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viernes, 4 de noviembre de 2011

La XXI Cumbre Iberoamericana de Paraguay: enfocando algunos trasfondos

En la actual realidad latinoamericana, el amalgamiento de dos proyectos es casi regla general. Pese a los desastres del proyecto neoliberal, éste aún persiste y continúa atacando, sobre todo en sus principios privatizador y desregulador. El proyecto desarrollista integral se le yuxtapone, no lo desplaza totalmente y avanza lentamente. Se trata de una lucha que aún hoy continúa.

José Antonio Gómez Pérez* / Especial para Con Nuestra América

Desde Ciudad Panamá

Los recién pasados días, 28 y 29 de Octubre de 2011, fue celebrada la XXI Cumbre Iberoamericana, en Asunción-Paraguay. La misma fue convocada bajo el lema: "Transformación del Estado y Desarrollo". Jefes de Estado de 22 países asistieron; 11 no concurrieron y presentaron sus excusas. De Centroamérica, presentes estuvieron los presidentes de Guatemala y Panamá, los mandatarios de de Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Honduras estuvieron ausentes; y los de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela tampoco concurrieron a dicho conclave.

A continuación, mi lectura de las noticias sobre el evento y sus conclusiones. Tres aspectos me llamaron la atención, y aquí los expongo a consideración de los amables lectores.

Nuevas alertas ante el neoliberalismo.

Durante el evento, la situación europea y sus crisis de la deuda soberana y las recetas neoliberales que actualmente se están adoptando fue un tema que ocupó atención importante; principalmente en relación a España y Portugal.

Al respecto, las intervenciones dejaron muchas críticas, remarcándose que: “América Latina, que de crisis sabe y también de situaciones críticas, ha dejado claro que no aplaude la catarata de ajustes que ha realizado la Unión Europea, Por el contrario, su proyecto político es exactamente el opuesto: Más Inversión Pública, Más Políticas Sociales y Más Estado, pese a quien pese”.

En el trasfondo de este párrafo del tema de discusión, hay que destacar dos aspectos importantes. Uno, las nuevas alertas contra el neoliberalismo y sus ajustes. Otro, el concepto general del proyecto político antineoliberal.

Ciertamente, ahora son países de la Unión Europea que están en la palestra de ejecución de las políticas neoliberales y sus ajustes económicos y sociales. Como ya ocurrió en Países de Latinoamérica, se trata de ajustes para pagar meras deudas financieras, que desfavorecen principalmente a las mayorías populares. Los responsables del acumulamiento exagerado de esas deudas no son sancionados como debería corresponder.

Y es que, la aplicación a raja tabla de las políticas y medidas neoliberales del Consenso de Washington dejaron desvastados o estancados a la mayoría de las economías y sociedades de nuestros países latinoamericanos, a lo largo del último cuarto del siglo pasado. Dicha historia es reciente, y obviamente no debemos olvidarla.

Además, las Agencias Calificadoras de Riesgo están sometiendo a los países afectados por su sobre-endeudamiento a complicados dictámenes político-sociales, que realmente van más allá de aquellos peritajes técnicos que les correspondería realizar. En la práctica, a dichas agencias se les ha dejado actuar omnímodamente; condicionan las crisis domésticas de los países y hasta dictaminan cual país entra o sale de las crisis económicas y financieras. La soberanía de la población está reducida. Algo semejante también ocurrió en los años ’80-‘90 por nuestro subcontinente.

Estas dos alertas hay que prestarles mucha atención. En caso de propagarse la crisis europea a Latinoamérica, seguramente intentarán replicar acá estos mismos mecanismos.

La visión del proyecto político, en Latinoamérica.

En dicha cumbre se presentó un buen resumen de las dos visiones generales de proyectos políticos, hoy predominantes en la región latinoamericana, a saber: El Modelo Neoliberal y Las Transformaciones Desarrollistas Integrales.

El Proyecto Neoliberal consiste en la aplicación del llamado modelo neoliberal, diseñado por el Consenso del Washington, el cual establece un variado conjunto de recetas políticas, económicas y sociales para controlar y administrar el estado, la economía y la sociedad, principalmente mediante mecanismos de: aperturas externas comerciales y monetario-financieras, privatizaciones de bienes y recursos del estado, minimización de la actividad pública, y desregulación de los mercados y las inversiones. Este neoliberalismo se ha formulado y aplicado en forma ortodoxa y casi mecánicamente, lo que conduce inevitablemente a: menos estado, menos sociedad y menos inversión pública.

Por otro lado, está la visión opuesta; que bien podríamos denominar: El Proyecto de Las Transformaciones Desarrollistas Integrales. Un proyecto político que debe corresponder al enfoque del desarrollo humano sostenible global; y por tanto debe gestionarse con: a) una atención a la dimensión del desarrollo humano a la par del crecimiento económico; b) la tutela y participación activa del Estado; c) la priorización de políticas sociales; d) la creación de entornos positivos a la participación del capital doméstico e internacional; e) la diversificación de las relaciones internacionales; y f) la regulación pertinente a los principales mercados, que más inciden en las actividades productivas y el costo de la vida de la población.

En esta dirección, la Cumbre produjo conceptos importantes. Muy útil es el esbozado concepto general sobre el proyecto político, que fue sintetizado como: “Más Inversión Pública, Más Políticas Sociales y Más Estado, pese a quien pese”.

Precisamente, esta es la concepción de “transformación del estado y desarrollo”, que más está generalizada en las cosmovisiones de las fuerzas políticas democráticas y progresistas de la región. Aquellos proyectos con enfoques de Menos Estado, Sociedad e Inversión Pública, son los consignados y encabezados por fuerzas neoliberales, conservadoras y restrictivas de la participación democrática.

En la actual realidad latinoamericana, el amalgamiento de ambos proyectos es casi regla general. Pese a los desastres del proyecto neoliberal, éste aún persiste y continúa atacando, sobre todo en sus principios privatizador y desregulador. El proyecto desarrollista integral se le yuxtapone, no lo desplaza totalmente y avanza lentamente. Se trata de una lucha que aún hoy continúa.

Las prioridades de transformaciones para Latinoamérica.

Durante los discursos de apertura de la cumbre, el Dr. Enrique Iglesias García, hizo una intervención central. [Otrora, este destacado economista uruguayo, fue Secretario Ejecutivo de la CEPAL (1972-1985) y Presidente del BID (1988-2005) y es actualmente el Secretario General Iberoamericano, desde el año 2005]

Iglesias enfatizó, que “los países latinoamericanos deben emprender cinco transformaciones en: 1) Política Macroeconómica; 2) Educación; 3) Equidad; 4) Innovación; y 5) Modernización de las Instituciones Públicas”. Calificó estos procesos como “cinco revoluciones, para conseguir que, por fin, ésta sea la década de América Latina".

Esta temática referente al contenido o prioridades de las transformaciones requeridas en Latinoamérica, también llamó mi atención. Viniendo de quien proceden, las cinco prioridades temáticas que él esbozó, me parecen un esfuerzo interesante como síntesis. Pero, a la vez considero que lucen incompletas; y que de hecho se convierten en un planteamiento que motiva a la discusión constructiva, para las tareas político-sociales del trabajo científico y concertado, que se requiere en estas temáticas.

Yo he llegado a comprender que el proyecto de las transformaciones desarrollistas integrales emana y se corresponde con el denominado concepto de Desarrollo Humano Sostenible Global, que se fundamenta y tiene su alcance en las dimensiones múltiples e integrales, que se interrelacionan simultáneamente con independencias relativas, complejidad, complementariedad, y totalidad de resultados, en el análisis y evaluación que se aplican a los países. Estas dimensiones básicas, son principalmente las 8 siguientes: 1) Lo Político; 2) Lo Económico; 3) La Dimensión Social; 4) Los Activos y Recursos Naturales Disponibles; 5) Lo Institucional; 6) La Ciencia y Tecnología; 7) La Ecología y Medio Ambiente; y 8) La Dimensión Ética y Humana.

A mi juicio, el enfoque del Dr. Iglesias no incluye 3 dimensiones que son vitales en el abordaje de las transformaciones requeridas para nuestra región latinoamericana: Esta son: A) La Dimensión Ecológica Ambiental; B) La Dimensión Política; y C) La Dimensión Ética y Humana. El orden es casual. Estas tres dimensiones de las transformaciones integrales son igualmente importantes, omitirlas es una falla. Intentemos creer que quizás aquí primó la elección del número 5, que es siempre atractivo como guía de síntesis; y así quedaron tres componentes claves por fuera.

El hecho que no haya ninguna alusión directa a la dimensión ecológica y ambiental me parece muy preocupante. Huelgan las palabras explicativas sobre tal deficiencia de enfoque. Sin la consideración de esta dimensión, pareciese que las tantas cumbres sobre medio ambiente y cambio climático no tuviesen mucho sentido para el mundo actual, o que en la región latinoamericana no se amerita priorizar el medio ambiente sostenible.

Recuerdo que conocí al Dr. Iglesias, durante la I Cumbre de la ONU sobre Energías Nuevas y Renovables, celebrada en Nairobi-Kenia en el año de 1981, en la que él fungió como su organizador y secretario ejecutivo. En ese entonces, si le prestaba atención a los problemas medio-ambientales y la sostenibilidad de los procesos de desarrollo.

Anticipo que en la concepción de Equidad pueden estar incluidos contenidos de la dimensión del desarrollo humano. Sin embargo, en Latinoamérica no es conveniente dejar a lo implícito el tema de los valores éticos frente al desarrollo, ya que como demandas claves están la distribución de la riqueza, el funcionamiento de los mercados y el tratamiento a las crisis económicas. Estamos en un momento histórico que se requieren políticas explícitas y pertinentes en estos campos. El Papa Juan Pablo II, bien habló de regular el capitalismo salvaje de hoy.

Concuerdo con la tesis de prestar atención a la modernización de las instituciones públicas, Pero este es un concepto muy general, lo central debe estar dirigido a que las instituciones públicas cumplan sus roles con eficacia hacia los ciudadanos y por el fortalecimiento de la democracia. En Latinoamérica, un mayor y mejor desarrollo sólo es posible con más democracia y con más participación social. Lo institucional no escapa a esta máxima.

Además, el Dr. Iglesias nos trae la modernización del Estado, como si ésta jamás hubiera existido. Se trae a colación directa y repetitiva el mismo concepto de modernización del estado, que en los años ’90 y con apoyo de fondos del BID, dieron paso a aquellas reformas del estado que únicamente sirvieron para viabilizar puntos del consenso de Washington, a través de la privatización de empresas públicas, ventas de activos estatales, desmantelamiento de instituciones reguladoras y la desregulación laboral.

Por otra parte, es llamativo, que no haya alusión a las instituciones de iniciativa privada, como si éstas fuesen perfectas. En este campo, también deben considerarse a las instituciones privadas, muchas de las cuales viven las condiciones de rezago estructural que tiene el sector público en los países latinoamericanos. Así, la dimensión institucional es atinente a todo el tejido empresarial público y privado.

Tampoco hay alusión directa a la dimensión política. Es obvio que sin la consideración apropiada de la misma, es imposible que los países de Latinoamérica impulsen sus cambios, ya sea que se trate de las 5, 7 u 8 transformaciones. Éstas van más allá del mero ejercicio democrático electoral; tienen que ser política y socialmente concertadas, desde la construcción de contenidos hasta la valoración y legitimidad social amplia.

Finalmente, debo recordar que no hay ninguna alusión a la integración regional de los países latinoamericanos. No está en el listado de las cinco transformaciones revolucionarias del Dr. Iglesias, y que como ayer, hoy la CEPAL sigue convocando y auspiciando su desarrollo. Integración regional es un tema que es nodo gordiano para la resolución del avance desarrollistas de nuestros países, en una dirección mayor que la mera interdependencia comercial y los llamados tratados de libre comercio, como ahora prevalece.

La integración regional es vital para Latinoamérica, sea que miremos hacia el MERCOSUR, la Comunidad Andina, el CARICOM o hacia nuestro sistema centroamericano de integración. SICA y SIECA.

Seguramente, tendremos que continuar analizando el texto completo de la intervención de Enrique Iglesias en dicha cumbre, para contribuir al esclarecimiento sobre el proyecto político que nuestros pueblos demandan.

Panamá, 31 de Octubre de 2011

Fuentes:

- Público.es; “Latinoamérica critica recetas neoliberales que hunden Europa”; Madrid-España; 29 de octubre de 2011. http://www.publico.es/internacional/404033/latinoamerica-critica-

- La Voz de Galicia.es; “La Cumbre Iberoamericana naufraga”; España;30 de Octubre de 2011. http://www.lavozdegalicia.es/mundo/2011/10/30/0003_201110G30P25991.htm

* José Antonio Gómez Pérez, Economista, MgSc. Catedrático Titular III. Facultad de Economía / Universidad de Panamá.

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