sábado, 12 de septiembre de 2015

Bicentenario de la Carta de Jamaica

El ideario latinoamericanista que urge desarrollar en este siglo XXI, en el cual se han dado destacados pasos para llegar a ese permanente anhelo regional propuesto desde hace doscientos años, tiene como figura egregia al Gran Libertador, Simón Bolívar.

Adalberto Santana* / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de México

Con suma razón escribió el poeta mexicano Carlos Pellicer que “Simón Bolívar es el hombre más grande que ha nacido en el Nuevo Mundo”.  Sin duda Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios de Aguirre Ponte-Andrade y Blanco, mejor como el Gran Libertador  nació 24 de julio de 1783 en la colonial ciudad de Caracas. Su muerte aconteció 47 años después de su nacimiento, precisamente el 17 de diciembre de 1830 en la Hacienda de San Pedro Alejandrino, muy cercana a la caribeña ciudad de Santa Martha, Colombia. Se puede afirmar con toda justicia que la presencia e imagen de Simón Bolívar, es sin lugar a dudas el personaje histórico latinoamericano más homenajeado en todo el mundo. Su nombre figura de manera destacada en todas las naciones latinoamericanas. Por ello se le ubica reiteradamente en todas nuestras naciones y ciudades latinoamericanas, pero también en diversos países del mundo.

De igual forma, se le reconoce en múltiples  espacios púbicos. Su veneración se reitera con su nombre que figura en numerosas calles, avenidas, plazas públicas, bibliotecas, auditorios y  teatros. Pero también algunos países hacen referencia a su nombre: Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela. O bien han surgido organismos regionales inspirados en sus ideas de integración regional como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) formada el 27 y 28 de abril de 2005 como producto de la Declaración Conjunta y el Acuerdo para la Aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), firmada por los entonces presidentes de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías y el de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Pero Bolívar también es un personaje histórico que figura en esculturas, bustos o murales y pinturas. Asimismo es personaje central en múltiples trabajos literarios, ya sea en connotadas poesías, novelas, cuentos, obras de  teatro y películas. También encontramos a Bolívar en múltiples y diversos ensayos, conviene señalar alguno de ellos. En este caso tomemos el ejemplo de lo que nos dice José Martí: “¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!”

Conviene destacar que todo este tributo de homenajes a Simón Bolívar, proviene esencialmente de una serie de reconocimientos que a lo largo de 200 años  (desde el mismo momento que se lograron las independencias de los países latinoamericanos hasta nuestros días del llamado Bicentenario de la Carta de Jamaica) los pueblos y gobiernos de nuestra región han identificado en Bolívar al precursor de las ideas y proyectos de integración regional.  Pensemos que el ideario latinoamericanista que urge desarrollar en este siglo XXI, en el cual se han dado destacados pasos para llegar a ese permanente anhelo regional propuesto desde hace doscientos años, tiene como figura egregia al Gran Libertador, Simón Bolívar.

De igual forma podemos pensar que la idea de la  integración bolivariana, la interpreto el maestro Leopoldo Zea siguiendo la propuesta del mismo Bolívar en el sentido del compromiso con la defensa de Nuestra América. Así, la idea de la integración bolivariana señala Zea se plantea cuando: “Años más tarde Bolívar alcanzaría la integración de los insurgentes latinoamericanos en su lucha y triunfo por la libertad. Integración que debería ser seguida en la paz, para el logro de un orden internacional a través del cual los pueblos de esta América y, los de todo el mundo, pudiesen convivir de otra forma que no fuese ya la de la servidumbre contraria a la de la dignidad del hombre. La unión de Venezuela y Nueva Granada como punto de partida de la reunión de los pueblos libres de esta América. Imagino ya de lo que podía llegar a ser una gran comunidad que abarcase todos los pueblos de la tierra. Todas las naciones del planeta conviviendo libremente”.

Las ideas de numerosos próceres latinoamericanos tienen como paradigma o modelo la gesta desarrollada por Simón Bolívar.  Así, por ejemplo, en el pensamiento de los héroes de la independencia, la reforma o de la revolución, en Bolívar se encuentra la continuidad de la vocación latinoamericanista. Pensamiento que a nuestro juicio sigue vigente.

Uno de los temas medulares en el ideario bolivariano es el de la Independencia, lo que significa no sólo pensar y analizar el pasado, sino también el presente. Es decir, valorarlo desde la perspectiva del futuro inmediato y mediato. Si consideramos que América Latina y el Caribe es una región relativamente joven, con muchos problemas y retos que resolver en este nuevo mundo globalizado, y justamente en ese sentido el Bicentenario de la Carta de Jamaica que el Gran Libertador escribió exactamente hace doscientos años, el 6 de septiembre de 1815, en ella nos dejó un rico testimonio de los que somos y hacia donde debemos ir. Así, al interpretar aquellos hechos históricos que acontecieron hace dos siglos nos remite, a nuestro criterio, a identificar algunos elementos que hablan de nuestro presente inmediato. La conmemoración del Bicentenario de las luchas por la Independencia es una labor de enorme relevancia y de gran simbolismo político para nuestras sociedades. Por ello, es necesario identificar el valor, la magnitud y el alcance de la Independencia ya que dio como resultado el nacimiento de lo que hoy identificamos como América Latina, concepto que nos hermana en el ideal bolivariano.

El exilio de Bolívar es un momento en que durante los años que van de 1814 a 1815 se clausura una fase de la guerra independentista hispanoamericana, especialmente cuando  las armas de los realistas se imponen sobre las fuerzas insurgentes. Coyuntura en la cual el documento escrito el 6 de setiembre de 1815 en Kingston, Jamaica: “Contestación de un Americano Meridional a un caballero de esta Isla (Henrry Cullen)”, Bolívar va analizar el presente de la entonces América Hispana considerando lo que había pasado en su historia y muestra a su vez las tendencias del porvenir.  Esto es, Bolívar en la “Carta de Jamaica” hará una radiografía de nuestra América donde se van a delinear lo que somos y hacia donde debemos ir. Al respecto Simón Bolívar escribió lo que todavía se requiere hacer en el afán de la integración latinoamericana:

Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América. ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras partes del mundo”.

* El Dr. Adalberto Santana es director e investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), UNAM.

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