Las elecciones en El
Salvador y en Costa Rica del 2 de febrero de 2014, confirman que la crisis
neoliberal que comenzó en Sudamérica ha llegado a implantarse también en
Centroamérica.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
En América Latina la
crisis del neoliberalismo provocó desde febrero de 1989, con el llamado
caracazo en Venezuela, una ola de movilizaciones sociales y sublevaciones
populares que han tenido efectos políticos sustanciales: la emergencia de
gobiernos de centro izquierda e izquierda, los cuales de manera moderada o
decidida se han deslindado del
neoliberalismo y constituido una voluntad posneoliberal. Durante algunos años,
algunos analistas expresaron que tal
oleada posneoliberal nunca alcanzaría a
Centroamérica. Motivos que fundamentaran
tal aseveración no faltaban. La región era considerada un bastión de la dominación
imperialista estadounidense. Es de Centroamérica de donde fundamentalmente surgió el
estereotipo de la “Banana Republic”, suerte de régimen semicolonial con regímenes oligárquicos. Con
el fin de la guerra fría y el auge neoliberal, el estallido revolucionario de
los ochenta fue apagado. Los sandinistas fueron derrotados en 1990 y los acuerdos de paz en El Salvador en 1992
y en Guatemala en 1996, expresaron la correlación de fuerzas en la que quedaba
la región en el contexto de un mundo unipolar.
Pero tal parece que las
grietas que comenzó a mostrar el neoliberalismo con la sublevación de Caracas
en 1989 y la rebelión zapatista en enero de 1994, han aparecido de manera
consistente en Centroamérica. El regreso del FSLN al gobierno en 2006 y su nuevo
triunfo electoral en 2011, el triunfo electoral del FMLN en 2009, el
surgimiento del Frente Nacional de
Resistencia Popular y el partido Libre como la segunda fuerza electoral en
Honduras en las elecciones de 2013, son
muestras de la crisis hegemónica neoliberal en la región. Es de destacar en
este contexto, el surgimiento del partido Acción Ciudadana (PAC) en Costa Rica,
el cual fundado en 2000, al igual que Libre en
Honduras, logró romper el bipartidismo con un 26% de los votos en 2002 y
obtuvo un empate técnico en las elecciones de 2006 con un 40% de los sufragios.
Las elecciones en El
Salvador y en Costa Rica del 2 de febrero de 2014, confirman que la crisis
neoliberal que comenzó en Sudamérica ha llegado a implantarse también en
Centroamérica. El FMLN logró superar el
desgaste del hacer gobierno, sus diferencias internas y un excomandante
guerrillero de las Fuerzas Populares de Liberación, Salvador Sánchez Cerén, ha
ganado la primera ronda electoral con un 49% de los votos. En Costa Rica, el
PAC con Luis Guillermo Solís, gana la primera ronda electoral con un 30%
originando que por primera vez en la historia no triunfe un partido del
bipartidismo tradicional (Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana). En mi
perspectiva, lo más notable ha sido el surgimiento de una fuerza a la izquierda
del PAC, el Frente Amplio, que con José María Villalta ha obtenido un 17% de
los votos.
El posneoliberalismo en
Centroamérica ha tenido que ser
necesariamente moderado. Con economías pequeñas, vulnerables y geográficamente ubicadas en el
patio trasero de los Estados Unidos de América,
no es posible observar procesos como los de Venezuela, Bolivia y
Ecuador. Más aún, en Nicaragua la gestión de Daniel Ortega muestra signos de
incongruencia y hasta de autoritarismo. Pero en el concierto latinoamericano el
gobierno sandinista se ha ubicado en la ALBA y ha sido un activo en el
concierto que Hugo Chávez logró en la región.
Si el centro izquierda
y la izquierda unen fuerzas para la segunda ronda en Costa Rica, algo nuevo
podría surgir en dicho país. Si el FMLN logra mantener a la derecha dividida en
El Salvador para la segunda vuelta, logrará
un segundo período y un margen de tiempo adicional para sus pretensiones
de gobierno progresista en dicho país.
Y lo que parecía imposible años atrás, un mundo distinto al neoliberal, tendrá alguna posibilidad.
Me agrada su estudio de la region centroamericana, en El Salvador, la firma de los acuerdos de paz en 1992, significo cambios en la estructura politica, constitucional; pero nunca se trato el problema economico, eso fue aprovechado por el gobierno de derecha de Alfredo Cristiani para impulsar la privatizacion de los servicios publicos, privatizaron la red de telefonia y pensiones; y no lograron privatizar los servicios de salud, seguro social, y agua potable por las luchas populares. Las politicas neoliberales generaron crisis, se incremento la delincuencia, la corrupcion y el narco trafico, se abandono la produccion agricola. Los gobiernos de derecha ante la avaricia desus propuestas politicas y economicas lograron abrir los ojos y la conciencia de lo acertado de las propuestas de los partidos de izquierda, hoy la derecha ya no engaña mas con el temor de su anticomunismo, la poblacion esta clara en el rumbo de pais que propicia cresimiento economico y bienestar social. Todo indica la derecha nunca mas en la reguion centroamericana.
ResponderEliminarMe agrada su estudio de la region centroamericana, en El Salvador, la firma de los acuerdos de paz en 1992, significo cambios en la estructura politica, constitucional; pero nunca se trato el problema economico, eso fue aprovechado por el gobierno de derecha de Alfredo Cristiani para impulsar la privatizacion de los servicios publicos, privatizaron la red de telefonia y pensiones; y no lograron privatizar los servicios de salud, seguro social, y agua potable por las luchas populares. Las politicas neoliberales generaron crisis, se incremento la delincuencia, la corrupcion y el narco trafico, se abandono la produccion agricola. Los gobiernos de derecha ante la avaricia desus propuestas politicas y economicas lograron abrir los ojos y la conciencia de lo acertado de las propuestas de los partidos de izquierda, hoy la derecha ya no engaña mas con el temor de su anticomunismo, la poblacion esta clara en el rumbo de pais que propicia cresimiento economico y bienestar social. Todo indica la derecha nunca mas en la reguion centroamericana.
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