Con
este escrito no quiero justificar al gobierno nefasto del General Noriega, si
no presentar la verdadera cara de lo sucedido en Panamá a partir del
20 de diciembre de 1989.
Carlos Pérez Morales* /
Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico
Estados Unidos, con el ejército más poderoso del mundo,
invadió
la República de Panamá el 20 de diciembre de 1989. Aquí llevó a cabo el operativo más grande desde el
conflicto de Vietnam, desplegando más de 26,000 soldados muchos que provenían
desde bases muy distantes.
Las Fuerzas de Defensas de Panamá, organizadas y entrenadas por el Comando Sur,
con sede en la llamada “Zona del Canal” apenas tenían 12,000 efectivos. El
Presidente George Bush, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas
estadounidense,
adujo en esta ocasión
que la invasión respondía a: 1) la necesidad de proteger y preservar la vida
de los ciudadanos de Estados Unidos residentes en Panamá; 2) la defensa de los Tratados
del Canal, Torrijos-Carter;
3) llevar ante los tribunales al General Manuel Antonio Noriega, verdadero Jefe
Político y Militar de Panamá por el supuesto tráfico de drogas
hacia Estados Unidos; y 4) implantar
un sistema democrático en Panamá. Sobre
estas supuestas razones podemos argumentar lo siguiente: la vida de los ciudadanos
estadounidenses,
nunca estuvo en peligro en Panamá más allá de algunos incidentes provocados por
sus soldados contra las Fuerzas de Defensa de Panamá. Por otra
parte, días
antes de la invasión la presencia de las Fuerzas Armadas de
Estados Unidos en Panamá
aumentaron
con la presencia de 2,000 efectivos adicionales. La soldadesca estadounidense
utilizaba para fines de adiestramiento el territorio de la Ciudad Capital, fuera
de la llamada “Zona del Canal”.
El tercer objetivo enunciado por el Presidente
Bush, para justificar
la invasión se cumplió con la complicidad de la Nunciatura Apostólica del
Vaticano. La misma entregó al General
Noriega a las fuerzas invasoras, sin reclamar la autoridad de esa embajada al
derecho internacional de asilo. Debo
señalar aquí que Noriega
había sido un informante pagado por la Agencia Central de Inteligencia de
Estados Unidos (CIA) durante mucho tiempo.
Éste continuó bajo la dirección de la CIA por George Bush, con quien se
reunió en repetidas ocasiones.
En cuanto al cuarto objetivo, imponer un gobierno democrático en Panamá, éste
me parece muy incierto porque Panamá tenía un gobierno dictatorial desde 1968,
cuando Torrijos junto a otros colaboradores derrocaron al Presidente Arnulfo
Arias mediante un golpe militar. Aún
así, Estados
Unidos reconoció el gobierno del la dictadura de Torrijos y negoció con éste
los tratados más importantes sobre el Canal a Panamá. Los tratados conocidos como los Tratados
Torrijos-Carter.
Los militares de Estados Unidos juramentaron en la
Base Militar
de Clayton a Guillermo Endara, como Presidente y a Guillermo (Billy) Ford y a
Ricardo Arias Calderón,
como Vicepresidentes. Con esto “formalizaron” un nuevo
gobierno que entraría en función luego que finalizara la Operación “Causa
Justa”, como habían llamado a este operativo.
La invasión comenzó desde el Cerro Ancón
contra el barrio pobre de El Chorrillo.
En esta comunidad se encontraba localizada la Comandancia de las Fuerzas
de Defensa de Panamá. El objetivo
inmediato que se percibía era destruir este baluarte militar lo
que se cumplió inmediatamente. Pero el ejército sanguinario de Estados Unidos
atacó e incendió este barrio. Allí
murieron ciento de civiles, incluyendo numerosos niños ya que sus casas fueron
atacadas e incendiadas. La Ciudad de Panamá fue bombardeada por varios cientos de
bombas que causaron la muerte a numerosos civiles. Otras provincias de la República fueron
bombardeadas y atacadas por vía aérea y terrestre causando los mismos resultados.
Los números de bajas fueron ocultados porque los militares estadounidenses arrastraron
muchos cadáveres hacia la Zona del Canal. Se calcula que hubo miles de muertos y heridos.
Uno de los hechos más importantes de esta invasión
fue que Estados Unidos utilizó poderosas armas nuevas, las cuáles fueron estrenadas en esta ocupación. Entre los armamentos nuevos que utilizaron
estuvo el avión “Stealth”, ametralladoras M 60, cañones de 20, 40 y 105 mm.
También utilizaron los aviones espías SR 71 helicópteros “Apaches” AH 64, el
RUM-199 y vehículos de asalto como el HUMWEE. Las nuevas y poderosas armas utilizadas por
el ejército invasor neutralizaron en pocos días a las Fuerzas de Defensa de
Panamá. El General Manuel Noriega se
refugió unos días en la Nunciatura Apostólica del Vaticano, donde fue entregado por el Nuncio a
los militares estadounidenses. Noriega fue llevado a juicio en Estados Unidos.
Con este escrito no quiero justificar al gobierno
nefasto del General Noriega, si no presentar la verdadera cara de lo sucedido
en Panamá a partir del
20 de diciembre de 1989.
*Docente Jubilado, Universidad de Puerto Rico en Humacao.
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