Se tambalea un imaginario en
América Latina, sus signos todavía no son claros, se requiere mucho esfuerzo en
todos los ámbitos, la tarea es abismal, pero algo se comienza a desdibujar: ya
no somos región trasera de ningún imperio, y eso es bastante si somos honestos
con el análisis de América Latina.
Jesús Alejandro Marcano* /
Especial para Con Nuestra América
Desde Maturín, Estado Monagas,
Venezuela
El crono mundializado por el proceso cultural de tantos años de
manipulación e imposición nos coloca en
un 2015 latinoamericano de grandes e inmensas perspectivas geopolíticas:
Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador y
Venezuela constituyen países
sudamericanos con gobiernos de un sentir de multitudes de clara bandera
integracionista, unionista y antineoliberal, los bloques conformados como
UNASUR, MERCOSUR, ALBA; tienen un
componente principista en claves
de complementariedad, humanismo, endogeneidad y contextualidad, atrás
parecen ir quedando las premisas que orientaron organizaciones como la OEA, el
TIAR, CAN y otras propias de doctrinas geopolíticas dinamizadoras de inserción
de América Latina en la lógica de pueblos a civilizar por la ética del capital.
En Centroamérica Nicaragua y el Salvador, en el Caribe la Cuba que
marca la pauta para toda la región en cuanto a marco de referencia de
concreciones política y éticas más allá del capital, en fin se ha puesto a andar
el gran experimento latinoamericano, pueblos movilizados, México, un gran
ejemplo de lucha ante los genocidios que otros pueblos también han vivido, para
ello unas conciencias sujetan en ánimo de paradojas políticas la gramática y el
lenguaje que comenzamos a pronunciar, aquí no ha sido el verbo y luego la
palabra, en esta región el grito enmudeció el arsenal de la maquinaria
neoliberal que quiso imponerse en los últimos veinte años de la centuria
pasada.
Fue un bufido y un clamor que
en unos más que en otros las masas y
multitudes de la región, dieron organización en los referentes instalados de
democracia representativa la opción de un examen histórico que comienza a tomar
cuerpo.
Hoy Cuba demuestra al mundo lo que significa dignidad, honestidad, humildad
y valentía; no pudieron rendirla ni cuando cayó el socialimperialismo
soviético, ni los 56 años del criminal bloqueo impuesto por el imperio más
cínico de la historia de la humanidad, ni sus últimas once administraciones
gubernamentales que llevaron llanto y destrucción a gentes inocentes en varias
latitudes, con sus invasiones “libertarias” en nombre de su democracia y sus
“daños colaterales”, uno de los tantos eufemismos neoliberales del terrorismo.
Asimismo la Venezuela bolivariana ya puede dar muestra de su
experiencia en el plano de victoria
electoral tras victoria electoral, victoria popular-militar (13A-2002), derrota
al saboteo petrolero, derrota a “guarimbas” y hoy vive su más alto desafío que
es derrotar una guerra en el campo económico.
Se tambalea un imaginario en América Latina, sus signos todavía no son
claros, se requiere mucho esfuerzo en todos los ámbitos, la tarea es abismal,
pero algo se comienza a desdibujar: ya no somos región trasera de ningún
imperio, y eso es bastante si somos honestos con el análisis de América Latina.
Pero la honestidad intelectual también pasa por la responsabilidad de asumir
que nada está fácil, por lo que el desdibujamiento que tuvo solidez histórica
de una América Latina periférica orbitando totalmente en la gravitación
norteamericana ya no es tan verdad, pero tampoco ha implicado un desplazamiento
real del cartograma del poder instalado históricamente, no obstante toda la
maquinaria puesta a funcionar para entorpecer este despertar endógeno señala
que el “ruido de las piedras que trae el crecimiento del caudal del río”
significa que se re-ordena el mapa, su léxico debe variar, su simbología
comienza a tener otros trazos y su
escala tiene una dimensión distinta.
Revolución socialista, revolución bolivariana, revolución ciudadana,
por decir algunas no sólo son consignas ni apellidamiento a conceptos
claros en política, la politización y repolitización de la región dice mucho,
los logros y avances en ámbitos claramente humanísticos como el político, social,
tecnológico, educativo manifiestan una práctica cultural e histórica que nos
cohesiona.
Somos altamente dependientes en el campo económico, en el caso de
Venezuela casi 100 años que sus ingresos absolutamente son del petróleo
señalando esto su mayor debilidad y su más grande desafío, ser post capitalista
pasa por ser post petrolero, esta es una tesis que tengo para el debate que se
avecina.
Quebrar la estructura pasa por ir juntos como América Latina y
contextualizarnos mas como región que como país, los inconvenientes terribles
de hoy en Venezuela son una demostración de la hipótesis que digo.
Problematizar esta situación es una tarea nuestra en el 2015, saldos políticos
organizativos tenemos de estos últimos quince años en el país, desde consejos comunales,
pasando por comunas y llegando a instancias de consejos populares
presidenciales que han permitido uno de
los alcances de las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social
de la Nación 2007-2013; que es
“(...)la democracia protagónica
revolucionaria, en la cual la mayoría soberana personifique el proceso
sustantivo de toma de decisiones”. Muchos errores pueden destacarse, pero debe
servir para un aprendizaje de empuje en la dirección de innovar en el concepto
constitucional de esta otra idea de participación para una democracia de nuevo
tipo.
Si queremos empujar y re-ordenar nuestro mapa de relaciones hace falta
más que haber cambiado, como se hizo para beneficio del pueblo y la nación,
todo el pauperismo social heredado, pues como lo señalaba CORDIPLAN a fines del
período del presidente Caldera (último de la democracia representativa
burguesa) había 80% de pobreza, 39 de pobreza extrema, 14% de indigentes, 15%
de desempleo, 37% de desnutrición infantil y 30% de deserción escolar, cifras
estas propias de la cartografía que se desdibuja.
No obstante ello hay que darle sostenibilidad y sustentabilidad al
nuevo marco de relaciones y esto pasa por romper regionalmente con la misma
lógica que nos liga a un imaginario impuesto por un proceso geopolítico que en
un momento logró imponerse contra la constitución de la Gran Colombia y que hoy atenta contra este nuevos despertar
de las multitudes y que con la férrea voluntad política y sus instrumentos más
expeditos (partidos, frentes, movimientos, etc), una alta conciencia histórica
(instituciones y otras organizaciones), un sujeto transformador corporizado
como pueblo (en concreciones de multitudes en unidades de batallas, de
discusiones, círculos de acciones, coordinadoras, etc.) con el marco normativo
y el poder constituyéndose tensionen la reestructuración de la cartografía de
las relaciones de poder, que implique las re-configuraciones económicas sobre
categorías claves como el trabajo en batalla contra el capital.
La suerte no está echada, eso
nunca ha sido verdad, lo que están son las condiciones propias latinoamericanas
para hacer valer la premisa del manifiesto comunista, “todas las solideces se
desvanecen en el aire”; allí están en este momento, vamos a desvanecer lo
arraigado como imaginario de una estructura negada a los actuales desafíos que
construimos como multitudes rebeldes por una otra región latinoamericana de
quiebre con la lógica ensimismada en el andariego patrón y modelo que tuvo en
Monroe la cita aforística de que somos región para el imperio. Hoy eso no es
verdad, estamos inaugurando un cambio de época, un momento epocal (no hay
redundancia), pues, en la cartografía del poder en América Latina lo que se
re-ordena es que no seremos una devenida
del norte en la medida que desde el sur
construyamos el mapa territorializado y
el lugar antropológico de vida y de
condición humana, eticidad y estetas latinoamericanos, sujetos de conciencia
por el equilibrio del planeta.
*Director del Eje Geopolítico
“Heroína Juana la Avanzadora” de la Universidad Bolivariana de Venezuela / marcanofernandez@gmail.com
Cuba, Cuba es ejemplo de dignidad, humildad, sin ser potencia económica resistió al imperialismo. En Sur América Venezuela Bolivia, Ecuador, son ejemplo de valentía. En Centro América no podemos decir lo mismo dependemos de programas económicos del Imperialismo "Fomilenio II" Eso no permite hablar ni siquiera hablar de independencia. No hay condiciones ni voluntad para avanzar rumbo al Socialismo.
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