Debería alarmar en Ecuador que ahora los mismos personajes y políticos que antes se opusieron a la asamblea constituyente y a la Constitución, hoy se hayan transformado en los más grandes defensores de la Asamblea de Montecristi y de la Constitución de 2008, que la usan para atacar una consulta popular que la misma Constitución faculta. ¡Qué ironías tiene la historia!
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo
Para la primera vuelta electoral y presidencial del 15 de octubre de 2006 participaron 13 candidaturas: Rafael Correa, Jaime Damerval, Gilmar Gutiérrez, Marcelo Larrea, Luis Macas, Álvaro Noboa, Marco Proaño, León Roldós, Fernando Rosero, Carlos Sagnay, Lenin Torres, Luis Villacís y Cynthia Viteri. Las candidaturas se polarizaron en torno a dos campos: Noboa y Viteri, en un extremo, y en el otro Correa y Roldós. Hay que recordar que mientras Correa propuso, desde el primer momento, una Asamblea Constituyente de plenos poderes, Roldós se opuso a ella y peor, decía, si es de “tema libre”. Noboa y Viteri nunca aceptaron la asamblea constituyente, pues decían defender la “institucionalidad”.
La sensación del posible triunfo de Correa alimentó la consigna del momento que fue la de “todos” contra Correa. Se le acusó de “populista de izquierda”, se le comparó con Hugo Chávez, se le tenía por “outsider”, “anti-stablishment” y “anti-partido”. Las cámaras de la producción anunciaban un panorama apocalíptico para el Ecuador si triunfaba Correa. El candidato León Roldós incluso habló del “peligro fascista” e hizo comparaciones con “Hitler”. Los mayores ataques provinieron del PSC a través de León Febres Cordero, que superó en “denuncias documentadas” a lo que decía Cynthia Viteri, candidata del partido. Hoy parece olvidarse que Viteri fue abandonada en el camino (quedó en quinto lugar), porque toda la derecha apoyó a Noboa, precisamente contra Correa. Por ello, el tercer lugar lo ocupó Gilmar Gutiérrez. Para la segunda vuelta, el 26 de noviembre, la polarización política estaba definida entre Álvaro Noboa y Rafael Correa. Entonces arreció la campaña: Correa no solo era un peligro “comunista”, sino que la Asamblea Constituyente que quería convocar, estaba destinada a darle “todo el poder”. La Asamblea era de Correa. Así se le atacaba. De manera que el triunfo de este candidato exasperó a “todos”.
Lo que primero hizo Correa al tomar posesión de su cargo el 15 de enero de 2007 fue convocar a la Asamblea Constituyente de plenos poderes. ¡Cómo combatió la derecha ecuatoriana semejante llamado! Se repetía que la Asamblea haría lo que dispusiera Correa, que acabaría con la institucionalidad del país, etc. Bastaría leer los periódicos de la época. Pero el país apoyó con el 82% de los votos la convocatoria a esa Constituyente.
Y peor fue la reacción cuando estuvo lista la nueva Constitución y se llamó al referéndum para aprobarla. La derecha redobló sus cargas. La Constitución era el peor y más grave “mamotreto” que se había hecho en nuestra historia. Otra vez más, era la Constitución “de Correa”. Hecha a su medida. Para su autoritarismo, su verticalismo, su populismo. Así se decía. Por eso, debería alarmar en Ecuador que ahora, a diario, los mismos personajes y políticos, que antes se opusieron a la asamblea constituyente y a la Constitución, hoy se hayan transformado en los más grandes defensores de la Asamblea de Montecristi y de la Constitución de 2008, que la usan para atacar una consulta popular que la misma Constitución faculta. ¡Qué ironías tiene la historia!
Excelente reflexión, creo que necesitamos redoblar los esfuerzos para esclarecer lo que pasa en el Ecuador. Lastimosamente la visión hacia en exterior es que el Proyecto de Consulta Popular es un acto autoritario y que viola lo derechos ciudadanos.
ResponderEliminarSería interesante plantear cada una de las preguntas y las justificaciones ciudadanas que tiene cada una de ellas. Por qué no se viola la Constitución, por qué no se violan los derechos de los ecuatorianos y ecuatorianas. ATENTOS SALUDOS Y FELICITACIONES