¡Tierra, Techo y Trabajo
son derechos sagrados! ¡Ningún trabajador sin derechos! ¡Ninguna familia sin
viviendas! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún pueblo sin territorio! ¡Arriba
los pobres que se organizan y luchan por una alternativa humana a la
globalización excluyente! ¡Larga vida al
Papa Francisco y su Iglesia pobre para los pobres!
1. Convocado por el PCJP, la PAS y diversos movimientos populares del
mundo bajo la inspiración del Papa Francisco, una delegación de más de 100
dirigentes sociales de todos los continentes nos reunimos en Roma para debatir
en base a tres ejes –tierra, trabajo, vivienda- los grandes problemas y
desafíos que enfrenta la familia humana (especialmente exclusión, desigualdad,
violencia y crisis ambiental) desde la perspectiva de los pobres y sus
organizaciones.
2. Las jornadas se desarrollaron intentando practicar la Cultura del
Encuentro e integrando compañeros, compañeras, hermanos y hermanas, de
distintos continentes, generaciones, oficios, religiones, ideas y experiencias.
Además de los sectores representativos de los tres ejes principales del
encuentro, participaron un importante número de obispos y agentes pastorales,
intelectuales y académicos, que contribuyeron significativamente al encuentro
pero siempre respetando el protagonismo de los sectores y movimientos
populares. El Encuentro no estuvo exento de tensiones que pudimos asumir
colectivamente como hermanos.
3. En primer lugar, siempre desde la perspectiva de los pobres y los
pueblos pobres, en este caso de los campesinos, trabajadores sin derechos y
habitantes de barrios populares (villas, favelas, chabolas, slums), se
analizaron las causas estructurales de la desigualdad y la exclusión, desde su
raigambre sistémica global hasta sus expresiones locales. Se compartieron las
cifras horrorosas de la desigualdad y la concentración de la riqueza en manos
de un puado de megamillonarios. Los panelistas y oradores coincidieron en que
debe buscarse en la naturaleza inequitativa y depredatoria del sistema
capitalista que pone el lucro por encima del ser humano la raíz de los males
sociales y ambientales. El enorme poder de las empresas trasnacionales que
pretenden devorar y privatizarlo todo –mercancías, servicios, pensamiento- son
primer violín de esta sinfonía de la destrucción.
4. Durante el trabajo en talleres se concluyó que el acceso pleno,
estable, seguro e integral a la tierra, el trabajo y la vivienda constituyen
derechos humanos inalienables, inherentes a las personas y su dignidad, que
deben ser garantizados y respetados. La vivienda y el barrio como un espacio
inviolable por Estados y corporaciones, la tierra como un bien común que debe
ser compartido entre todos los que la trabajan evitando su acaparamiento y el
trabajo digno como eje estructurador de un proyecto de vida fueron algunos de
los reclamos compartidos.
5. También abordamos el problema de la violencia y la guerra, una guerra
total o como dice Francisco, una tercera guerra mundial en cuotas. Sin perder
de vista el carácter global de estos problemas, se trató con particular
intensidad la situación en Medio Oriente, principalmente la agresión contra el
pueblo palestino y kurdo. La violencia que desatan las mafias del
narcoterrorismo, el tráfico de armas y la trata de personas fueron también
objeto de profundo debate. Los desplazamientos forzados por la violencia, el
agronegocio, la minería contaminante y todas las formas de extractivismo, y la
represión sobre campesinos, pueblos originarios y afrodecendientes estuvieron
presentes en todos los talleres. También el grave problema de los golpes de
estado como en Honduras y Paraguay y el intervencionismo de grandes potencias
sobre los países más pobres.
6. La cuestión ambiental estuvo presente en un rico intercambio entre la
perspectiva académica y la popular. Pudimos conocer los datos más recientes
sobre contaminación y cambio climático, las predicciones sobre futuros
desastres naturales y las pruebas científicas de que el consumismo insaciable y
la práctica de un industrialismo irresponsable que promueve el poder económico
explica la catástrofe ecológica en ciernes. Debemos combatir la cultura del
descarte y aunque sus causas son estructurales, nosotros también debemos
promover un cambio desde abajo en los hábitos y conductas de nuestros pueblos
priorizando los intercambios al interior de la economía popular y la
recuperación de lo que este sistema deshecha.
7. Nuevamente, pudimos concluir que la guerra y la violencia, la
agudización de los conflictos étnicos y la utilización de la religión para la
legitimación de la violencia, así como la desforestación, el cambio climático y
la pérdida de la biodiversidad, tiene su principal motor en la búsqueda
incesante del lucro y la pretensión criminal de subordinar a los pueblos más
pobres para saquear sus riquezas naturales y humanas. Consideramos que la
acción y las palabras de los movimientos populares y la Iglesia son imprescindibles
para frenar este verdadero genocidio y terricidio.
8. Particular atención merece la situación de las mujeres particularmente
golpeadas por este sistema. Reconocemos en esa realidad la urgente necesidad de
un compromiso profundo y serio con esa causa justa e histórica de todas nuestra
compañeras, motor de luchas, procesos y propuestas de vida, emancipatorias e
inspiradoras. También exigimos la finalización de la estigmatización, descarte
y abandono de los niños y jóvenes, especialmente los pobres, afrodecendientes y
migrantes. Si los niños no tienen infancia, si los jóvenes no tienen proyecto,
la Tierra no tiene futuro.
9. Lejos de regodearnos en la autocompasión y los lamentos por todas estas
realidades destructoras, los movimientos populares, en particular los reunidos
por este Encuentro, reivindicamos que los excluidos, los oprimidos, los pobres
no resignados, organizados, podemos y debemos enfrentar con todas nuestras
fuerzas la caótica situación a la que nos ha llevado este sistema. En ese sentido,
se compartieron innumerables experiencias de trabajo, organización y lucha que
han permitido la creación de millones de fuentes de trabajo digno en el sector
popular de la economía, la recuperación de millones de hectáreas de tierra para
la agricultura campesina y la construcción, integración, mejoramiento o defensa
de millones de viviendas y comunidades urbanas en el mundo. La participación
protagónica de los sectores populares en el marco de democracias secuestradas o
directamente plutocracias es indispensable para las transformaciones que
necesitamos.
10. Teniendo en cuenta el especial contexto de este encuentro y el
invalorable aporte de la Iglesia Católica que en cabeza del Papa Francisco
permitió su realización, nos detuvimos para analizar en el marco de nuestras
realidades el imprescindible aporte de la doctrina social de la iglesia y el
pensamiento de su pastor para la lucha por la justicia social. Nuestro material
principal de trabajo fue la Evengelii Gaudium que se abordó teniendo en cuenta
la necesidad de recuperar pautas éticas de conducta en la dimensión individual,
grupal y social de la vida humana. Es dable desatacar la participación e
intervención de numerosos sacerdotes y obispos católicos a lo largo de todo el
Encuentro, viva encarnación de todos aquellos agentes pastorales laicos y
consagrados, comprometidos con las luchas populares que, consideramos, deben
ser reforzados en su importante labor.
11. Todos y todas, muchos de nosotros católicos, pudimos asistir a la
celebración de una misa en la Catedral de San Pedro celebrada por uno de
nuestros anfitriones el Cardenal Peter Turkson donde se presentaron como
ofrendas tres símbolos de nuestros anhelos, carencias y luchas: un carro de
cartoneros, frutos de la tierra campesina y una maqueta de una casilla típica
de los barrios pobres. Contamos con la presencia de un importante número de
obispos de todos los continentes.
12. En este ambiente de debate apasionado y fraternidad intercultural,
tuvimos la inolvidable oportunidad de asistir a un momento histórico: la
participación del Papa Francisco en nuestro Encuentro que sintetizó en su
discurso gran parte de nuestra realidad, nuestras denuncias y nuestras
propuestas. La claridad y contundencia de sus palabras no admiten dobles
interpretaciones y reafirman que la preocupación por los pobres está en el
centro mismo del Evangelio. En coherencia con sus palabras, la actitud
fraterna, paciente y cálida de Francisco con todos y cada uno de nosotros, en
especial con los perseguidos, también expresa su solidaridad con nuestra lucha
tantas veces desvalorizada y prejuzgada, incluso perseguida, reprimida o
criminalizada.
13. Otro de los momentos importantes fue la participación del hermano Evo
Morales, presidente de la Asamblea Mundial de los Pueblos Indígenas, que
participó en carácter de dirigente popular y nos ofreció una exposición
centrada en la crítica al sistema capitalista y en todo lo que podemos hacer
los excluidos en términos de tierra, trabajo, vivienda, paz y ambiente cuando
nos organizamos y logramos acceder a posiciones de poder, pero de un poder
entendido como servicio y no como privilegio. Su abrazo con Francisco nos
emocionó y quedará por siempre en nuestra memoria.
14. Entre los productos inmediatos del encuentro, nos llevamos dos cosas:
la “Carta de los excluidos a los excluidos” para trabajar con las bases de los
sectores y movimientos populares, la cual nos comprometemos a distribuir
masivamente junto al Discurso del Papa Francisco y las memorias; y la propuesta
de crear un Espacio de Interlocución permanente entre los movimientos populares
y la Iglesia.
15. Junto a este breve comunicado, le pedimos especialmente a todos los
trabajadores y trabajadoras de prensa que nos ayuden a difundir la versión
completa del discurso del Papa Francisco que, repetimos, sintetiza gran parte
de nuestra experiencia, pensamiento y anhelos. Repitamos junto al: ¡Tierra,
Techo y Trabajo son derechos sagrados! ¡Ningún trabajador sin derechos!
¡Ninguna familia sin viviendas! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún pueblo
sin territorio! ¡Arriba los pobres que se organizan y luchan por una
alternativa humana a la globalización excluyente! ¡Larga vida al Papa Francisco y su Iglesia
pobre para los pobres!
Saludos Nuestra América: gracias por compartir informaciones valiosas, aparte del signo político, religioso, etc. de quienes las coordinan y ayudan a producir. Lo fundamental siempre es que represente un claro apoyo al desarrollo del movimiento social latinaoamericano y mundial. DAGO
ResponderEliminarLeyendo estas informaciones de "Con Nuestra América" me dan ganas de reeditar mis libros de hace 20 o más años donde estudiaba la relación entre Iglesia, Estado y movimientos populares en Costa Rica.
ResponderEliminarLeyendo la informaciones sobre el papa Francisco y su convocatoria a los movimientos sociales, recuerdo cuando hace 25 años escribía libros sobre la Iglesia, el Estado y los movimientos populares.
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