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sábado, 21 de noviembre de 2009

América Latina necesita un cambio

Construir un tipo de desarrollo incluyente en el que, al decir de los zapatistas, “quepan todos”; un tipo de desarrollo distinto del que el capitalismo salvaje de corte neoliberal ha hecho campear en los últimos 25 años; un desarrollo diferente al que pregona el otrora socialdemócrata Oscar Arias, requiere la profundización de los procesos de cambio social en América Latina.
Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica
rafaelcuevasmolina@hotmail.com
En la república centroamericana de Costa Rica existe un diario que se llama La Nación. Es uno de los de mayor circulación en el país y su ideología es de derecha. Acorde con ella, para ilustrar a sus lectores sobre los avatares de la economía y la política, traduce y reproduce todos los días artículos del diario norteamericano The Economist, y en sus páginas de opinión encuentra siempre los brazos abiertos el cubano pagado por la CIA Carlos Montaner. Estos dos ejemplos solo pretenden mostrarle al lector el perfil ideológico de ese medio de comunicación.
El domingo 15 de noviembre, el señor presidente de la República de Costa Rica, don Oscar Arias Sáchez, publicó un artículo en ese periódico. Lo tituló Cuatro trabas culturales. En él, el señor presidente se duele que en América Latina estemos siempre culpando a otros de nuestro atraso mientras, sentados a la vera del camino, vemos pasar la “locomotora del desarrollo” que nos deja irremediablemente.
Dice don Oscar Arias que hay cuatro trabas culturales que se constituyen en anclajes que no nos permiten avanzar: 1) la resistencia al cambio; 2) la escasez de innovación; 3) el continuo desprecio por el Estado de Derecho y 4) la larga tutela militar de la región.
Uno de los argumentos centrales que nos ofrece el señor presidente de Costa Rica es que tenemos los ojos en la nuca, es decir, que vivimos mirando al pasado y no nos atrevemos a dar el paso que nos lleve a tomar medidas contra el statu quo. El mundo ha cambiado, argumenta, y nosotros debemos ponernos a tono con él. Da como ejemplos de nuestra tozudez el que amplios sectores de la población no quieran tratados de libre comercio con los Estados Unidos de América, o que no quieran eliminar los monopolios públicos en telecomunicaciones.
Es decir: somos atrasados porque le tememos al desarrollo, dice don Oscar.
El doctor Oscar Arias Sánchez es una persona preparada académicamente. Obtuvo una maestría y un doctorado en economía en la universidad inglesa de Essex en 1974, por lo que se puede suponer que tiene bien claro que, para hablar de desarrollo, hay que aclarar primero de qué tipo de desarrollo se está hablando, y después, deducir por qué hay vastos sectores sociales que no están de acuerdo con el tipo de desarrollo que él propugna.
En efecto, como parece evidente por las escuetas referencias que hemos hecho más arriba de su pensamiento, a él lo que le interesa es promover una vía de desarrollo que, a estas alturas de la historia, ha mostrado límites que han llevado a replanteársela. Pocos son los que siguen martillando con la misma cantinela neoliberal que ha llevado al mundo al borde de la bancarrota pero, como se ve, hay esquinas del mundo en el que sigue perviviendo.
América Latina, en efecto, requiere un cambio. No un cambio cualquiera sino uno radical, acorde con las profundas necesidades que la aquejan. Pero, claro está, no en la dirección a la que nos invita don Oscar Arias sino, precisamente, en una dirección totalmente opuesta.
En primer lugar, no solo tenemos que tomar conciencia de que “otros” son, en muy buena medida, causantes de nuestra situación sino que, de manera decidida, debemos tomar medidas para limitar las posibilidades de acción de ese “otro”. Medidas económicas y políticas: fortalecer nuestro aparato productivo y no entregarlo, privatizándolo, a las grandes transnacionales; profundizar la cooperación y la integración entre nosotros, los latinoamericanos, mancomunando esfuerzos para evitar que nos pasen por arriba esos “otros” que están siempre atentos.
El profesor Heinz Dieterich ha llamado esta semana nuestra atención respecto a esto último. Advierte de la reciente contraofensiva norteamericana en nuestra región, que tiene como puntales la estrategia de los golpes de Estado y el afianzamiento de bases militares en países aliados. Llama la atención sobre la poco unitaria respuesta que tal acometida ha recibido desde nuestras tierras, y pone en evidencia la desarticulación de las últimas acciones adelantadas por Venezuela, Ecuador y Brasil (Véase: “Parálisis estratégica de Chávez-Correa-Lula ante Declaración de Guerra de Obama”, en
http://radioinformaremosmexico.wordpress.com/2009/11/20/paralisis-estrategica-de-chavez-correa-lula-ante-declaracion-de-guerra-de-obama-heinz-dieterich/).
Construir un tipo de desarrollo incluyente en el que, al decir de los zapatistas, “quepan todos”; un tipo de desarrollo distinto del que el capitalismo salvaje de corte neoliberal ha hecho campear en los últimos 25 años; un desarrollo diferente al que pregona el otrora socialdemócrata Oscar Arias, requiere la profundización de los pregonados procesos de cambio social en los países mencionados más arriba, y de estrategias concertadas que no permitan que ese “otro” siga imponiendo los intereses de las grandes transnacionales. La historia nos muestra cómo, siempre, los Estados Unidos de América nos ha enfrentado entre nosotros y ha sabido sacar el mejor partido para sus intereses.
Ver hacia atrás y aprender no es tener lo ojos en la nuca.

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