sábado, 10 de enero de 2015

Ecuador: Indígenas, movimientos sociales y política

El inicio de un nuevo año motiva nuevas reflexiones históricas. Y en Ecuador vivimos una fase de ‘estabilización’ de la Revolución Ciudadana en sus alcances y sus límites, que obliga a retomar ciertos ámbitos de la historia, que parecen perderse.

Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo

Un movimiento tan antiguo e importante como la rebelión de los barrios de Quito (1765) nació en las casas de los vecinos de la ciudad colonial. Fue también en casa de Manuela Cañizares donde se reunieron los próceres que el 10 de Agosto de 1809 instalaron en Quito una Junta Soberana, con la que se inició el proceso de la independencia. Hoy, esas casas son baluartes y patrimonios históricos.

El siglo XIX está lleno de rebeliones indígenas y movilizaciones populares. A fines del mismo se organizaron los primeros sindicatos obreros, que el 15 de noviembre de 1922 lanzaron una lucha reivindicativa liquidada a fuego y sangre.

Gracias a los gobiernos de la Revolución Juliana (1925-1931), por primera vez la izquierda tuvo expresión y el Estado institucionalizó la atención a las clases trabajadoras. En el ambiente social y político de la época, surgieron organizaciones como la CTE (Confederación de Trabajadores del Ecuador, 1945) y la FEI (Federación Ecuatoriana de Indios, 1945) auspiciadas por el Partido Comunista; pero también la CEDOC (Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos –ese fue el nombre originario- 1938) patrocinada por jerarquías de la Iglesia y jóvenes conservadores.

La década de 1960 fue singular para la izquierda ecuatoriana, que se multiplicó en movimientos y partidos. En 1962, incluso con el patrocinio norteamericano, surgió la CEOSL (Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres). Pero las tres grandes centrales sindicales lograron converger hasta constituir el FUT (Frente Unitario de Trabajadores, 1980), que libró importantes y sonadas ‘huelgas nacionales’ hasta fines de los ochenta.

Desde 1990, en cambio, tomó auge el movimiento indígena con sus diversas organizaciones y la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, 1986) se convirtió en eje de la lucha social, pues otros movimientos eran incipientes y el FUT literalmente había desaparecido.

Sin duda, la Revolución Ciudadana (2007-2014) abrió un nuevo ciclo histórico favorable a las izquierdas y los movimientos sociales, que se potenciaron, aunque progresivamente se dividieron. La CONAIE y el FUT pasaron oficialmente a la oposición, y una serie de dirigentes enfilaron en posiciones absolutamente reaccionarias frente al país, mientras sus bases, en cambio, apoyaban permanentemente a la Revolución Ciudadana.

Pero la CONAIE, el FUT y los movimientos sociales han hecho política en la historia y gracias a ello han sido confrontadas las clases en el poder y los gobiernos a su servicio. Tales movimientos sociales seguirán haciendo política, cualquiera sea la sede o lugar donde se encuentren. Y también gracias a esa inevitable lucha, la propia Revolución Ciudadana tiene que encontrar demandas populares y saber ubicarse en las respuestas.

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