¿Entonces estamos derrotados, hagamos lo que hagamos, o triunfaremos
porque sí, por ser los herederos de Bolívar? Depende de nosotras y nosotros:
gobierno, Fuerza Armada y pueblo organizado. De si asumimos con honestidad y
entereza la advertencia a los imperialistas que hiciera el comandante Chávez: “Aquí
se estrellarán una y mil veces contra la estirpe de Bolívar, contra los
herederos de los libertadores de América…”
Albis Mayora y Gregorio J. Pérez Almeida / Especial para
Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
I. Todo tiene que ver con el Petróleo
La frase no es nuestra, es de David Harvey, quien la escribió como
título del primer capítulo de su libro “El nuevo imperialismo” (Edit. Akal.
2003). Tampoco es una novedad para las y los venezolanos conscientes de nuestra
historia y que escuchamos y compartimos las ideas del Comandante Chávez.
Gracias a él, es común escuchar en conversaciones entre venezolanos y
venezolanas, que el poder político y económico mundial marcha al ritmo del
flujo petrolero, por lo que quien controle el grifo de ese hidrocarburo,
necesario para generar la energía que mueve la industria y sus circuitos
comerciales, militares, culturales, etc., controla al mundo.
Harvey, uno de los padres de la “geografía crítica” que fundamenta la
idea de una “nueva geometría del poder”, al analizar, en el libro citado, las
características del imperialismo capitalista estadounidense, nos advirtió, hace
12 años, que:
“Si Estados Unidos consiguiera derrotar a Sadam y a
Chávez y estabilizar o reformar un régimen saudí armado hasta los dientes,
actualmente asentado sobre las arenas movedizas de un dominio autoritario, y si
pudiera pasar de Iraq a Irán y consolidar su posición en Turkía y Uzbekistán
con una presencia estratégica que le permitiera controlar las reservas de
petróleo de la cuenca del Caspio (a las que los chinos están intentando
desesperadamente aproximarse), dispondría de tal autoridad sobre el grifo del
petróleo que podría imponer sus intereses en la economía global y prolongar su
propio dominio durante otros cincuenta años […]¿Qué mejor medio podría emplear
Estados Unidos para eludir la competencia de Europa, Japón y China que controlar
el precio, la producción y la distribución del recurso económico clave del que
dependen sus competidores? Y ¿qué mejor medio para conseguirlo que aquel en el
que Estados Unidos sigue siendo todavía topoderoso, el poderío militar? En esta
argumentación hay también un aspecto logístico: los ejércitos se mueven con
petróleo” (p.37)
Luego de leer a Harvey nadie puede negar que las llamadas
eufemísticamente “tensiones” o “impasse” entre Washington y Caracas”, que
contemplan una agresión política y económica multifacética e incluyen la
embestida militar de Estados Unidos (EU) sobre Venezuela, tienen origen en el
control del petróleo. Es un episodio más de la guerra por el petróleo que hemos
visto desde lejos, en el Medio Oriente, pero que ahora nos tocó a nosotros,
porque tenemos las más grandes reservas probadas de petróleo y porque estamos a
“tiro de mingo” del vampiro petrolero Washington.
La cita nos dice también mucho sobre las causas de los conflictos
bélicos que se desarrollan alrededor del Mar Caspio en los últimos años, así
que ubiquémonos ante un mapa de la zona para tener una idea más fiel del
argumento de Harvey:
Este mapa nos permite visualizar la geopolítica del petróleo y el gas en
torno al Mar Caspio, entre el Medio Oriente y Eurasia, al mostrarnos los
territorios en los que se han desarrollado las últimas invasiones de EU y sus
secuaces en la OTAN en busca de esas fuentes de energía. ¿Ven por qué el empeño
contra Irán y cuál es el fondo de la “preocupación” de Europa y EU dizque por
su “energía nuclear”? Porque tiene costa y extrae petróleo y gas en el Caspio y
está entre Iraq y Afganistán que no tienen costas y son “aliados” yankees. ¿Se
comprende por qué EU necesita consolidar su presencia militar en Turkía y
Uzbekistán? Es la necesidad de formar y fortalecer una “media luna” con esos
dos países más Afganistán, Turkmenistán, Irán e Iraq en la costa sur del Mar
Caspio que le permita, en primer lugar, competir con Rusia que tiene una costa
amplísima en dicho Mar y, en segundo lugar, cercarla e impedir que avance en el
Medio Oriente.
Ahora bien, esta es parte de la realidad geopolítica del Medio Oriente
que comprueba la tesis de Harvey: todo tiene que ver con el petróleo, pero ¿qué
ocurre con Venezuela? Ya derrocaron a Sadam, se cogieron el petróleo de Iraq,
entonces ¿ahora vienen por Chávez? ¿Después de muerto? Sí, así es, porque ellos
saben que Chávez murió físicamente (¿lo mataron ellos?), pero se multiplicó
social y políticamente. Y, sobre todo, saben que les frustró sus planes de
controlar las más grandes reservas de petróleo del mundo que están en su “patio
trasero” y su sucesor en Miraflores, Nicolás Maduro Moros, continuó la política
antiimperialista.
Pero no pensemos sólo en Venezuela, tengamos presente que Ecuador
también produce petróleo y que Bolivia tiene mucho gas y muchísimo Coltán (un
mineral estratégico) y que ambas naciones también implementaron leyes y
políticas públicas para recuperar el control y el usufructo de sus recursos
naturales. De manera que Venezuela no está sola en Suramérica, es uno más de
los rebeldes del “patio trasero”, pero no uno cualquiera, sino el precursor de
la “segunda independencia” de América del Sur y faro para el resto de naciones
del Sur Global que se resisten a perder su soberanía y se niegan a seguir
siendo víctimas de la acumulación de capital por desposesión, es decir, por el
saqueo en sus distintas manifestaciones (maquilas, tratados de libre comercio,
ajustes estructurales, privatizaciones de bienes comunales y públicos, etc.) de
sus recursos naturales, su fuerza de trabajo, sus conocimientos ancestrales, su
biodiversidad, que va a parar en los bancos y mercados financieros de los
países centrales y en los emporios de placer de la burocracia trasnacional. De
manera que no sólo es petróleo, sino la dinámica del poder político, social y
cultural mundial que se yergue desde, sobre y alrededor del petróleo que había
estado hegemonizado, casi autárquicamente, por Estados Unidos desde 1945 y que
comienza a resquebrajarse con el envión económico de China y el relanzamiento
de Rusia como potencia económica y militar.
Podríamos continuar con el análisis de la geopolítica del petróleo en el
mundo del siglo XXI, pero nos alejaríamos de nuestro objetivo que es analizar
la calificación de Venezuela como peligro para la seguridad nacional y la
política internacional de EU, presentada por el presidente Obama ante el
Congreso de su país. Para realizar un análisis que nos deje algún aprendizaje
político, tenemos que ampliar nuestra visión e incorporar otros aspectos que no
se limiten a la geopolítica del petróleo.
II. La guerra política
La calificación de Venezuela como una “…seria e inusual amenaza a la
seguridad nacional y a la política exterior,” de Estados Unidos, hecha por el
Presidente Barack Obama, obedece, en nuestro análisis, entre varias razones a
tres elementos políticos primordiales, uno de carácter interno y dos de
carácter externo.
El primero, de carácter interno, se refiere al reposicionamiento del
enemigo. Una vez terminada la llamada Segunda Guerra Mundial, EU aplicó una
doble política de dominación: hacia afuera “de contención” y hacia adentro de
“peligro inminente”. Para resumir, existe una permanente amenaza al “estilo de
vida americano” que se manifiesta permanentemente y ante el cual el “público” o
“contribuyente” estadounidense (así lo califican las élites dominantes) debe
estar alerta y dispuesto a enfrentarla fuera de sus fronteras, nunca adentro,
porque a lo interno lo hacen los cuerpos de inteligencia y seguridad que
trabajan en códigos y procedimientos tan secretos, que pocos ciudadanos
estadounidenses tienen conocimiento de su existencia y de sus actividades.
Históricamente, esta amenaza ha tenido tres caras: 1) El enemigo
Potencia, que compite directamente en terrenos estratégicos económicos y
militares y que ha basculado entre la Rusia comunista de la URSS, hasta 1992 y
la Rusia post Guerra Fría. 2) El enemigo contracultural, esto es, un enemigo
por razones culturales casi siempre identificadas con el extremismo religioso,
como el Islam “radical” de Al-Qaeda y hoy el “Estado islámico” (la
materialización del choque de civilizaciones), ubicado en territorios
específicos: Afganistán, Irak, Libia, Siria, etc., y desde la última década del
siglo XX hasta hoy, ubicado en Irán (recordar el mapa). Y, tercero, el enemigo
cercano, materializado por más de cinco décadas, en la Cuba revolucionaria de
Fidel y que tuvo como competidores, pocas veces y con menos proyección interna,
a otros países de Latinoamérica y el Caribe como la Nicaragua sandinista, la
Grenada de Bishop, etc.
El giro que ha dado la administración Obama con respecto a Cuba, la deja
sin “enemigo cercano” y les resta, a los demócratas, un núcleo importante del
electorado norteamericano que considera este gesto como un signo de debilidad
de la nación. Aunque no haya mayores diferencias con los republicanos porque el
enemigo común sigue siendo el “comunismo”, sin embargo, electoralmente tiene
importancia para los lobis de ambos
bloques políticos. En un marco como este se desplaza la amenaza del “enemigo
cercano” hacia Venezuela como estrategia interna para recuperar electores.
Un segundo elemento, de carácter externo, está centrado en la estrategia
de guerra que se viene aplicando contra nuestro país desde hace bastante tiempo
y que el imperio estadounidense siempre “dosifica” en varias fases pero con una
constante que ellos llaman militarmente “base de fuego”, que es parte elemental
de su doctrina militar y diplomática, y consiste en avasallar al enemigo
abrumándolo sin descanso. En términos militares, implica que no importa cuánta
munición se gaste (pues disponen de mucha), lo que importa es que aunque no se
le pegue ni un tiro ese enemigo no pueda responder al fuego y vaya quedando
atrapado. En términos diplomáticos es más o menos lo mismo, pero las municiones
son las sanciones económicas, campañas mediáticas, deslegitimación política y
social, etc. Recientemente Obama utilizó la expresión “Torcer el Brazo” que no
se escuchaba desde que Nixon autorizara a Kissinger a “Torcer el Brazo” de
Allende y a la Unidad Popular chilena.
¿Por qué esta arremetida supuestamente “inusitada y extraordinaria”
contra Venezuela? Son varias las “razones”, entre ellas están: 1ª) la receta
golpista que surtió efecto en Chile no ha dado el mismo resultado; 2ª) la
exagerada presión política y social de balcanización, aplicada con éxito en
Yugoslavia, no funcionó en Bolivia y mucho menos funcionará en Venezuela; 3ª)
sus agentes (la oposición) han sido incapaces de desplazar al gobierno
bolivariano inclusive utilizando cualquier medio o, como señala el Presidente
Nicolás, jugando a las dos bandas, y, 4ª) nuestro pueblo organizado y su
gobierno han resistido en paz el desabastecimiento selectivo y ficticio,
descabezando el acaparamiento y denudando al bachaqueo, además de neutralizar
oportunamente los planes golpistas. Estas muestras de resistencia que revelan
una capacidad de respuesta imponderable en sus análisis estratégicos, les
advierten que no pueden permitirnos tomar un segundo aire.
El último elemento tiene una doble vertiente interna y externa, y está
relacionado al “golpe de timón” en las relaciones bilaterales EU-Venezuela, que
maltrata el orgullo del imperio. Nos referimos a las medidas tomadas por el
Presidente Nicolás Maduro Moros, basadas en el principio de reciprocidad que
exigen igualdad de condiciones para las relaciones bilaterales en dos áreas
sensibles: cantidad de funcionarios diplomáticos destacados y tratamiento de
los ciudadanos. La medida por la cual, desde el
9 de Marzo, se obliga a los ciudadanos estadounidenses que quieran
ingresar a nuestro territorio a solicitar y cancelar una visa, como tenemos que
hacer las y los venezolanos para ingresar a su territorio, colocó a los
“superiores del norte” al mismo nivel de los “inferiores del sur”. Esto
exasperó el orgullo imperial por ser un “mal ejemplo” que no puede permitirse
porque ¿Cómo se verá un ciudadano estadounidense haciendo cola en un consulado
o una embajada venezolana para solicitar una visa? OH, My God! This is an abuse! Esta osadía de una ex colonia yankee permite, que a nivel interno de
EU, se acuse de debilidad a la administración Obama.
Esta son las dos “gotas” que derramaron el vaso, por eso ahora somos una
amenaza “seria e inusual”, pero no por nuestro potencial militar, o porque
interrumpamos el flujo de petróleo hacia EU, sino porque somos un ejemplo de
dignidad y resistencia en el que a pesar de nuestras debilidades, nuestra
organización social aún en desarrollo y de nuestras contradicciones, hemos
logrado, contra todo pronóstico, un aumento sostenido de participación política
y social convocando al socialismo. En fin, porque pese a haber sido sometidos a
cuanta receta infame se sabe el imperialismo, no hemos caído en la
desesperación ni la anarquía destructiva ni hemos renunciado a la construcción
del socialismo como única alternativa al capitalismo.
Pero alerta, que van a seguir intentándolo y con más fuerza. Quizá la
invasión no esté cerca ni ocurra este fin de semana, lo que quiere decir que
van a seguir arremetiendo contra nuestra patria antes de decidir una acción
militar directa. Este análisis nos lleva a formular la siguiente hipótesis: No
sabemos con exactitud si el resultado final de la amenaza de Obama es la
invasión militar, pero podemos prever lo que ocurriría si no logramos derrotar
definitivamente la guerra económica teniendo esa amenaza como telón de fondo en
el imaginario colectivo tanto de las bases chavistas como las de la oposición.
En síntesis: imaginemos que la agresión militar no se da en los próximos meses
pero no desaparece como posibilidad real, es decir, nadie en EU la niega y
mientras transcurren los meses nos imponen un bloqueo financiero y comercial,
entonces preguntémonos: ¿Cómo nos afectaría este panorama de un presente
difícil y agotador y un futuro incierto, o peor aún, de aniquilamiento y
destrucción posibles? ¿Cómo influiría en la voluntad de participación en el
proceso electoral, es decir, cómo sería la abstención? Esto nos pone en una
situación muy delicada, porque hoy, 2015, el más peligroso enemigo político del
imperialismo estadounidense lo representa el proyecto bolivariano y chavista de
Venezuela, que cabalga sobre dos caballos que corren hacia la izquierda: uno es
la participación masiva política, social y electoral del pueblo, y el otro la
certeza de que es posible construir en democracia y en paz otro mundo más
justo.
De manera que sin descuidar las amenazas de agresión militar y de un
bloqueo como el de Cuba, para lo que invocamos los mecanismos de integración
ideados por Chávez (ALBA, UNASUR, PETROCARIBE, CELAC), tenemos que atender
nuestra dinámica política interna, mantener el cronograma electoral y movilizar
al pueblo en las calles, sabiendo que la oposición trabajará para la abstención
o, inclusive, se retirará de la contienda electoral con la excusa de la
persecución política y la parcialidad del Poder Electoral. Descuidar estos
aspectos, significaría la derrota anunciada y abonar el terreno para los planes
belicistas yankees.
III. ¿Viviremos y venceremos?
¿Entonces estamos derrotados,
hagamos lo que hagamos, o triunfaremos porque sí, por ser los herederos de
Bolívar? Depende de nosotras y nosotros: gobierno, Fuerza Armada y pueblo
organizado. De si asumimos con honestidad y entereza la advertencia a los
imperialistas que hiciera el comandante Chávez: “Aquí se estrellarán una y mil veces contra la estirpe de Bolívar,
contra los herederos de los libertadores de América…” Pero no es fácil,
requiere del esfuerzo más grande que hayamos hecho hasta ahora, porque este es
el intento más grave y mortífero del imperialismo capitalista estadounidense de
acabar con el proyecto bolivariano después de la partida física del Comandante
Chávez.
La muerte de Chávez tiene así dos
lecturas, la de ellos y la nuestra: para ellos fue la estocada final y ahora
vienen a rematarnos. Para nosotros es la oportunidad de probar que nuestro
esfuerzo como pueblo insumiso liderizado por Chávez y ahora por Nicolás, no ha
sido en vano, que no hemos arado en el mar.
Sólo así, nuestros enemigos en el gobierno estadounidense, tendrán que
admitir su frustración definitiva, como lo hizo el imperio español en las
palabras del Mariscal Pablo Morillo, al afirmar con rabia e impotencia que
“…aquellos indios de Margarita, pese a estar desnudos y hambrientos eran incansables
y luchaban como gigante […] no he visto yo un pueblo en el genio humano que
haga más desdén al orden que los venezolanos, parecen incapacitados para toda
forma de disciplina pero por ello precisamente es que son tan tozudos en el
combate, allí donde encontramos resistencia siempre hay al menos un grupo de
soldados venezolanos, son insumisos, e indomables”, para concluir: “Dadme
Majestad a un Páez y cien mil llaneros venezolanos y pondré a vuestros pies la
Europa entera”.
Nos referimos a las medidas tomadas por el Presidente Nicolás Maduro Moros, basadas en el principio de reciprocidad que exigen igualdad de condiciones para las relaciones bilaterales en dos áreas sensibles: cantidad de funcionarios diplomáticos destacados y tratamiento de los ciudadanos. La medida por la cual, desde el 9 de Marzo, se obliga a los ciudadanos estadounidenses que quieran ingresar a nuestro territorio a solicitar y cancelar una visa, como tenemos que hacer las y los venezolanos para ingresar a su territorio, colocó a los “superiores del norte” al mismo nivel de los “inferiores del sur”. Esto exasperó el orgullo imperial por ser un “mal ejemplo” que no puede permitirse porque ¿Cómo se verá un ciudadano estadounidense haciendo cola en un consulado o una embajada venezolana para solicitar una visa? OH, My God! This is an abuse! Esta osadía de una ex colonia yankee permite, que a nivel interno de EU, se acuse de debilidad a la administración Obama.(Comentario de las propias filas del artículo: "Lo que es igual no es trampa", Prof. Celestino Flores, UDO-FORJA-GUAYACAN
ResponderEliminarSólo así, nuestros enemigos en el gobierno estadounidense, tendrán que admitir su frustración definitiva, como lo hizo el imperio español en las palabras del Mariscal Pablo Morillo, al afirmar con rabia e impotencia que “…aquellos indios de Margarita, pese a estar desnudos y hambrientos eran incansables y luchaban como gigante […] no he visto yo un pueblo en el genio humano que haga más desdén al orden que los venezolanos, parecen incapacitados para toda forma de disciplina pero por ello precisamente es que son tan tozudos en el combate, allí donde encontramos resistencia siempre hay al menos un grupo de soldados venezolanos, son insumisos, e indomables”, para concluir: “Dadme Majestad a un Páez y cien mil llaneros venezolanos y pondré a vuestros pies la Europa entera”.
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