sábado, 17 de septiembre de 2016

Cuba: Los engaños de Obama

Obama podrá despedirse de cualquier forma, y ojalá que sea de la mejor,  pero nosotros tendremos que seguir  tratando de entendérnosla con la próxima administración. Sea demócrata o republicana. Ante la cual deberemos defender lo alcanzado  y no bajar la guardia para enfrentarnos con fuerza a lo que  nos depare el futuro.

Esteban Morales / La Pupila Insomne

Obama está concluyendo  su  Administración. Pero no parece que su despedida  dejará un legado presidencial como podíamos esperar después del 17 de diciembre del 2014, cuando el  Presidente declaró valientemente,  que la política seguida con Cuba había sido un fracaso y que era Estados Unidos quien había resultado aislado con tal política. También dijo que no era posible continuar haciendo todo de modo igual y esperar resultados diferentes. Lo que indica tempranamente, que Obama, con Cuba, nunca se propuso cambiar la estrategia de política,  sino,  si acaso, solo los métodos y sus mecanismos de instrumentación.

Es lógico pensar, que cuando Barack Obama hizo sus declaraciones del 17 D, ya había pensado las alternativas a seguir.  Lo contrario sería  imaginar erróneamente  que se nos presentaría como un derrotado y arrepentido. Renunciando a sus intereses imperiales.

Obama, aun  antes de ser presidente, no compartía la política hacia Cuba; pero cuando declaro al final de su campaña presidencial del 2008,  que conversaría con Cuba, también dijo que no levantaría el bloqueo. En lo cual ha sido totalmente consecuente. No ha levantado el bloqueo, a pesar de conminar al Congreso a principios del 2015,  a hacerlo;  haberlo criticado como algo inoperante y obsoleto, también  haber  adoptado medidas – como las referentes al dólar-  que en definitiva,  tampoco  ha cumplido.

Todo lo contrario, la banca se ha asustado y con razón, por  la actitud de Obama de que Cuba no puede utilizar el dólar en sus transacciones. Poniéndoles unas multas que no tienen precedentes en la historia de las finanzas internacionales.

Obama posee prerrogativas presidenciales suficientes, para convertir al bloqueo  en una “entelequia”. Pero ha preferido mantenerlo y ni siquiera ha  adoptado  medidas directas que alivien  a Cuba de sus desbastadores efectos.

El bloqueo esta ante nosotros como siempre, incólume, apretándonos  la yugular.

Entonces Obama lo que ha hecho hasta hoy,  restándole menos de 3 meses para dejar la presidencia, ha sido, lo que dijimos ya en abril del 2009. Utilizar el bloqueo como un sofisticado instrumento,  en que combina “garrote y zanahoria”, como no lo había  logrado hacer ningún presidente norteamericano.

Obama, como ya hemos expresado antes, ha dividido el bloqueo en dos: garrote contra la dirección de la revolución y zanahoria para tratar de conquistar a la sociedad civil cubana. Haciendo  centro de su política el interés de subvertir el régimen político  cubano, a pesar también,  de  haber declarado   que esa no es su intención.

Luego entonces, Obama, a pesar de haber adoptado  algunas  medidas  positivas en las relaciones con Cuba, entre ellas, como la más importante, restablecer los  vínculos diplomáticas entre ambos países, a nivel de embajadas, está resultando ser el presidente más demagogo, inconsecuente y mentiroso con el que nos hayamos podido tropezar. Creo que en  esas dobleces  supera a todos los presidentes anteriores. A ningún presidente anterior le había interesado tanto aparecer como lo que no es.

Y no ha hecho todo ello por no ser un hombre inteligente. Todo lo contario. Es un imperialista muy inteligente. Porque ha sido con Cuba un hombre que ha logrado representar muy bien los intereses imperiales y  sobre todo,  porque lo ha hecho, tratando de darnos  a entender de que hace todo lo contrario. Llevando las cosas hasta el límite.  Por eso se despide con  el legado de ser el presidente que más ha hecho por mejorar las relaciones con Cuba, pero dejándonos  el escenario preparado de un modo tal,  que podemos decir, que no ha sacrificado uno solo de los intereses estratégicos a utilizar contra  Cuba, para que los que le   sucedan puedan recuperar   la Isla. Dado que quien lo sustituya contará con el bloqueo, la  Base naval en Guantánamo, el formidable aparato de agresividad mediática,  La Ley de Ajuste y la deuda de las compensaciones. Además de contar con una embajada,  con la que tratará de manejar todo el andamiaje de  esas políticas contra Cuba.

Es  que ninguna de las medidas que Obama ha aceptado seguir con Cuba, hasta ahora, representan un real estorbo para continuar  trabajando desde dentro la subversión contra  nuestro país.

Ninguna de las medidas que Obama ha adoptado, representan un beneficio sustancial, -mas allá de facilitar los vuelos comerciales-, para que Cuba pueda realmente ir adelante con su proyecto de establecimiento del nuevo Modelo Económico, que es la piedra angular de la salvación de la economía cubana. Nada de inversiones, nada de comercio bilateral,  nada de préstamos, ni de permitir el turismo norteamericano,  nada de utilizar el dólar,  etc.

Por supuesto, que Obama  tendrá que pagar un precio por ello. Recibirá, en la  Asamblea de Naciones Unidas, el 26 de octubre próximo,  el  “zapatazo moral”  a nivel internacional,  más grande  recibido por cualquier presidente norteamericano en la historia de Estados Unidos.

Pero ya, a estas alturas,  es posible decir que no le importa, no le interesa retirarse de la presidencia con esa carga  inmoral. Porque  va haber cumplido, con el compromiso imperial; demostrando así, de  que aun siendo negro, aun llevando sobre su cuerpo,  lo  que para muchos en los Estados Unidos, es el color de la desconfianza, dentro de una sociedad tan racista como la norteamericana, el ha sido capaz de representar  bien los intereses del imperio, dejándole el camino expedito, a  todos los que como él,  aun siendo negros, aspiren a una posición presidencial en el futuro: dígase un Collin Powell,   una  Condoleza  Rice y otros similares.

Porque  además, no es ocioso decir, que Obama no ha sido capaz de hacer nada por los negros en Estados Unidos. Solo permitir que se les asesine en las calles.

Nunca se habían acumulado, en tan poco tiempo,  tantos negros asesinados  impunemente por la policía en las calles de las ciudades norteamericanas .Y si Obama no se ha dado cuenta de  lo que eso significa, que los grupos de poder  blancos,  racistas de derecha,  lo hacen, como para que hacia el futuro no se le  vaya ocurrir a  ningún  negro que puede llegar de nuevo a la presidencia, pobre de su alma.

Sin embargo, nada de lo dicho hasta  aquí significa, ni por asomo,  que los cubanos no debiéramos continuar aprovechando la extraordinaria   oportunidad  que representa seguir negociando nuestras diferencias con Estados Unidos. Cuestión esta ultima  que nunca habíamos logrado. Ni siguiera,  que no debiéramos tratar de continuar avanzando lo más posible en las relaciones, evitando así que se pueda dar marcha atrás a lo obtenido hasta ahora.

Considero que debemos continuar la lucha. Porque Obama podrá despedirse de cualquier forma, y ojalá que sea de la mejor,  pero nosotros tendremos que seguir  tratando de entendérnosla con la próxima administración. Sea demócrata o republicana. Ante la cual deberemos defender lo alcanzado  y no bajar la guardia para enfrentarnos con fuerza a lo que  nos depare el futuro.

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