sábado, 3 de enero de 2015

Lágrimas de gozo y lágrimas de odio

Las lágrimas son producidas por innumerables causas; el 17 de diciembre un pueblo de once millones de habitantes lloró de alegría por la liberación y retorno a la patria de sus héroes: Ramón, Antonio y Gerardo.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

Los cinco héroes cubanos disfrutaron un concierto de homenaje
en La Habana, a cargo de Silvio Rodríguez.
Audios y videos de las entrevistas realizadas a familiares, autoridades, al cubano de a pie y a personalidades de la cultura y la academia evidenciaron que la garganta se les hacía un nudo y las lágrimas descendían por las mejillas; son lágrimas de gozo, satisfacción y victoria.

Cuba ganó de manera contundente. Evo Morales presidente de Bolivia lo resumió bien: “Cuba doblegó a Estados Unidos”. También hay que reconocer el gran papel desempeñado por la diplomacia cubana. Razón tenía Gabo cuando expresó en “El Fidel Castro que yo conozco”: “Ha creado una política exterior de potencia mundial, en una isla 84 veces más pequeña que su enemigo principal”.

En estos dieciséis años, los Cinco, que fueron sometidos a los más crueles vejámenes, mostraron de lo que está hecho un verdadero revolucionario: desprendimiento, dignidad y valor. Ellos siempre fueron leales a la patria, nunca traicionaron los principios de la Revolución y pusieron la bandera de Cuba -intachable y noble-, flameando en lo más alto del imperio.

El adversario no pudo humillarlos, los Cinco regresaron íntegros y dispuestos a seguir luchando. A pocos minutos de pisar el suelo patrio, se estrecharon en abrazos con Raúl, y fue impresionante escuchar de labios de Gerardo, decirle al General de Ejército y Presidente de Cuba: “De nuevo a sus órdenes para lo que sea”, y a Antonio expresar: “Le dice al Comandante en Jefe que aquí estamos también, para seguir cumpliendo en lo que haga falta”.

¿Acaso estos hombres -los Cinco- no habrán sido educados en el espíritu del Che?

Los mayores perdedores son los batistianos, esa gentuza de la extrema derecha de Miami, nido de terroristas y criminales, que con sus representantes en el Congreso tenían secuestrada la política internacional de los Estados Unidos hacia Cuba. Esta vez perdieron por partida doble: no lograron evitar el retorno de los Cinco a su patria (al igual que no pudieron el 2000 evitar el retorno del niño Elián González) y porque se ha acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El 17 de diciembre la cueva de la miseria humana de Miami sufrió una histeria colectiva (de tanta convulsión colapsaron las clínicas); esa posición extremistas, anexionista y violentistas deberá ser sepultada. El negocio de vivir de las calumnias tendrá que cambiar. Mientras que en Cuba las lágrimas eran de júbilo, en Miami los contrarrevolucionarios lloraban de odio, impotencia y venganza.

Carlos Alberto Montaner, eterno pronosticador de la caída de la Revolución y la muerte de Fidel, apareció lloriqueando en cámaras -tenía que ser en la CNN-, hablando incoherencias y afirmando con desesperación, que no entendía cómo Obama había liberado a los cubanos, si estaba probado que habían llevado bombas para atacar instalaciones de  Estados Unidos. ¡El ladrón juzga según su condición! Montaner es el mejor representante de los mercenarios cobardes, mentirosos, calumniadores e indignos, que a costas de Cuba se han llenado los bolsillos de dólares (esos son los “analistas” de CNN). Las lágrimas de Montaner representan a las de la caverna de extrema derecha de Estados Unidos: Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen, Ninoska Pérez Castellón, Mario Diaz Balart, Robert «Bob» Menéndez entre otros.

Una vez más triunfó la verdad y la justicia.

No hay comentarios: