sábado, 7 de noviembre de 2015

Venezuela: Operación tenaza

¿Qué lectura tiene la actitud de vecinos como Colombia y Guyana? La más inquietante. No la de vecinos respetuosos. Colaboradores. Todo lo contrario. En Colombia se extrema una actitud de desprecio hacia lo venezolano; hacia sus instituciones, su política y los procesos sociales que se cumplen. Todo ello con una ambigüedad grosera.

José Vicente Rangel / Aporrea.org

1. Creo que fue la canciller Rodríguez la que utilizó el término con el propósito de graficar lo que cada día es más evidente. Me refiero a la situación que afronta Venezuela con dos de sus vecinos, Colombia y Guyana, en momento de dificultades. Porque no hay duda de que Venezuela es un objetivo asediado. Factores poderosos, internos y externos, tienen al país en la mira. No pasa un día sin que haya algún tipo de agresión en su contra. Quien escribe no recuerda algo similar en el pasado. De una nación acosada por múltiples factores que emplean vastos recursos para llevar a cabo la desestabilización. La coordinación de esfuerzos en el mundo y el cinismo de dirigentes políticos, empresarios, parlamentarios, ex presidentes y ex jefes de Estado, instituciones, sin información debidamente verificada, acerca de lo que sucede en el país, no tiene precedentes. La conjura no tiene fronteras. Acentuada ahora con motivo de la celebración, en pocas semanas, de unas elecciones a las que los detractores le asignan connotaciones que van más allá de lo que institucionalmente representan. Por eso es que las expectativas en torno a ellas conducen a que un triunfo de la oposición equivaldría a un cambio inmediato de gobierno y al fin del proceso bolivariano. Que en el fondo es lo que persiguen.

2. Ante esta situación, ¿qué lectura tiene la actitud de vecinos como Colombia y Guyana? La más inquietante. No la de vecinos respetuosos. Colaboradores. Todo lo contrario. En Colombia se extrema una actitud de desprecio hacia lo venezolano; hacia sus instituciones, su política y los procesos sociales que se cumplen. Todo ello con una ambigüedad grosera. Mientras por un lado repiten el manual de los abrazos hipócritas, por otro auspician el contrabando de productos venezolanos, petróleo, comida, artículos del hogar, sin importarles el desabastecimiento que generan en Venezuela, y deliberadamente ignoran el desplazamiento de paramilitares o facilitan el ataque al bolívar. A lo anterior hay que agregar las voces guerreristas que se manifiestan en medios de comunicación que no ocultan su antivenezolanismo. Pero también, y quizá sea lo que más importa: el rearme de la Fuerza Armada colombiana -justo cuando está a punto de culminar la guerra interna-; la adquisición de sofisticados y costosos equipos bélicos; la asesoría norteamericana, in situ, en las bases que funcionan del otro lado de la frontera, y la manera como el alto mando castrense asume un plan elaborado por el Pentágono -Minerva- para alcanzar mayor operatividad y eficacia ante la amenaza exterior. ¿Contra quién se arma cuando prácticamente concluye la guerra interna?

3. Guyana, nación que siempre gozó del aprecio del Estado venezolano y con la cual existe un diferendo territorial manejado con respeto, tanto por los gobiernos venezolanos como por anteriores gobiernos guyaneses, se lanza ahora a una ofensiva desafiante contra Venezuela recurriendo a la mentira. Su actual presidente, David Granger, oficial entrenado en la Escuela de las Américas, vinculado a EEUU, no solo utiliza una agresiva campaña verbal contra su vecino, de distorsión de hechos y realidades, sino que ha optado por reorganizar su Fuerza Armada; entrena en el Esequibo con asesoría norteamericana; potencia su aviación y ya anuncia una política armamentista para repeler un supuesto ataque militar venezolano. Que solo existe en los planes que elabora, conjuntamente, con el Pentágono. Tutelaje evidente, como también lo es el propósito de servir de instrumento de provocación. Lo que describo es para alertar al pueblo y al Gobierno venezolanos sobre la "operación tenaza". Nada más.

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