La explotación minera en América
Latina tiene una larga historia. Pero la explotación minera del siglo XX es la
que despierta la mayor atención latinoamericana, porque, desde entonces, esta
actividad atrajo el interés de gigantes empresas extranjeras que fueron la
punta de lanza del nacimiento de un fenómeno nuevo en la historia del
capitalismo mundial: la consolidación del imperialismo.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo (Ecuador)
El auge del imperialismo convirtió a
Latinoamérica en la región codiciada por sus materias primas, agroexportaciones
y, sobre todo, minas. Las gigantes petroleras literalmente se lanzaron al
saqueo, acompañando su ambición con un manto tan negro como el mismo petróleo en
los diversos países a los que llegaron. Una de esas tragedias, manipulada por
empresas petroleras, ocurrió con la guerra del Chaco (1932), que enfrentó a
Bolivia y Paraguay.
Experiencias de un pasado nefasto
también condujeron a la expropiación y nacionalización que hizo el presidente
Lázaro Cárdenas del petróleo mexicano (1938). Iguales y oscuras historias bien
pueden contarse en Venezuela, Colombia, Brasil o Ecuador, país que perdió media
Amazonía (1942) por intrigas petroleras que aprovecharon del conflicto
territorial que se mantenía con el Perú desde la época del nacimiento de ambas
repúblicas.
Son parecidas a las del petróleo, las
historias de saqueos, corrupciones, desestabilizaciones gubernamentales, etc.,
que se hallan atrás del cobre chileno, del estaño boliviano, de la plata
mexicana o de las piedras preciosas brasileñas. Adoptar políticas nacionalistas
y soberanas frente a las empresas mineras imperialistas siempre trajo riesgos a
los países latinoamericanos.
En la década de los setenta del pasado
siglo, el petróleo pasó a ser el eje de la economía ecuatoriana, que durante el
gobierno militar y reformista del general Guillermo Rodríguez Lara (1972-1976)
se manejó en términos nacionalistas. El triunvirato militar sucesor (1976-1979)
abandonó ese nacionalismo; y, durante las décadas neoliberales de fines del
siglo XX, los sucesivos gobiernos relegaron al Estado para favorecer al mercado
libre, los capitalistas internos y las empresas imperialistas.
Desde 2007 ese modelo cambió y el
Estado recuperó los intereses nacionales por sobre los privados. Con las
reformas a la Ley de Minería aprobadas por la Asamblea Nacional, hay la
intención de promover esa actividad bajo los principios soberanos y
medioambientalistas fijados por la Constitución ecuatoriana de 2008.
Muy bueno, aqui hay mucho para debatir sobre la minería en Mendoza: http://con-ciencia-solidaria.blogspot.com.ar/
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