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sábado, 26 de junio de 2010

México en el umbral

El desafío de la transformación social en beneficio de las grandes mayorías empobrecidas sigue siendo una tarea histórica para los sectores más progresistas de la sociedad mexicana.
Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica
Desde Guadalajara, México

Los ecos del Bicentenario del inicio de las luchas emancipadoras (1810) y de la Revolución de 1910 están por todas partes: aparecen aquí y allá, unas veces como atracción turística; otras con una clara intencionalidad política del gobierno; y las menos, como una genuina reflexión crítica del pasado y el presente, que invite a repensar el “estado de la nación” en sus particulares condiciones geopolíticas, sociales, económicas y culturales. Son ecos que buscan respuestas, todavía sin hallarlas, en el México del 2010.
Ese México que la aguda mirada de Carlos Monsiváis, recientemente fallecido, nos describió como “un país jaqueado por el narcotráfico, escandalizado por las muertes cotidianas, con un Estado copado por el poder del crimen organizado, una sociedad que desconfía de los políticos y los partidos y una economía en crisis[1].
Para el Dr. Carlos Figueroa Ibarra, sociólogo guatemalteco, se trata de un Estado famélico, por la sangría de las finanzas públicas, el desempleo, la injusticia fiscal y el negocio de las privatizaciones; además, “colombianizado” por la violencia y descomposición social asociadas al narcotráfico y al crimen organizado; y, de modo particular desde las elecciones del 2006, un Estado en crisis de hegemonía, donde las instituciones se debilitan al compás del fracaso del neoliberalismo –como concepción del mundo- y sus promesas de progreso y desarrollo.
Son las contradictorias, y en muchos sentidos dramáticas, imágenes del México contemporáneo: ese que exalta la omnipresencia comercial de Carlos Slim, el multimillonario que engorda su fortuna y se convierte en ícono de las élites latinoamericanas, mientras fuentes oficiales estiman que, para finales de este año, 53 millones de mexicanos vivirán en condición de pobreza.
Precisamente, durante una estadía de varios días en la ciudad de Guadalajara, el libro del Dr. Figueroa Ibarra: ¿En el umbral del posneoliberalismo: izquierda y gobierno en América Latina? (F&G Editores-FLACSO, Guatemala, 2010), fue guía y clave de interpretación sociopolítica del acontecer en México.
En uno de sus ensayos, el Dr. Figueroa Ibarra analiza, entre otros aspectos, el significado y contexto del desmantelamiento del nacionalismo revolucionario -“cuerpo ideológico coherente” del Estado- que se inicia desde la década fatal de 1980; el ascenso neoliberal de los años 1990, plasmado en la alianza con los Estados Unidos: el TLCAN; el surgimiento del movimiento de resistencia civil liderado por Andrés Manuel López Obrador (el "gobierno legítimo") y la crisis institucional desatada tras el fraudulento proceso electoral que otorgó la presidencia a Felipe Calderón; y las complejas relaciones, polémicas y discordantes, entre el lopezobradorismo y las izquierdas mexicanas.
En suma, un texto cuya lectura clarifica las dimensiones del proceso político mexicano de la última década, y las posibilidades y límites que allí se perfilan para la construcción de alternativas posneoliberales.
Desde la perspectiva del autor del libro, este capítulo de la historia mexicana, con sus correspondientes luchas políticas, todavía no tiene victoriosos ni derrotados, a pesar de que la derecha neoliberal presuma de sus triunfos coyunturales: “Hoy la disyuntiva que tiene la fuerza social y política que encarna el ‘gobierno legítimo’, es la de seguir creciendo como fuerza contrahegemónica hasta constituir realmente una dualidad de poderes en México, o bien, perder el capital político que ganó entre 2003 y 2006 y convertir al ‘gobierno legítimo’ en un hecho simbólico[2].
Como afirma el Dr. Figueroa Ibarra, el nacionalismo revolucionario mexicano, que impulsó el desarrollo material del país en la primera década del siglo XX y perfiló importantes rasgos de su identidad cultural, no podrá ser reeditado. Pero, en cambio, el desafío de la transformación social en beneficio de las grandes mayorías empobrecidas sigue siendo una tarea histórica para los sectores más progresistas de la sociedad.
Es el umbral que el amplio arco de fuerzas políticas y sociales de izquierda del país deberán cruzar, juntas, en el futuro más inmediato: las elecciones del 2012.

NOTAS
[1] Monsiváis, Carlos (2009). “México en 2009: la crisis, el narcotráfico, la derecha medieval, el retorno del PRI feudal, la nación globalizada”, en Revista Nueva Sociedad, 220, marzo-abril. Buenos Aires: Fundación Foro Nueva Sociedad. Pp. 42-59.
[2] Figueroa Ibarra, Carlos (2010). ¿En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda y gobierno en América Latina. Guatemala: F&G Editores-FLACSO. Pág. 63.

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