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sábado, 30 de octubre de 2010

Periodismo cómico e infame contra Cuba

Colgar un blog en la web no tiene nada de extraordinario, eso es comidita de todos los días. Lo extraordinario radica en el contenido ético de lo que se comunica. ¿Qué se transmite y cómo se transmite? No se trata de tergiversar la verdad.
Abner Barrera / AUNA-Costa Rica
El Comercio, uno de los diarios de mayor tiraje y circulación en el Perú, que condensa los intereses ideológicos y políticos de la derecha oligárquica limeña, es uno de los medios que a lo largo de sus años, se ha encargado de deslegitimizar los cambios sociales y las revoluciones en América Latina. No es extraño ver en sus páginas, un día sí y otro también, una escalada sistemática de satanización contra los procesos revolucionarios en Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Entre sus columnistas internacionales aparecen los publicistas despintados del neoliberalismo; el elenco selecto del circo lo componen Oppenheimer, Montaner, Vargas Llosa entre otros; son los mismos que se han llenado los bolsillos de dólares, a costas de difamar a la revolución cubana.
Para El Comercio, como su nombre lo indica, el ejercicio periodístico radica en comercializar la noticia, tratando de sacar ventajas económicas y políticas, y para eso recurre al ataque calumnioso del adversario. Perversa y maniqueamente presentan al otro -en este caso Cuba-, como representante del mal y ellos -El Comercio- representantes del bien. En días recientes tuvieron que anunciar -porque nadie se había enterado-, que desde hace tres semanas tienen como columnista colaboradora a la auto declarada disidente cubana Yoani Sánchez. ¡Tremendo aporte al periodismo mercantil y contrarrevolucionario!
Se refieren a ella como “la heroína de la libertad de expresión”. Sin tapujos señalan que su columna tiene como objetivo hablar “contra la situación política de Cuba” (o sea el mismo disco vetusto y rayado de los payasos del circo nombrados en el primer párrafo). El Comercio dice que ella escribe su blog desde la isla en tono desafiante a la falta de libertades, y “pese a las amenazas oficialistas y la débil situación económica del país, la bloguera ha prometido quedarse en Cuba, para desde ahí continuar relatándonos la otra vida de la isla”.
Lo cómico es lo contradictorio de esta noticia: señalan -por un lado- que en Cuba no hay libertad de expresión y sin embargo -por otro lado-, afirman que Sánchez escribe desde la isla y lo hace para hablar contra el gobierno. Pregunta: ¿si no hay libertad de expresión en Cuba, cómo es que ella tiene libertad para escribir contra el gobierno cubano? (Como puede verse, estos profesionales de la noticia no se pusieron de acuerdo para fabricar la mentira).
Lo infame es la actitud tanto de El Comercio como de Sánchez; El Comercio, porque so pretexto de libertad de empresa privada y comercial, usa sus recursos para calumniar abiertamente contra la soberanía e independencia del pueblo cubano y no informa absolutamente nada del cruel bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos por más de cincuenta años; y de Sánchez, por su actitud mercenaria al ponerse al servicio de intereses foráneos en contra de su país.
A Sánchez y a su familia el socialismo cubano le posibilitó -y aún le posibilita- los mejores servicios educacionales del mundo y excelentes servicios de salud de forma gratuita, ella no paga vivienda, goza de trabajo y tiene seguridad social. Por lo mismo es que ha decidió quedarse en la isla. En cualquier otro país tendría que pagar por todos esos derechos que hoy disfruta en Cuba.
Sin embargo, ella se dedica a calumniar a su país, porque a cambio recibe distinciones y reconocimientos internacionales. El solo hecho de saber que en el 2008 el diario El País de España le otorgó el premio Ortega y Gasset, desnuda en cuerpo y alma quién es esta mensajera de la libertad.
Presentar a Sánchez como una gran voz disidente es sumarse al juego político contrarrevolucionario y mafioso, dirigido desde Miami. A no pocos peruanos les sorprende que hasta esos bajos fondos de infección moral pueda llegar un diario -como El Comercio- que presume de decente y democrático.
Colgar un blog en la web no tiene nada de extraordinario, eso es comidita de todos los días. Lo extraordinario radica en el contenido ético de lo que se comunica. ¿Qué se transmite y cómo se transmite? No se trata de tergiversar la verdad. En Cuba hay muchos blogueros, al igual que los hay en otros países, pero la mafia de Miami selecciona a quien le pueda ser útil a sus propósitos, por eso escoge al más servil de los mercenarios.
El Comercio, Sánchez y la mafia deberían sacar tiempo para leer el blog La Isla Desconocida de Enrique Ubieta. Si lo que quieren es conocer lo que no se dice de Cuba, ahí tienen una fuente muy rica. Ubieta habla de la isla que el imperio -con un bloqueo por más de cincuenta años- no ha podido aislar; dice lo que los grandes medios callan y ocultan sobre la revolución cubana.
El Comercio compra a la bloguera Sánchez, la cosifica, la recicla y la pone al servicio de la oligarquía limeña, para que no cese de celebrar sus orgías ideológicas contra la revolución cubana.

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