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lunes, 1 de febrero de 2010

El natalicio de José Martí

“Hace falta tejer nuevas alianzas entre nuestros pueblos y con los que sufren igual en Europa y Norteamérica. Es hora de iluminar y de juntar. Es la hora de Martí. Nadie como él se empeñó en unir a los pueblos…”
Carlos E. Bojórquez Urzaiz[1] / Especial para CON NUESTRA AMÉRICA
Dos efemérides íntimamente relacionadas entre sí se presentan esta semana: la primera invita a recordar el natalicio de José Martí, la figura más relevante de la literatura latinoamericana y el revolucionario más universal, ocurrido en La Habana el 28 de enero de 1853, y la segunda la publicación de su ensayo Nuestra América, en el periódico mexicano El Partido Liberal, el 30 de enero de 1891, cuyos párrafos fueron considerados por Cintio Vitier, el admirado poeta fallecido recientemente, como la escritura cenital del Apóstol cubano.
Conforme al pensamiento martiano, “La honra, integra…”, como escribió en una carta de 1879 que trae a la memoria recuerdos imborrables para la vida de Yucatán, pues las celebraciones por el nacimiento de José Martí en el Estado se remontan al siglo XIX, ya que sin haber transcurrido un año de su caída en combate en mayo de 1895, el insigne profesor cubano don Antonio Menéndez de la Peña logró reunir en su domicilio del Puerto de Progreso a sus compatriotas independentistas y a varios yucatecos, el 28 de enero de 1896, en una jornada memorable que marcó el inicio de una tradición vigente, que si bien no figura en ningún calendario cívico de la Entidad, desde aquella ocasión hasta nuestros días, no se ha dejado pasar un 28 de enero sin que se recuerde con admiración al hombre de los Versos Sencillos, quien trabó amistades entrañables durante su visita a la ciudad de Mérida en 1877. Quizás el propósito trazado por el doctor Eduardo Urzaiz Rodríguez, como presidente del Comité Pro Centenario de José Martí en 1953, de “…formar una conciencia popular en torno al Mártir de Dos Ríos”, es ya una realidad indiscutible, pues la constante integración de cubanos y yucatecos en estos homenajes parece ir en aumento.
Por lo que toca a su ensayo Nuestra América, que fue editado por primera vez en los Estados Unidos en La Revista Ilustrada de Nueva York, el 10 de enero de 1891, igualmente se abraza amistosamente con Yucatán, dado que en ella también escribía el maestro don Rodolfo Menéndez de la Peña, hermano de Antonio, y coincidentemente en el mismo número donde Martí dio a conocer Nuestra América, los editores de La Revista Ilustrada publicaron un merecido reconocimiento a don Rodolfo por los aportes que venía efectuando en los ámbitos de la educación y la literatura, desde su residencia en Mérida.
Esa esplendida coincidencia, permite aseverar, sin vacilaciones, que la lectura de Nuestra América en Yucatán se realizó puntualmente, tanto en El Partido Liberal que circulaba habitualmente, como en La Revista Ilustrada de Nueva York, que llegaba por suscripciones, y seguramente se habrá leído no sólo por el interés que siempre se ha tenido en las obras de Martí, sino por la admiración y respeto que profesaban por el pedagogo Rodolfo Menéndez de la Peña, a quien homenajearon en la referida publicación de Nueva York. Poco tiempo después, cuando los patriotas cubanos exiliados en Mérida y Progreso, comenzaron a publicar su periódico La Estrella Solitaria en 1898, con asiduidad incluían fragmentos de Nuestra América en sus páginas, con claras intenciones de animar a sus lectores a apuntalar más la independencia de Cuba, que fue interrumpida por la injerencia norteamericana.
Indudablemente se pensó en los vínculos que guardan entre si las dos efemérides martianas, y en la interiorización que de ellas se ha hecho en Mérida, cuando en 2008 el Consejo Mundial del Proyecto de Solidaridad José Martí de la UNESCO, acordó recomendar a los ministros y directores de cultura en los países del área, que reservaran el día 30 de enero de cada año para conmemorar del Día de la identidad latinoamericana y caribeña, con motivo de la publicación de Nuestra América en México. Al comunicar dicho acuerdo al maestro Renán Guillermo González, Director General del ICY, sin dilaciones aceptó que Yucatán fuera sede de la primera celebración de ese festejo, que según afirmó, se sumaría a las actividades que desde antaño realizan los ciudadanos cubanos avecinados en nuestro Estado, sus descendientes y numerosos mexicanos, el 28 de enero de cada año, con motivo del natalicio de José Martí.
Por la noble decisión de Renán Guillermo González, el año pasado se realizó en Mérida la primera celebración Día de la identidad latinoamericana y caribeña, en un acto presidido por el Dr. Armando Hart Dávalos, Director de la Oficina del Programa Martiano de la República de Cuba y el Dr. Pierre Sané, Director Adjunto de la UNESCO, tomando como precedente inmediato el homenaje por el natalicio de José Martí, que en conjunto fueron el escenario adecuado para que sesionara en la Universidad Autónoma de Yucatán el Consejo Mundial del Proyecto de Solidaridad José Martí.
No quiero ocupar más su atención en los pormenores de aquella conmemoración martiana iniciada el 28 de enero de 2009. Solamente deseo recordar las palabras que el Dr. Ricardo de Alarcón y Quesada exclamó en la sesión de clausura de la Segunda Conferencia Por el Equilibrio del Mundo, que sirvió de marco para dar a conocer los acuerdos del organismo martiano de la UNESCO, que desde luego incluía las celebraciones de Mérida. El doctor Alarcón destacó lo siguiente:
“Hace falta tejer nuevas alianzas entre nuestros pueblos y con los que sufren igual en Europa y Norteamérica. Es hora de iluminar y de juntar. Es la hora de Martí. Nadie como él se empeñó en unir a los pueblos…”
Y a tono con este mensaje, invito a sumarse a más ciudadanos de buena voluntad en estos homenajes por el natalicio del Apóstol cubano y el Día de la identidad latinoamericana y caribeña que festejaremos el 30 de enero, ya que “… la verdad y la ternura…”, como escribió Martí en una carta a su madre, jamás serán inútiles.

NOTA
[1] .- Palabras leídas por su autor en ocasión del homenaje al natalicio 157 de José Martí, celebrado frente a su busto en el Parque de Las Américas, de Mérida, Yucatán, México, el 28 de enero de 2010.

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