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sábado, 7 de noviembre de 2009

Gigantes de siete leguas en las botas

Esa necesidad de independencia de nuestra América y de equilibrio del mundo reaparece hoy frente a la instalación de las bases militares en Colombia y las bases aero-navales en Panamá: iniciativas que van marcando el paso de los días que corren, y la dirección de los vientos geopolíticos que soplarán en América Latina durante los próximos meses.
Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica
“Los yanquis vendrán… que nos encuentren grandes”.
Omar Dengo

Una de las particularidades de nuestra historia, y que ha definido buena parte de los rasgos culturales de América Latina, ha sido la necesidad, a través de los siglos, de sobrevivir, luchar y resistir las múltiples formas de opresión y dominación de los imperios modernos: primero España, luego Gran Bretaña y más tarde Estados Unidos. Al pensar-nos en relación con “ellos”, también hemos definido los ricos y diversos caminos de nuestra independencia siempre por alcanzar, la segunda y definitiva.
Por Martí supimos que los pueblos de nuestra América debían despertar y mantener su vigilia ante “los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima[1]; y por él comprendimos, además, al precio de su muerte, que en la independencia de las Antillas, y de los países del Río Bravo al Estrecho de Magallanes, está contenido el equilibrio de las fuerzas del orbe. “Es un mundo lo que estamos equilibrando (…) El suceso histórico indispensable para salvar la independencia amenazada de las Antillas libres, la independencia amenazada de la América Libre, y la dignidad de la república norteamericana”.[2]
Hoy, esa necesidad de independencia y de equilibrio reaparece frente a la instalación de las bases militares en Colombia y las bases aero-navales en Panamá (ver: Panamá anuncia que EE.UU quiere 4 bases aeronavales ): iniciativas que van marcando el paso de los días que corren, y la dirección de los vientos geopolíticos que soplarán en América Latina durante los próximos meses.
El expresidente colombiano, Ernesto Samper, advirtió hace poco sobre los vientos de preguerra que soplan en la frontera de su país con Venezuela, producto de la instalación de las bases militares, el tipo de tecnología de las naves que alojarán, las operaciones que realizarán, y el mal manejo diplomático del tema –deliberado, diríamos nosotros- por parte del gobierno de Álvaro Uribe.
Según Samper, "lo que vamos a montar es una especie de portaaviones; vamos a prestar el país para que sea un portaaviones para hacer operaciones de vigilancia electrónica a toda la región suramericana desde Colombia (...). No hay que engañarnos (…) es como prestarle el balcón a una persona que no vive en un edificio para que venga a colocar reflectores y videocámaras sobre los vecinos"[3]. Otro tanto podría decirse de las bases panameñas y las funciones que desempeñarán en el control de la región centroamericana y el Caribe.
Por supuesto, una (pre)guerra como esta, por su dimensión política y geoestratégica, solamente favorece al proyecto de dominación de los norteamericanos sobre América Latina. De ahí que los gobiernos suramericanos –menos Colombia-, unos más críticos que otros respecto de los Estados Unidos, y los organismos de integración regional –ALBA y UNASUR- hayan levantado enérgica protesta contra esta avanzada de las posiciones militares del Pentágono.
Pero, ¿es esto suficiente para enfrentar al imperialismo? Sí y no. Sí, por cuanto han hecho uso de los instrumentos que provee la diplomacia, alcanzando un consenso inédito en la región en estos temas. Y no, porque la historia demuestra que la potencia del Norte, dados sus apetitos y su manera de conducir las relaciones con nuestra América, no reconoce ni respeta las normas del Derecho Internacional.
Y es de allí, de la historia, de donde debemos leer para el presente. En 1926, tres décadas después de la caída de Martí en la primera guerra antiimperialista de la que se tiene noticia, y en medio de las polémicas que suscitaban en Costa Rica los contratos de explotación bananera de la United Fruit Company, el educador Omar Dengo pronunció estas palabras en la Universidad Popular: “Estamos contemplando en este momento una muestra de lo que son los Estados Unidos (…). Yo pregunto: ¿Hay espíritu de conquista? ¿Lo hubo desde la guerra con España? Sí. ¿Lo hubo con la ocupación militar de Haití y Santo Domingo? Sí. ¿Lo hubo con el reconocimiento de Adolfo Días [en la Nicaragua ocupada]? Sí[4]. Faltaban pocos meses para que Sandino lanzara, desde las montañas de Las Segovias, la guerra de liberación nacional en Nicaragua.
Dengo, parte de esa nueva intelectualidad antiimperialista comprometida con las causas populares que surgió en las primeras décadas del siglo XX, ponía en duda que la diplomacia pudiese defender a los países latinoamericanos de la penetración norteamericana, y se inclinaba, más bien, por una opción que actualmente tiene plena vigencia para nosotros. “No aconsejemos la diplomacia. Nuestra defensa está en la cultura, en realizar efectivamente una función de cultura. Hacer pensar al país (…). Cuando seamos grandes por nuestra cultura, ¡que vengan los Estados Unidos!, que entonces sólo recibiremos de ellos lo que sea grande también[5].
Frente a los gigantes que llevan siete leguas en las botas, no tenemos otra alternativa que ser grandes en cultura. He ahí la gran lección para nuestro tiempo. Y podemos decir algo más: se requiere la audacia y el idealismo de los arieles pero, al mismo tiempo, es preciso multiplicar por toda la geografía nuestraamericana lo mejor de los muchos calibanes que han abierto camino y luchado fieramente por la independencia nuestros pueblos.
Martí nos lo enseñó con claridad: “No hay proa que taje una nube de ideas[6]. No lo olvidemos.

NOTAS
[1] Martí, José. “Nuestra América (1891)”, en Hart Dávalos, Armando (editor) (2000). JOSÉ MARTÍ Y EL EQUILIBRIO DEL MUNDO. México DF: Fondo de Cultura Económica. P. 202.
[2] Martí, José. “El tercer año del Partido Revolucionario Cubano (1894)”. Op. cit. Pp. 240-241.
[3] “Samper advierte ''preguerra'' entre Colombia y Venezuela por instalación de bases”, Telesurtv.net, 04-11-2009. Disponible en: http://www.telesurtv.net/noticias/secciones/nota/61028-NN/samper-advierte-preguerra-entre-colombia-y-venezuela-por-instalacion-de-bases/
[4] Gamboa, Emma (1971). OMAR DENGO. San José, CR: Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. Pp. 214-216.
[5] Ídem.
[6] Martí, José. “Nuestra América (1891)”. Op. cit. P. 202.

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