sábado, 13 de febrero de 2016

Morir en el Golfo

Morir en el golfo es la trágica cotidianidad  en Veracruz. Pero al igual de lo que sucedía en América Latina en la época de las dictaduras, hoy la muerte en todo  México se encuentra desatada.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

Tal es el título de la novela política que escrita por Héctor Aguilar Camín fuera publicada en 1986. Muy bien escrita, relata una historia en el estado de Veracruz en México, en la  cual  aparece un corrupto y asesino dirigente sindical que aprovecha su poder para despojar de sus bienes a quien se le ponga enfrente. La novela retrata al Veracruz del segundo lustro de los años setenta, en donde el poder político es actor protagónico de una sórdida trama de violencia inaudita. Tres décadas y media después de la época en que fue ambientada la novela, Veracruz se encuentra en una situación de terror mucho peor. Los distintos cárteles del narcotráfico, entre ellos los Zetas y el del Golfo, han arrasado con la vida cotidiana de la gente. Han penetrado en los ámbitos más altos del poder político del estado y, como está sucediendo en el resto de México, merced a la corrupción se confunden con las policías y las distintas instancias gubernamentales.

El martes 9 de febrero de 2016 fue publicada en la redes sociales la estremecedora foto del cadáver de la periodista Anabel Flores, desaparecida el día anterior cuando un comando penetró a su casa  y la secuestró. La periodista apareció  al día siguiente a la orilla de una carretera en el estado de Puebla con las manos amarradas y el rostro cubierto. El crimen recuerda el cometido el 1 de enero con Gisela Mota la alcaldesa de Temixco, Morelos, también asesinada cuando un comando penetró en su domicilio.  Con Anabel Flores suman ya 17 periodistas asesinados en Veracruz  durante los cinco años del gobierno de Javier Duarte,  a los cuales hay que agregar  cuatro más que se encuentran desaparecidos. En estos cinco años, 3,345 personas han sido asesinadas en Veracruz, cifra terrible que se debe ubicar en un contexto más general. Estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan que entre diciembre de 2006 y mayo de 2015 poco más de 154 mil personas habían sido asesinadas en México mientras que entre aquel año y octubre de 2015, 26, 670  más habían sido desaparecidas.

Mientras  hallazgos cotidianos revelan que todo el territorio mexicano se ha convertido en una inmensa locación de fosas clandestinas, el Equipo Argentino de Antropología Forense, integrado por peritos de seis países han concluido que no hubo un incendio en el basurero del municipio de Cocula, al menos de la magnitud necesaria como para incinerar a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Cabe decir que parecidas conclusiones había expresado el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La “verdad oficial” del gobierno mexicano, construida para encubrir algo verdaderamente incómodo, se está haciendo trizas. Un nuevo escándalo azota a la pareja presidencial: la anulación del matrimonio religioso de la primera dama habría sido hecha con información falsa.

Morir en el golfo es la trágica cotidianidad  en Veracruz. Pero al igual de lo que sucedía en América Latina en la época de las dictaduras, hoy la muerte en todo  México se encuentra desatada.

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