sábado, 18 de abril de 2015

Costa Rica: ¿Seguiremos inermes ante la hegemonía mediática?

Al presidente hondureño Mel Zelaya le dieron un golpe de Estado por querer hacer una consulta al pueblo sobre una constituyente. Ahora, por mucho menos, el poder mediático costarricense está a punto de linchar al presidente Luis Guillermo Solís, por el “pecado” de poner a debate reformas necesarias a la obsoleta Ley que regula el espectro radioeléctrico.

Juan Félix Montero Aguilar* / Especial para Con Nuestra América

Desde hace bastante tiempo, la potencia que  pretende la hegemonía mundial, se propuso  ganar las mentes y corazones de las gentes para sus propósitos. La propaganda emocional, sugestiva, subliminal cobra cada día más fuerza, desplazando aquella dirigida a la razón. En las llamadas “guerras de cuarta generación”, según la jerga militar norteamericana, la parte mediática es un frente más de la contienda, y cada vez adquiere más preponderancia. En medio de ese ajedrez político nos encontramos nosotros.

Dice la historia que  el empresario del periodismo William Randolph Hearst envió  un reportero  a Cuba a cubrir la guerra. Poco tiempo después éste  le reclamaría:- Señor Hearst, pero si aquí no hay guerra. Él le contestó: -Usted encárguese de las fotos, nosotros le pondremos la guerra. Pronto se produciría la explosión del buque Maine en la bahía de la Habana, que serviría de pretexto para desatar la guerra De Estados Unidos contra España a fin de arrebatarle sus colonias. Ahí floreció el periodismo con fines políticos y el amarillismo.

Sin embargo, así como a la prensa se le señalan estos defectos, no sería justo dejar de reconocer cómo valientes periodistas se ha encargado de poner los puntos sobre las íes en numerosos casos, como por ejemplo el espionaje en el caso denominado  Watergate, que llevó a renunciar al presidente de los EEUU, Richard Nixon. Desgraciadamente esa cultura que en algún momento enalteció al periodismo norteamericano, cada vez está más devaluada.

Conocido es el imperio de medios de comunicación que maneja el magnate australiano nacionalizado estadounidense  Keith Rupert Murdoch, el cual  comprende medios tales como The Sun y The Times y cadenas de televisión como Fox y Sky), la que es considerada la segunda corporación de medios de comunicación más grande e influyente del mundo. Gigantes así son los que hoy son conocidos como latifundios mediáticos y que se ha especializado en apoyar las peores causas incluida la invasión de EEUU a Irak.

Del poder de los medios de comunicación, denominado ya en algunos países como el cuarto poder, fuimos testigos los costarricenses a principios de la década de los ochentas. Posteriormente a la caída de la dictadura de los Somoza, el Frente Sandinista de Liberación Nacional gozaba de un apoyo de más del 85% de la población y cuando el gobierno de Ronald Reagan lanzó su guerra contra Nicaragua financiando y abasteciendo a la llamada “contra”, fue orquestada a través de la Embajada de EEUU en Costa Rica una implacable  campaña para revertir esta situación y facilitar así el uso de nuestro territorio por parte de la contra. Instalaron la llamada Radio Costa Rica (VOA) en Grecia de Alajuela, crearon la Cámara Nacional de Radio (CANARA) que fue la columna vertebral de esa campaña y hasta se inventaron cantar el Himno Nacional frente a Radio Monumental. Como consecuencia de esa campaña que nada tenía que envidiarle a quien acuñara aquella famosa frase de “miente, miente que algo queda”, en término de tres meses ese apoyo al FSLN había sido reducido a tan solo un 3%.

Hoy en día  la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) que reúne a las más  poderosas empresas del periodismo y la comunicación en nuestro continente continúa esa labor.

En varios países América Latina se han venido realizando  esfuerzos por blindarse ante estos latifundios mediáticos, de las agencias internacionales de prensa como UPI; Franspres, EFE, etc., es decir de garantizar que los pueblos puedan recibir, diversidad de información que les permita a las personas formarse una propia opinión y no estar bombardeados unidireccionalmente y con exclusividad de esa única visión de las cosas.

Pero estos esfuerzos han afectado intereses económicos empresariales que han utilizado todas sus influencias por demonizarlos, realizando intensivas campañas para acusar a estos gobiernos de atentar contra la libertad de prensa.

Nos tocó el turno

En Costa Rica, la necesidad de actualizar la legislación sobre medios de comunicación, y en general las regulaciones a la explotación del espectro radioelectrónico, llevó al gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera (LGSR) y al Ministerio de Ciencia y Tecnología a provocar un debate al respecto y comenzar a construir un borrador de Ley para ponerlo en discusión en la Asamblea Legislativa.

Pero la reacción no se hizo esperar, ya no solo Ignacio Santos y Canal 7, La Nación, el programa de Amelia Rueda y otros  se sumaron  en  santa cruzada. Los poderosos medios de comunicación empresariales en Costa Rica parecieran  intocables. Sus privilegios no soportan el rumor siquiera de una regulación a la ley de medios para democratizar el derecho a la información del pueblo costarricense. Su reacción desproporcionada es prueba evidente de ello.

Según explicaba en una emisora una funcionaria del ministerio proponente de esta nueva ley sobre comunicaciones, los artículos que están objetando forman parte de la ley vigente desde 1954. Aquí de lo que se trata es demonizar esta propuesta, simplemente calificándola como chavista.

Artículo 17.-Es absolutamente prohibido:

a) La trasmisión y recepción de correspondencia privada, salvo expresa autorización del autor o la divulgación del contenido o de la existencia de dicha correspondencia, en caso de llegarse a interceptar;

b) La trasmisión o circulación de noticias falsas, señales o llamadas de alarma sin fundamento;

c) La retransmisión de programas de radiodifusión provenientes de otras estaciones sin el consentimiento expreso de los interesados.

ch) El uso de lenguaje vulgar o contrario a las buenas costumbres;

d) Usar lenguaje injurioso que perjudique el honor e interés personales.


Debemos escuchar opiniones

Con la caballerosidad que lo caracteriza, Orlando Castro Quesada, director CANARA, afirma lo siguiente:

El argumento usado de fachada es que la ley de radio… de 1954 está obsoleta; sin embargo, no han presentado un solo argumento que demuestre la eficacia de tal decir. Nuestra Constitución es de 1949 y no falta quien la defienda a capa y espada. Otro argumento está en los bajos montos que los concesionarios de radio y televisión pagan por la concesión. Para tu información CANARA, conscientes de esto, en el pasado, mandó varios proyectos de ley a la Asamblea Legislativa para que se aumentara el monto del pago pero los diputados de turno nunca le dieron la importancia debida. Y el argumento tercero es que existe gran concentración de los medios de comunicación; en el caso específico de los asociados a CANARA, te puedo asegurar con toda propiedad, que la inmensa mayoría son pequeños empresarios, que diariamente, hacen grandes esfuerzos para cumplir con sus obligaciones. Si se habla de chavismo es porque el enfoque del proyecto es muy similar a las leyes que su momento Chávez promulgó y cuyos efectos son de todos conocidos”.

Un intelectual como el economista Luis Paulino Vargas nos dice lo siguiente:

“Estoy absolutamente convencido que urge inyectar pluralismo en el espacio informativo costarricense, hoy sometido al imperio intolerante e intransigente de un pequeño número de poderosas empresas mediáticas, dedicadas a difundir un único punto de vista y a censurar e invisibilizar cualquier cosa que se salga de esa norma. No tengo problema en que esas empresas periodísticas sigan informando como lo hacen, pero sí urge es que otros medios generen la posibilidad de que otros puntos de vista también se expresen”.

Al presidente hondureño Mel Zelaya le dieron un golpe de Estado por querer hacer una consulta al pueblo sobre una constituyente. Claro, lo que querían era sacar a Honduras del ALBA. Lo vinieron a tirar en pijama a Costa Rica en contubernio ustedes saben con quién. Ahora, por mucho menos, el poder mediático costarricense está a punto de linchar al presidente LGSR, por el “pecado” de poner a debate reformas necesarias a la obsoleta Ley que regula el espectro radioeléctrico. De verdad que en intolerancia no nos diferenciamos mucho.

*Analista político costarricense.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solamente una aclaración: la VOA estaba en San Carlos, en Grecia se instaló Radionoticias del Continente como un esfuerzo para contrarrestar a la Voa: fue bombardeada y asaltada por mercenarios.