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sábado, 13 de diciembre de 2014

Fidel y la gloria del deporte cubano

Los medios y los enemigos de la Revolución Cubana callan vergonzosamente, porque no pueden negar las páginas de gloria que los atletas cubanos han llenado en la historia.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

El 28 de junio de 1987 Gianni Miná le realizó una entrevista de 15 horas al Comandante, que culminó en el libro Un encuentro con Fidel. El capítulo 11 (El deporte), Miná lo introduce así: “Cuba es hoy, probablemente el cuarto país del mundo en el deporte, por número de victorias o medallas obtenidas en competencias internacionales, cantidad de participantes en las etapas finales de las grandes competencias en todas las disciplinas, y organización de la actividad en el país. Solamente anteceden a Cuba, los Estados Unidos, la Unión Soviética y la RDA. Un resultado inimaginable para cualquier otro país del Tercer Mundo, incluso naciones grandes como Argentina, Brasil o México”.

Los logros deportivos de Cuba en toda su historia revolucionaria siempre han tratado de ser invisibilizadas por la gran prensa comercial al servicio de los intereses hegemónicos del amo del mundo. El ejemplo de entrega, lucha y triunfo de sus atletas en distintas justas ha enarbolado la bandera cubana en primer lugar, para molestia de los mercaderes del deporte, pero también para alegría de quienes piensan que éste no es exclusividad de adinerados.

Miná pregunta: “¿Y es por esto que, por ejemplo, en el deporte en la América Latina, sólo Cuba alcanza victorias en los juegos olímpicos o en las grandes competencias mientras los otros países latinoamericanos casi no ganan nada?”. Fidel responde: “Primero, que le hemos prestado atención, hemos preparado profesores, hemos empleado técnica; segundo, hemos masificado el deporte…Estos son los factores que determinan el elevado número de medallas que nosotros obtenemos en esas competencias internacionales…”

Desconocemos cuántos presidentes entienden la realidad del deporte en su país y lo apoyan. Pero en Cuba, al triunfo de la Revolución, Fidel con su ejemplo y con políticas deportivas revolucionarias impregnó a su pueblo de la consagración al ejercicio físico.

Luis Báez en su libro Así es Fidel presenta 413 anécdotas del encuentro que han tenido con el Comandante en Jefe atletas, diplomáticos, periodistas, científicos, intelectuales y hombres de pueblo en general. Cincuenta y uno anécdotas son de atletas cubanos; ese solo dato ilustra la cercanía y el apoyo de Fidel al deporte.

Hoy el deporte en general ha sido mercantilizado; el atleta vale dependiendo del equipo en el que juegue, la camiseta que vista y la marca que lo patrocine; para algunos es más valioso jugar para el equipo que le paga, antes que representar a la selección de su país. Los tiempos en los que se competía por amor a la camiseta del país, ya pasaron. El deporte está marcado por el mercado y son los medios comerciales quienes determinan qué eventos deportivos son importantes y cuáles no. Culminó en Veracruz México los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, y la mayor parte de la prensa de esta región fue indiferente a los Juegos, solo cubrieron el fútbol masculino. Las otras disciplinas no fueron importantes para ellos.

El medallero final volvió a colocar a la Isla en el primer lugar con 123 de oro, 66 de plata y 65 de bronce. Así, Cuba mantiene su gloriosa condición de líder del área, que conquistó por primera vez en Panamá (1970), y ahora lo hace por décima vez. Ese sitial solamente fue interrumpido el 2002 y el 2010, porque Cuba no asistió, a falta de garantías mínimas que exige este tipo de competencias.

El anuncio de la presencia de Cuba en Veracruz meses antes, advertía que sería candidato al podio. Por eso los medios comerciales no se tomaron la molestia de informar del desarrollo de los Juegos. Cuba socialista, volvería a asombrar con esos resultados. Lo que no podían dejar de “informar” esos medios fue las deserciones de algunos atletas cubanos; con esa “noticia” se regodearon los “profesionales” del periodismo. A pesar de algunas deserciones, Cuba arrolló, y aunque en las otras delegaciones nadie deserta, tampoco obtienen triunfos como Cuba. Desde hace muchas décadas los medios de derecha se dedican a atacar a la Isla, mintiendo que es un pueblo encarcelado y con hambre. ¿Por qué será entonces que los atletas libres y opulentos de otros países no pueden contra los atletas “cautivos” y “desnutridos” de Cuba? ¿Cuál es el éxito de los países capitalistas? ¿Cuánto invierten en deporte, que es también invertir en salud?

Los medios y los enemigos de la Revolución Cubana callan vergonzosamente, porque no pueden negar las páginas de gloria que los atletas cubanos han llenado en la historia.

Báez registra que Alberto Juantorena cuenta, que en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (La Habana, 1982) la disciplina que cerraba los Juegos -el 12 de agosto- era el relevo de 4 por 400 metros; él recibió el testigo con una desventaja que parecía inalcanzable, pero fue descontando; en los últimos 20 metros saludó al Comandante que se encontraba en las gradas. Luego Fidel le hizo una broma: “¿Qué tu hacías saludando antes de pasar la meta?, ahí perdiste unos segundos”. Juantorena le dijo: “Es que estaba dedicándole esa medalla a usted por su cumpleaños, porque usted ha sido la inspiración y el creador de todas las glorias del deporte cubano”.


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