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sábado, 24 de enero de 2009

A Chávez no le está permitido hacer concesiones

NOTAS RELACIONADAS: En esta entrevista, el teólogo Martín Zapata analiza la coyuntura social y política de Venezuela. Afirma que el país estaba fracturado "antes de que Chávez llegara a la presidencia de la República. Más bien ha evitado que este país desemboque en una guerra civil y lo que Chávez está haciendo es darle a un pueblo los derechos que siempre le han sido negados. Y esa minoría de derecha (...) no entiende que esta gente nunca gozó de un proceso de inclusión que ahora sí le está permitiendo la revolución bolivariana".
Raúl Cazal / Le Monde Diplomatique
La palabra de Jesucristo unida a los conceptos del socialismo recorre a Venezuela desde que Hugo Chávez llegó al gobierno hace diez años. Primero invocó a Dios, después hizo analogías con el socialismo. Así, la misión de Jesucristo en la Tierra se convirtió en Venezuela en misiones sociales (Robinson, Barrio adentro, Ribas, Sucre) creadas como un acto de justicia para los sectores excluidos después del golpe de Estado perpetrado en 2002 contra Chávez y que de ahora en adelante se llamarán misiones socialistas.
Martín Zapata tampoco puede evitar hacer un análisis de la realidad política y social del país sin mencionar la palabra de Dios. Doctor en Teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma y rector de la Universidad Católica Santa Rosa de Caracas, se opone fervientemente a las jerarquías eclesiásticas porque tratan al pueblo como a ovejas, a la fe la imponen como norma absoluta para mantener privilegios y están aliadas a las oligarquías. Él está consciente que quien se rebela a estas estructuras eclesiásticas, termina como el monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Tiene la palabra Zapata.

Chávez y la religión

Lo religioso o la experiencia de la religación o de lo religado, está antropológicamente demostrado que es una de las condiciones que acompaña al hombre porque se siente atado a un ser trascendente y esto llega a lo más primario del ser humano, a su psique, a su dimensión más genuina donde se enfocan sus miedos, sus temores, pero también sus esperanzas. El teólogo y profesor de fenomenología de historia de la religión Juan Martín Velasco decía, a principios de los noventa del siglo XX, que el liderazgo político del siglo venidero estaría caracterizado por el uso de lo religioso en el mensaje político debido a que existe una relación entre el famoso mesianismo y la salvación que inspira Jesucristo, en la figura del Salvador, y agregaba que el político que supiera poner su lenguaje y sus actitudes en esa dimensión iba a obtener extraordinarios frutos. En ese sentido, el presidente Chávez ha manejado muy bien el hecho de su dimensión de lo religioso y lo utiliza no solamente en el discurso, también hace uso de la imagen y de los símbolos para tener un encuentro con lo más genuino y más cercano del hombre. Todo esto se concatena con su lenguaje popular y su condición de comunicador natural que le ha permitido llegar hondamente a un pueblo que clama justicia. Cuando él aceptó la convocatoria al referendo revocatorio en 2004 le pidió a Dios que lo acompañara en esa batalla, además de las imágenes de Maisanta y de Florentino. Es por ello que Chávez no necesita la intermediación institucional de la iglesia católica, ni de ninguna otra iglesia para relacionarse, pero sí utiliza la mediación de lo religioso. Él está convencido, a mi parecer, que además de tener una misión que es política, esa además es una misión divina, un mandato, una exigencia del compromiso cristiano –del seguidor de Jesucristo– y es la de instaurar el reino de Dios en dimensiones de mediaciones políticas: justicia, fraternidad, paz, convivencia, igualdad, que son valores programáticos del discurso de la montaña de Jesús de Nazaret.
¿Qué se quiere instaurar en Venezuela?
En Venezuela lo que se quiere instaurar es un proceso de justicia. Por eso se habla de que el socialismo es lo más cercano al cristianismo porque a fin de cuenta el cristianismo es una eutopía, un sueño realizable que se lleva a cabo en las mediaciones humanas, un ideal que hay que construirlo y puede ser posible en la medida en que establezcamos las condiciones en la sociedad para que se dé: cambiar la conciencia, los modos de actuar y las estructuras políticas. Eso que está presente en el Evangelio, es lo que en términos políticos ha tratado de realizar la sociedad a lo largo de sus sistemas constitucionales y de sus estructuras políticas. Es por ello que la teología tiene algo que decirnos sobre la convivencia social porque ésta determinó los procesos de organización política desde el tiempo bíblico hasta la antigua edad cristiana, así como después en el bajo medioevo. Esa estructura y el inicio del Estado moderno que se da con la Revolución Francesa, todos los principios que nacen de una profunda lucha de clases, están basados en los principios de que los pobres van a ser salvados: “Ha anunciado la buena nueva a los pobres y ha venido a destruir a los poderosos”, que es un principio del Evangelio donde se establece una diferencia social y la existencia de una lucha de clases en la sociedad. Lo que nos propone el Evangelio en el discurso político, programático, de Jesús es que sin igualdad no hay justicia.
Entonces, ¿a qué se debe la frase de Carlos Marx contra la religión?
Marx tiene razón cuando dice que “la religión es el opio de los pueblos” si ésta nos esclaviza y es utilizada para manipular conciencias; cuando ha actuado como sedante, estimuladora de miedos y de culpas; y cuando ha creado las sociedades de dominadores y de dominantes. Marx no se refería a Jesucristo porque su religión es aquélla donde la fe es un proceso de liberación y de salvación, sino a las religiones que se institucionalizan para convertirse en manipuladoras de la conciencia del hombre, en las que se convierten en estructuras de sometimiento para ejercer un poder donde tiene una cadena tanto en sus miembros directos como en sus creyentes. Las estructuras de poder tienen una estructura jerárquica que necesita para sobrevivir dos opciones: uno, la asumes en la actitud de la liberación donde las estructuras sean planas y circulares, es decir, donde el coordinador o el que vaya adelante es uno más que acompaña y le toca coordinar el proceso; o la estructura piramidal, que fue la que escogió la institución eclesiástica católica, donde se pierde la participación, la comunión, el protagonismo de las bases. Por ello, según el modelo que se escoja, el de la participación o la representatividad, de él dependerá el modo de poder y, por ende, la toma de decisiones.

Revolución sin concesiones

“He venido a que conozcan la verdad”, dijo Jesucristo y es en lo único que podemos encontrarnos los seres humanos: en la verdad. Uno no puede hacer en la vida ningún tipo de concesiones éticas, ni políticas, ni sociales si no están basadas en la verdad. Las concesiones en política traicionan la verdad y a Chávez no le está permitido hacer concesiones. Él se puede sentar con la oposición, si ésta quiere hablar sobre la verdad de elementos políticos como es la búsqueda de la justicia, de mayor equidad social, de una sociedad que revierta los procesos de exclusión; pero no sobre la base de evitar que toquen sus feudos.
¿A qué se refiere la oposición cuando hablan de la intolerancia reinante en Venezuela?
Cuando ellos hablan de intolerancia se refieren a no tocar su espacio de privacidad, que está basado en los principios liberales tradicionales más genuinos del capitalismo donde la libertad individual del hombre es lo más importante, sin ningún control del Estado. Esa tolerancia que es “déjame sólo con mi individualidad” ha sido afectada en las grandes crisis del capitalismo, pero con lo que pasó recientemente con la crisis de Wall Street se evidencia que lo colectivo tiene que privar sobre lo individual porque el bien común es la causa fundamental para que una sociedad pueda desarrollarse integralmente. En este proceso de cambio que se vive en Venezuela no está en juego ningún bien personal, si se entiende por esto la casa, el carro, la participación en un club, la casa de la playa, la pequeña empresa. Aquí lo que debiésemos llegar es a la radicalización del proceso, a controlar lo medios de producción.
¿Chávez dividió al país?
Venezuela está fracturada antes de que Chávez llegara a la presidencia de la República. Más bien ha evitado que este país desemboque en una guerra civil y lo que Chávez está haciendo es darle a un pueblo los derechos que siempre le han sido negados. Y esa minoría de derecha, muchas veces sin conciencia realmente de clase –porque estas capas medias son igualmente dominadas aunque se sienten dominadores por los efectos de la manipulación de los medios y por el ascenso social que han tenido– no entiende que esta gente nunca gozó de un proceso de inclusión que ahora sí le está permitiendo la revolución bolivariana. Chávez está gobernando para aquellos que nunca tuvieron gobierno. Si eso no se entiende, entonces nunca podremos establecer una convivencia entre los venezolanos. Pero este país sigue fracturado porque no hemos tocado realmente el fondo de la cuestión, que es el control de los medios de producción que es lo que establece la justicia. No hay ningún rico que haya llegado a ser rico producto de acciones justas. “Toda riqueza tiene como origen una acción de explotación”, dicen los padres de la Iglesia.

Oposición, disidencia y enmienda

Siempre digo que no fue que la oposición ganó algunas gobernaciones o alcaldías en las pasadas elecciones regionales, sino que la revolución perdió espacios. En una competencia se presupone que todos los atletas tienen un mínimo de condiciones que a todos los hace iguales. Aquí los mejores atletas en algunos sitios perdieron, lastimosamente, con unos dinosaurios políticos que son un bochorno de la historia contemporánea de Venezuela. En esos lugares donde perdió espacio la revolución, el gran contrincante no eran los candidatos de muy bajo nivel, eran los medios de comunicación privados impresos y audiovisuales que mantiene un control sobre esas capas medias y donde la revolución ha cometido el error de no sembrar la conciencia de la solidaridad. Una de las grandes fallas en el proceso de ideologización de la revolución es que no hemos entendido que debemos hacer una toma de conciencia en las capas medias donde debemos incentivar su sensibilidad hacia lo social y su búsqueda de la justicia.
¿A qué se debe que persista cierta disidencia en el proceso bolivariano?
Dentro del proceso revolucionario no existe todavía una comunión de tipo ideológica de cuál es el objetivo a alcanzar. Es decir, hay mucha gente arribista en este proceso revolucionario que no está clara que el Estado burgués capitalista hay que convertirlo en un Estado socialista. Para ello debemos establecer un frente de lucha antiimperialista, un planteamiento sobre la propiedad colectiva de los medios de producción y una dirigencia obrera o de trabajadores que realmente asuma el control de la productividad en Venezuela. Sobre estas tres ideas es necesario que se aglutine en una sola dirección ideológica a todos los movimientos sociales y sectores progresistas que están con la revolución y que aún andan dispersos porque no quieren parcializarse con una posición política.
¿Cuál es el destino de los partidos políticos que han disentido o traicionado a Chávez?
Los partidos políticos que no tengan una estructura ideológica sólida y los que sean de tipo clientelar desaparecerán del mapa político. Se convertirán, como la mujer de Lot, en estatuas de sal. Excluyo al Partido Comunista de Venezuela que, a pesar de sus errores –nadie está exento de ello–, ha demostrado tener un proyecto ideológico y una coherencia a lo largo de la historia y, además, ha demostrado una fidelidad al proyecto revolucionario del presidente Chávez.
¿Por qué es necesaria una enmienda constitucional?
El principio latino Vox populi, vox Dei no es una frase compuesta que se dice por esnobismo electoral, tiene su basamento histórico para justificar la decisión soberana. Lo que el pueblo decida es lo que se va a asumir y lo que se va a hacer. La revolución es algo más que Chávez y ésta empezó como un movimiento de cambio que se identificó como una revolución de tipo socialista. Aquí lo importante es la revolución que establece justicia en Venezuela. Hay líderes que en un momento determinado de la historia son necesarios para establecer o dejar consolidado una etapa del proceso. Y la etapa que nos toca, que es la profundización del proyecto socialista o del proyecto de Simón Bolívar, todavía no se ha logrado. Por tanto, el líder que puede llevar al pueblo a conquistar el objetivo bolivariano es Chávez. Bolívar lo determinó en un momento en la clase dirigencial que lo aprobaba políticamente a lo largo de todo su proceso. Cuando Bolívar pierde ese proceso de ser él el que pueda liderar es cuando deja el poder. Pero hasta que no logra el objetivo, Bolívar gobierna y construye el proyecto que se le había encomendado. Lo que va a permitir la enmienda es que Chávez esté en el poder hasta que pueda consolidar de una manera democrática y pacífica este proceso revolucionario.

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