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sábado, 20 de noviembre de 2010

De Nagoya a Cancún: Entre la ciencia y la ficción

Las conferencias de las Convenciones de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica y Cambio Climático pueden asemejarse a una secuela del film “Avatar”: entre el imperialismo y la supervivencia.
Fernando Glenza / Agencia Periodística del Mercosur
(Fotografía: cumbre CDB en Nagoya)
La Conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) en Nagoya, en Japón, realizada entre el 19 y el 29 de octubre pasado no supuso la toma de una decisión radical para frenar la comercialización y destrucción en masa de la biodiversidad.
A pesar de las decisiones positivas de imponer una moratoria en la “geoingeniería”, o sea, la manipulación en gran escala de los sistemas climáticos del planeta mediante la alteración artificial de los océanos, los suelos y la atmósfera; y de mantener la moratoria para la tecnología “terminator”, o sea la manipulación genética de semillas para que sean estériles o suicidas, la conferencia no logró alcanzar medidas para frenar la pérdida de biodiversidad que amenaza nuestra supervivencia.
La Vía Campesina, movimiento social que engloba a organizaciones campesinas de 69 países, celebró la moratoria de la “geoingeniería”, considerando a esta tecnología como una propuesta falsa y perjudicial para revertir el cambio climático en cuanto a la reducción gases de efecto invernadero, y que, por el contrario, tendría efectos devastadores en la biodiversidad.
En ese sentido, Pat Mooney, director ejecutivo de ETC Group -organización no gubernamental con sede en Canadá- expresó que “algunos de los que proponen estas tecnologías piensan que es más fácil manipular el sol que hacer que la gente viaje en autobús”. “En materia de radiación solar, algunas ideas se basan en liberar sulfatos a la atmósfera, o colocar miles de enormes espejos en el espacio para reflejar la luz del sol. En cuando al carbono, se habla de fertilización oceánica: arrojar hierro o nitrógeno al agua del mar para estimular el crecimiento de fitoplancton que a su vez absorba más gas carbónico y lo almacene en las profundidades”, señala Stephen Leahy, corresponsal de la agencia Inter Press Service (IPS).
El fracaso de las negociaciones internacionales para reducir los gases de efecto invernadero durante la última conferencia sobre el Cambio Climático que se realizó en Copenahgue, Dinamarca, a fines del año pasado -en donde se tenía que negociar la continuación del Protocolo de Kyoto- renovó los intereses científicos y políticos en estos experimentos.
La Royal Society de Gran Bretaña, que reúne a algunos de los científicos más destacados del mundo, defiende las investigaciones en “geoingeniería”. “Nos oponemos a una moratoria porque no queremos restringir esas investigaciones”, dijo John Shepherd, climatólogo del Centro Nacional de Oceanografía de la Universidad de Southampton y miembro de la Royal Society, según el cronista de IPS.
“El cambio climático puede llegar a un punto desesperante que requiera medidas desesperadas, y por lo tanto deberíamos tener listas algunas buenas investigaciones sobre lo que pueda ayudar”, sostuvo Shepherd, autor del informe 2009 de la Royal Society sobre “geoingeniería”.
El conflicto se traslada ahora a Cancún, México, sede de una nueva conferencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, del 29 de noviembre al 10 de diciembre.
Desde Vía Campesina animan a los delegados de las próximas negociaciones a que apoyen la moratoria impuesta en Nagoya, aunque en esa oportunidad no se logró rechazar varias iniciativas que amenazan la biodiversidad en nombre de la "economía ecológica": la economía de los ecosistemas y la biodiversidad, que promociona la comercialización de la vida al asignarle un valor económico, y que tuvo una gran oposición por parte de la delegación de Bolivia.
El presidente de ese país, Evo Morales Ayma, expresó recientemente en un comunicado estar profundamente preocupado porque se pretende promover la mercantilización de la naturaleza, y en particular de los bosques, a través de la creación del mecanismo REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) y sus versiones REDD+ y REED++. “Es fundamental detener esta destrucción de nuestra Madre Tierra”, señaló.
Para Evo Morales el capitalismo es la causa del calentamiento global, subraya que “actualmente, en las negociaciones de cambio climático todos reconocen que es esencial evitar la deforestación y degradación de los bosques. Sin embargo, para lograrlo, algunos proponen mercantilizar los bosques con el falso argumento de que sólo se cuida y conserva aquello que tiene precio y propietario. La propuesta es tomar en cuenta sólo una de las funciones de los bosques, que es su capacidad de absorción de dióxido de carbono, y emitir “certificados”, “bonos” o “derechos de carbono” que se comercialicen en un mercado de carbono. De esta forma, las empresas del “norte” podrán optar entre hacer reducciones de emisiones en sus países o comprar “certificados REDD” en países del “sur” según su conveniencia económica” .
Los movimientos sociales de todo el mundo se están movilizando para la conferencia de Cancún reclamando “Justicia Climática”. Miles de personas afectadas por la destrucción del ambiente, junto a agricultores, campesinos sin tierra, pueblos originarios y activistas de todos los sectores sociales, se reunirán para proponer soluciones que no sean de “ciencia ficción” para enfrentar la crisis climática, como las propuestas de mercado para el comercio de carbono, los “agrocombustibles” y la “geoingeniería”.

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