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domingo, 13 de julio de 2008

El Salvador: Los aprietos del modelo perdido

José Mario Zavaleta /ARGENPRESS.info
(En la fotografía, a la derecha, Mauricio Funes, candidato del FMLN).
El ambiente político en El Salvador se proyecta día a día en acontecimientos vinculados al rumbo de la campaña electoral adelantada, escenificada entre los partidos mayoritarios como los verdaderos contendores; por un lado Alianza Republicana Nacionalista, Arena, que en la actualidad sólo cuenta con el candidato a la presidencia, Rodrigo Avila, antiguo director de la Policía Nacional Civil; y por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, con Mauricio Funes, popular y destacado periodista, como candidato a la presidencia, y a la vicepresidencia con Salvador Sánchez Cerén, ex comandante de la guerrilla que es predecesora del mayor partido de oposición de izquierda y favorito para ganar las elecciones de enero y marzo de dos mil nueve, cuando se elijan concejos municipales y diputados, y luego al presidente y vice-presidente, respectivamente.
A más de tres meses de ser proclamado, el quince de marzo, Avila no logra repuntar ni entusiasmar ni a los votantes duros de la oficialista Arena, encontrándose a inicios de julio, según las más recientes encuestas de opinión, entre catorce a veintiún puntos abajo de Funes, quien desarrolla su trabajo proselitista tanto en el interior del país a través de la llamada “Caravana de la Esperanza”, donde se pone de manifiesto su multitudinaria simpatía; y en el exterior con visitas a dirigentes y mandatarios en el mundo para concertar vínculos de amistad y cooperación con un futuro gobierno - precisamente en estos días ha acudido como invitado al congreso del PSOE en Madrid, España - y en especial a las comunidades salvadoreñas de la diáspora, principalmente de los Estados Unidos, donde igualmente recibe adhesiones cada vez más de parte de empresarios, líderes, asociaciones y ciudadanos compatriotas que ven en él la persona ideal para lograr la unificación de la sociedad salvadoreña, que anhela la superación de los grandes niveles de pobreza, desigualdad e injusticia social.
Por su lado el candidato arenero sólo recibe el apoyo de sectores del gobierno y vinculados con la cúpula que actualmente dirige el país, y que tiene de su mano a los grandes medios de comunicación que son los que difunden todas las actividades que Avila realiza en sus actos de proselitismo, tanto con la masiva campaña publicitaria, como a través de noticias disfrazadas que en el fondo son lo mismo, propaganda pagada o concedida al partido oficial. Y que en las últimas semanas ha estado recibiendo presiones de sus militantes y de los llamados analistas políticos afines, que en patéticos y vibrantes artículos periodísticos y exposiciones en la televisión y la radio, piden que hagan algo para evitar la debacle, que llaman a la posible victoria del partido de izquierda y su candidato Funes.
Precisamente en los últimos días se han divulgado supuestas negociaciones con figuras políticas no pertenecientes al partido, y entre ellos a Arturo Zablah, un ex ministro de economía de las administraciones de Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol, de la que salió desencantado, convirtiéndose en férreo crítico de las acciones de los gobiernos de Arena, a quienes ha responsabilizado de la crisis que el país enfrenta, entre cuyos señalamientos destaca la dolarización y la corrupción; pues a él actualmente se le vincula como posible candidato a la vicepresidencia por la misma Arena. Habría que destacarse que hace unos meses el propio Zablah ha lanzado su iniciativa públicamente con el objetivo de sacar a Arena del gobierno, intentos que fracasaron en medio de las disputas que hicieron de él partidos minoritarios de derecha y de centro izquierda que pretendieron enrolarlo como su candidato.
Pues precisamente él es el centro de atención de las noticias y foros de discusión, también de funcionarios de gobierno y actuales dirigentes de Arena - por supuesto entre ellos Antonio Saca - y a quien lo presentan mediáticamente ante la sociedad como el salvador de la derecha que ha gobernado el país los últimos veinte años, aunque aún no asegurado pues hasta la fecha Zablah no lo ha aceptado públicamente, pero que en la desesperación del momento pretenden haber encontrado la fórmula que resuelva sus pesadillas, olvidando que la población ha decidido hacerlos a un lado no por la figura de un candidato, sino por la actuación de sus gobiernos leales al modelo neoliberal, señalados como responsables de la situación presente, en especial el del señor Antonio Saca.
Pero aún falta conocer la fuerza de los detractores al interior del partido que empiezan a aparecer expresándose contra esta salida estratégica, desde los que consideran la opción con este acérrimo crítico a los últimos gobiernos como una traición, un error garrafal autodestructivo, hasta una locura. Pero el régimen está realmente conmocionado y cualquier cosa pudiera esperarse, y no extrañaría que sectores de centro o tránsfugas de izquierda pudieran también estar dispuestos a impedir el derrumbe del partido oficialista con el propósito de evitar a toda costa que el FMLN llegue a casa presidencial. Son tantas las cosas que tendrían que perder y que realmente no tienen nada que ver con el eslogan de las libertades amenazadas, pero tal vez sí con las huellas de la corrupción de la que han sido acusados sus administraciones y los privilegios de los que han disfrutado los serviles y sus patrocinadores.

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