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sábado, 17 de abril de 2010

¿Quién es la “nueva” derecha?

El ganador del Premio Pensar a contracorriente 2010, el panameño Nils Castro, nos ofrece en este texto la primera parte de un análisis de la coyuntura latinoamericana y los triunfos políticos de las izquierdas, en los últimos años. Además, plantea la necesidad de construir una contrahegemonía popular y plural, "una opción de poder que oponerle a los recursos y los fines de todas las derechas y del capital que las amamanta, como fuerza social y política que sí puede contenerlos y derrotarlos".
Nils Castro / Especial para CON NUESTRA AMÉRICA
Desde Ciudad de Panamá
Sería ingenuo esperar que los éxitos electorales alcanzados por partidos y movimientos de izquierda en varios países latinoamericanos, y la correspondiente instalación de gobiernos progresistas, se repetiría sin suscitar una contraofensiva de las derechas y de los intereses imperiales o transnacionales vinculados con ellas. Pero ahora esta contraofensiva no es una mera reedición voluntariosa de las derechas que conocíamos, sino que se acompaña de novedades que será preciso evaluar.
Los logros que dichas izquierdas obtuvieron desde finales de los años 90 expresaron respuestas populares tanto al deterioro de la situación material y de las expectativas de grandes masas de latinoamericanos, como al correspondiente cambio de su estado de ánimo en el momento de ampliarse sus posibilidades de reacción política. Sin embargo, con los matices propios de sus respectivas circunstancias nacionales, tales éxitos fueron victorias conseguidas específicamente en el campo político, sin que, hasta ahora, esas victorias contaran con las condiciones requeridas para remecer otros planos sociales.
Aún así, estas izquierdas han probado que, hasta el actual nivel del desarrollo e inquietud sociopolítica de sus países y de la región, ellas no solo son capaces de administrar al régimen capitalista mejor que las propias derechas, sino que también pueden hacerlo de formas que han mejorado significativamente las condiciones de vida de millones de latinoamericanos. Aunque, asimismo han mostrado que todavía no pueden remplazar, por esta vía, al régimen existente por otra formación histórica más avanzada.

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