Como dice Francisco, la verdad es poliédrica, o esférica, y está atenta siempre a la superioridad de la realidad sobre la idea.
Guillermo Castro H./ Especial para Con Nuestra América
Desde Alto Boquete, Panamá
lo que se ha de estar no es a la forma de las cosas, sino a su espíritu. Lo real es lo que importa, no lo aparente. En la política, lo real es lo que no se ve. La política es el arte de combinar, para el bienestar creciente interior, los factores diversos u opuestos de un país, y de salvar al país de la enemistad abierta o la amistad codiciosa de los demás pueblos.[1]
Estamos inmersos en un proceso de cambio de épocas, en que la política se hace de masas, y esas masas escriben capítulos inéditos en la historia de sus sociedades. Aquí tiene más valor que nunca la temprana advertencia que nos hiciera José Martí sobre las cosas de este siglo que él inauguró, y que aún no ha culminado. Se trata de tiempos de lucha, sin duda, y esa lucha es finalmente política.