sábado, 11 de noviembre de 2017

Argentina: Barajar y dar de nuevo

Barajar y dar de nuevo, como en el truco que cabe recordar es un juego basado en la mentira, en correr al adversario con la alpargata, como decimos los provincianos, ganando con la carta más modesta, pero que, en el rostro del poseedor parece el “macho de espadas”.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Como en el popular juego de naipes nacional llamado truco, el presidente siempre dispuesto irse al mazo para barajar y dar de nuevo, borró con el codo lo que había firmado con la mano la semana anterior. De entrada en su reunión con los gobernadores de las 24 provincias y, a modo de palpar a la audiencia con el envido – siguiendo el juego aludido – dijo que se iba a dejar sin efecto los impuestos al vino y los productos electrónicos, intentando poner paños fríos a los gobernadores de las provincias productoras, sobre todo Mendoza y San Juan y de Tierra del Fuego. Táctica que parece haberse instalado como un tic, haciendo gala de la viveza criolla. Situación que eriza tanto a opositores como aliados que empiezan a dudar de la solidez de sus vínculos, sobre todo porque deben explicar a los suyos estos vaivenes decisorios de la máxima conducción, cuando los perjudicados saben que obedecen a su extrema voracidad y no menos disimulada ignorancia. De modo que los propios (los gobernadores de la Alianza Cambiemos) asumen como triunfo el volver al punto de partida y el resto, perplejo, asiste una vez más a esa saga de recibir diez zarpazos y, si hay quejas, dar marcha atrás en uno o dos, mientras el resto de los arañazos dejan marcas en el lomo.

Si la cuestión de fondo es discutir la reforma tributaria con el pretexto de disminuir la presión alentando reducir el número de gravámenes distorsivos y, desde el vamos se suprimieron retenciones, sobre todo al campo pampeano y las mineras, es lógico suponer que esos ingresos se van a trasladar a otras regiones y bases tributarias, porque no era un gesto menor nombrar al presidente de la Sociedad Rural en la Secretaría de Agricultura, sino un reconocimiento explícito. Esta discrecionalidad nunca pecó de ingenua, la ingenuidad fue de los socios, sobre todo los del centenario partido Radical que le ayudaron al triunfo y se creyeron sus pares, cuando la inmensa mayoría de sus dirigentes carecían de la fortuna y de las vinculaciones externas de los paladares negros oligarcas y los ceos al mando.

En este punto también el presidente, su ministro del Interior y el de Finanzas, pretenden hacer tabula rasa, dejar en cero la millonaria deuda que la Nación tiene con las provincias, para acogerse a un nuevo sistema de redistribución. Tomemos por ejemplo que el Fondo del Conurbano le otorgaría a la provincia de Buenos Aires 20 mil millones de pesos, mientras la deuda reclamada a la Nación es de 65 mil millones, cuestión más o menos similar con el resto de las provincias pero de menores montos. Razón por la que, ante el silencio de la mayoría, se decidió suspender las negociaciones hasta la semana que viene, en donde los ministros volverán con sus nuevas cuentas luego de los recientes ajustes.

Barajar y dar de nuevo, como en el truco que cabe recordar es un juego basado en la mentira, en correr al adversario con la alpargata, como decimos los provincianos, ganando con la carta más modesta, pero que, en el rostro del poseedor parece el “macho de espadas”[1].

Lo mismo le ha ocurrido al complaciente triunvirato de la CGT que en plenario rechazó la reforma laboral y descarta cualquier modificación a la Ley de Contrato de Trabajo LCT y, consecuentemente, cualquier alteración en el régimen jubilatorio el que aseguran, es una retribución por el ahorro anticipado que ha hecho cada trabajador durante su vida laboral. Sus discursos elusivos, amañados y mendaces, correlativos al oficialismo, ahora se suman al de las otras centrales obreras como la CTA que, desde un primer momento advirtieron a quien se enfrentaban, como el inmenso colectivo docente al que se le ha prometido modificar su régimen jubilatorio como si fuera de privilegio.

Pero más allá de estas discusiones en las que el macrismo triunfante desea imprimirle su ritmo de gestión a los cambios anunciados y empezar a soñar con reelecciones y  una continuidad política demostrándole a la sociedad que llegaron para quedarse, el variopinto conjunto de periodistas que día a día intentan, desde el conglomerado de los medios hegemónicos, alinear a la desalentada opinión pública comienzan tímidamente a denunciar incompatibilidades y “supuestos” actos de corrupción, como los de los ministros Luis Caputo y Juan José Aranguren con los papeles del Paraíso, a los que la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso les ha pedido explicaciones en medio de declaraciones públicas acaloradas y efusivas, intentando acallar un mar de críticas por complicidad.

Lejos de la picardía criolla con que se debaten las grandes cuestiones nacionales y las fintas mentirosas del truco aludido, importantes dirigentes de la comunidad[2] con relevancia internacional a través de Encuentro en Defensa de la democracia, convocó en el Congreso para salvar la democracia plural, a defender el Estado de derecho y la Constitución y las instituciones y a emprender la lucha desde todos los ámbitos, sobre todo desde la educación, porque son los jóvenes los que deben formarse en una sociedad justa y libre, en donde el Estado y no el mercado debe distribuir la riqueza y ello debe realizarse con alegría, con renovado entusiasmo porque este momento adverso pasará y el tiempo nos dará la razón.




[1] El as de espadas de la baraja española.
[2] Página 12, 8 de noviembre de 2017

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