo, endogeneidad y contextualidad, atrás parecen ir quedando  las premisas  que orientaron organizaciones como la OEA, el TIAR, CAN y otras propias de doctrinas geopolíticas dinamizadoras de inserción de América Latina en la lógica de pueblos a civilizar por la ética del capital.

En Centroamérica Nicaragua y el Salvador, en el Caribe la Cuba que marca la pauta para toda la región en cuanto a marco de referencia de concreciones política y éticas más allá del capital, en fin se ha puesto a andar el gran experimento latinoamericano, pueblos movilizados, México, un gran ejemplo de lucha ante los genocidios que otros pueblos también han vivido, para ello unas conciencias sujetan en ánimo de paradojas políticas la gramática y el lenguaje que comenzamos a pronunciar, aquí no ha sido el verbo y luego la palabra, en esta región el grito enmudeció el arsenal de la maquinaria neoliberal que quiso imponerse en los últimos veinte años de la centuria pasada.

Fue un bufido  y un clamor que en unos más que en otros  las masas y multitudes de la región, dieron organización en los referentes instalados de democracia representativa la opción de un examen histórico que comienza a tomar cuerpo.

Hoy Cuba demuestra al mundo lo que significa dignidad, honestidad, humildad y valentía; no pudieron rendirla ni cuando cayó el socialimperialismo soviético, ni los 56 años del criminal bloqueo impuesto por el imperio más cínico de la historia de la humanidad, ni sus últimas once administraciones gubernamentales que llevaron llanto y destrucción a gentes inocentes en varias latitudes, con sus invasiones “libertarias” en nombre de su democracia y sus “daños colaterales”, uno de los tantos eufemismos neoliberales del terrorismo.

Asimismo la Venezuela bolivariana ya puede dar muestra de su experiencia en el  plano de victoria electoral tras victoria electoral, victoria popular-militar (13A-2002), derrota al saboteo petrolero, derrota a “guarimbas” y hoy vive su más alto desafío que es derrotar una guerra en el campo económico.

Se tambalea un imaginario en América Latina, sus signos todavía no son claros, se requiere mucho esfuerzo en todos los ámbitos, la tarea es abismal, pero algo se comienza a desdibujar: ya no somos región trasera de ningún imperio, y eso es bastante si somos honestos con el análisis de América Latina. Pero la honestidad intelectual también pasa por la responsabilidad de asumir que nada está fácil, por lo que el desdibujamiento que tuvo solidez histórica de una América Latina periférica orbitando totalmente en la gravitación norteamericana ya no es tan verdad, pero tampoco ha implicado un desplazamiento real del cartograma del poder instalado históricamente, no obstante toda la maquinaria puesta a funcionar para entorpecer este despertar endógeno señala que el “ruido de las piedras que trae el crecimiento del caudal del río” significa que se re-ordena el mapa, su léxico debe variar, su simbología comienza a tener otros trazos  y su escala tiene una  dimensión distinta.

Revolución socialista, revolución bolivariana, revolución ciudadana, por decir algunas no  sólo son  consignas ni apellidamiento a conceptos claros en política, la politización y repolitización de la región dice mucho, los logros y avances en ámbitos claramente humanísticos como el político, social, tecnológico, educativo manifiestan una práctica cultural e histórica que nos cohesiona.

Somos altamente dependientes en el campo económico, en el caso de Venezuela casi 100 años que sus ingresos absolutamente son del petróleo señalando esto su mayor debilidad y su más grande desafío, ser post capitalista pasa por ser post petrolero, esta es una tesis que tengo para el debate que se avecina.

Quebrar la estructura pasa por ir juntos como América Latina y contextualizarnos mas como región que como país, los inconvenientes terribles de hoy en Venezuela son una demostración de la hipótesis que digo. Problematizar esta situación es una tarea nuestra en el 2015, saldos políticos organizativos tenemos de estos últimos quince años en el país, desde consejos comunales, pasando por comunas y llegando a instancias de consejos populares presidenciales  que han permitido uno de los alcances de las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013;  que es “(...)la  democracia protagónica revolucionaria, en la cual la mayoría soberana personifique el proceso sustantivo de toma de decisiones”. Muchos errores pueden destacarse, pero debe servir para un aprendizaje de empuje en la dirección de innovar en el concepto constitucional de esta otra idea de participación para una democracia de nuevo tipo.

Si queremos empujar y re-ordenar nuestro mapa de relaciones hace falta más que haber cambiado, como se hizo para beneficio del pueblo y la nación, todo el pauperismo social heredado, pues como lo señalaba CORDIPLAN a fines del período del presidente Caldera (último de la democracia representativa burguesa) había 80% de pobreza, 39 de pobreza extrema, 14% de indigentes, 15% de desempleo, 37% de desnutrición infantil y 30% de deserción escolar, cifras estas propias de la cartografía que se desdibuja. 

No obstante ello hay que darle sostenibilidad y sustentabilidad al nuevo marco de relaciones y esto pasa por romper regionalmente con la misma lógica que nos liga a un imaginario impuesto por un proceso geopolítico que en un momento logró imponerse contra la constitución de la Gran Colombia  y que hoy atenta contra este nuevos despertar de las multitudes y que con la férrea voluntad política y sus instrumentos más expeditos (partidos, frentes, movimientos, etc), una alta conciencia histórica (instituciones y otras organizaciones), un sujeto transformador corporizado como pueblo (en concreciones de multitudes en unidades de batallas, de discusiones, círculos de acciones, coordinadoras, etc.) con el marco normativo y el poder constituyéndose tensionen la reestructuración de la cartografía de las relaciones de poder, que implique las re-configuraciones económicas sobre categorías claves como el trabajo en batalla contra el capital.

La suerte no está  echada, eso nunca ha sido verdad, lo que están son las condiciones propias latinoamericanas para hacer valer la premisa del manifiesto comunista, “todas las solideces se desvanecen en el aire”; allí están en este momento, vamos a desvanecer lo arraigado como imaginario de una estructura negada a los actuales desafíos que construimos como multitudes rebeldes por una otra región latinoamericana de quiebre con la lógica ensimismada en el andariego patrón y modelo que tuvo en Monroe la cita aforística de que somos región para el imperio. Hoy eso no es verdad, estamos inaugurando un cambio de época, un momento epocal (no hay redundancia), pues, en la cartografía del poder en América Latina lo que se re-ordena  es que no seremos una devenida del norte  en la medida que desde el sur construyamos el  mapa territorializado y el  lugar antropológico de vida y de condición humana, eticidad y estetas latinoamericanos, sujetos de conciencia por el equilibrio del planeta.     

*Director del Eje Geopolítico “Heroína Juana la Avanzadora” de la Universidad Bolivariana de Venezuela / marcanofernandez@gmail.com   

1 comentario:

Raúl Paretty dijo...

Cuba, Cuba es ejemplo de dignidad, humildad, sin ser potencia económica resistió al imperialismo. En Sur América Venezuela Bolivia, Ecuador, son ejemplo de valentía. En Centro América no podemos decir lo mismo dependemos de programas económicos del Imperialismo "Fomilenio II" Eso no permite hablar ni siquiera hablar de independencia. No hay condiciones ni voluntad para avanzar rumbo al Socialismo.