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sábado, 27 de febrero de 2016

Perú: Navegando sin rumbo y a la deriva, en una democracia tutelada o de baja intensidad, y en una sociedad de mercado

Los peruanos tenemos que hacer memoria histórica, para no cometer los mismos errores y tropezarnos en la misma inmensa piedra neoliberal. Lo ciudadanos con valores éticos y democráticos, estamos en la obligación de denunciar y rechazar a estos candidatos campeones de la mentira, el cinismo, la corrupción, la impunidad y la intolerancia.

Enrique M. Jaramillo García* / Para Con Nuestra América
Desde Lima, Perú.

“Muchas veces, de modo sistemático y estructural, los pueblos indígenas han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”.
Papa Francisco-2016.

La democracia como sistema político, es una de las más grandes conquistas que la humanidad ha alcanzado en el siglo XX. Por tanto, una verdadera democracia debe defender la soberanía e intereses del pueblo peruano, sin someterse acríticamente a la economía de libre mercado. En efecto: “La democracia no es solo un método para elegir a los gobernantes, es una manera de gobierno en el cual el gobierno nunca se concentra en una sola mano y la participación ciudadana es un elemento central. A ella se llega, evidentemente, a través de los partidos políticos, pero también –conforme avanza el tiempo y gracias a los cambios tecnológicos- se llega directamente a través de una serie de medios que permitan al ciudadano cuestionar, reclamar, proponer actos y políticas de gobierno y en algunos momentos decidirlas” (Pease, García, 2009).

Sin embargo, en el Perú, después de ciento noventaicinco años, en que se estableció el Estado republicano, tenemos actualmente una democracia tutelada o de baja intensidad (Santos, 2005), que ha sido sitiada, tomada, sometida y secuestrada por la plutocracia y los poderes facticos para defender sus privilegios, ahora en una sociedad de libre mercado, que en estos últimos veinticinco últimos años, ha expulsado, excluido y marginado de sus beneficios a millones de ciudadanos peruanos, quienes han sido condenados a vivir en la pobreza y pobreza extrema; y cuyas primeras víctimas, son las mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes del mundo Andino, Amazónico y los barrios periféricos en las ciudades como Lima, Huancayo, Arequipa, Trujillo, Piura, Chiclayo, etc., quienes han sido excluidos y marginados de la participación ciudadana, que debería convertirse en una exigencia irrenunciable, porque no es una dádiva que debe brindar el gobernante de turno.

En la actual coyuntura electoral, los peruanos que de verdad estamos comprometidos con el desarrollo del Perú, para que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tengan las mejores oportunidades, valga la redundancia, para el desarrollo de sus capacidades y habilidades, tenemos que rechazar a los candidatos que defienden el modelo económico neoliberal que el año 1990 instituyó Alberto Fujimori, quien con el eslogan de honradez, tecnología y trabajo, estableció uno de los regímenes más corruptos de la historia republicana del Perú. Además, interrumpió el orden constitucional democrático, para establecer un gobierno autoritario y violador de los derechos humanos, por cuyo motivo se encuentra purgando condena en una cárcel dorada en la DINOES.

Por otra parte, para ubicarnos en el contexto socio histórico, es bueno recordar, que en la década de los 80’, en América Latina, se producen las transiciones democráticas, para reemplazar a las feroces dictaduras militares, a este hecho no fue ajeno el Perú. Los sucesivos gobiernos ‘democráticos’ de la región, para equilibrar sus maltrechas economías, aplican la llamada “terapia de shock”, a la que Carlos Saúl Menem, denominó “cirugía mayor sin anestesia” (Klein, 2015). En el caso del Perú, después de la bancarrota económica a la que nos llevó el gobierno de Alan García (1985-1990), con una hiperinflación desbocada de 7,482%, emerge Alberto Fujimori, quien el 8 de agosto de 1990, aplicó la terapia de shock, siguiendo los postulados de los economistas de la Escuela de Chicago: Friedman, Hayek, Williamson, Sachs, promotores del Consenso de Washington, y bajo la tutela del FMI y BANCO MUNDIAL. Los primeros laboratorios de la terapia de shock, fueron los regímenes militares del Cono Sur en la década del 70’: Pinochet (Chile), Videla (Argentina), Banzer (Bolivia), Bordaberry (Uruguay), Morales Bermúdez (Perú) y otros. El ajuste estructural fue vendido como un proceso por el que aquellos países mal llamados en vías de desarrollo tenían que pasar (Klein, 2015).

Ahora bien, después de la caída del régimen autoritario fujimorista el año 2000, que dicho sea de paso, destruyó el tejido social y la institucionalidad democrática, han transcurrido dieciséis años. Sin embargo, los sucesivos gobiernos elegidos democráticamente: Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, han seguido gobernando el Perú bajo el modelo económico neoliberal. Estos regímenes “democráticos”, han sido y siguen siendo corruptos y mentirosos. Es por ello, que los peruanos con pensamiento crítico, tenemos que defender la democracia, para evitar su captura por parte de los candidatos del continuismo y el statu quo: Keiko Fujimori; Pedro Pablo Kuczynski; Alan García; César Acuña y Julio Guzmán, quienes en su desesperación por llegar al gobierno prometen más de la misma medicina, e intentan que aceptemos pasivamente a la pobreza como un hecho consumado. Estos fariseos de la política, niegan y no quieren ver, la realidad causada por la brutalidad de la economía global, que con la coartada del ‘desarrollo’ y la ‘modernidad’, está matando al ser humano, a la tierra y el agua (Sassen, 2015).

Ante estos hechos,  los ciudadanos peruanos debemos preguntarnos: ¿A qué intereses económicos representan estos candidatos?, ¿quiénes son los que se han beneficiado con la vigencia de esta democracia tutelada o de baja intensidad?,  ¿a  qué se debe que el crecimiento económico de los últimos años, -6% PBI 2012- no beneficia a una inmensa mayoría de peruanos y peruanas?, ¿cuáles son las causas para que la sociedad peruana se encuentre al borde del abismo, rebasada por la delincuencia juvenil?, ¿cuáles son las causas para que en el Perú existan 900 mil NINI; es decir, adolescentes y jóvenes, que ni estudian, ni trabajan?, ¿por qué aceptamos las mentiras de algunos candidatos –Alan García- que ya gobernaron y promovieron los narcoindultos, liberando a peligrosos narcotraficantes y delincuentes; y ahora prometen que erradicarán estas lacras sociales sacando a las calles a la Fuerzas Armadas? Sic.

Por otra parte, en el colmo del cinismo, Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, considera grave que César Acuña, el año 2000, se haya reunido con Vladimiro Montesinos en el SIN. Esta señora sufre de amnesia, y no recuerda que ella, su padre y hermanos vivieron en las instalaciones del SIN; además de haber recibido fajos de dólares de parte de Vladimiro Montesinos, para educarse en los Estado Unidos. Del mismo modo, ¿cómo creerle al señor Pedro Pablo Kuczynski, quien ahora dice que luchará por la defensa de los intereses del Perú? Este personaje, cuando fue ministro de Alejandro Toledo, negoció los contratos gasíferos de las reservas del gas de Camisea, para entregarlos a la voracidad del capital transnacional.

Entonces, los peruanos tenemos que hacer memoria histórica, para no cometer los mismos errores y tropezarnos en la misma inmensa piedra neoliberal. Lo ciudadanos con valores éticos y democráticos, estamos en la obligación de denunciar y rechazar a estos candidatos campeones de la mentira, el cinismo, la corrupción, la impunidad y la intolerancia. Si no, miremos los últimos acontecimientos ocurridos en la ciudad de Arequipa, me refiero a las amenazas de altos dirigentes fujimoristas, a un grupo de ciudadanos que de forma pacífica y democrática protestaban ante la presencia de Keiko Fujimori. Estos personajes, que dicen ser democráticos, en el colmo de la intolerancia, de forma violenta acusaron a este grupo de ciudadanos que protestaban pacíficamente, llamándolos ‘terroristas’, ‘senderistas’, ignorando que la democracia requiere respetar las ideas de los Otros, de los diferentes, el de las mayorías y minorías.

Finalmente, en medio de esta parafernalia de amenazas, discursos y promesas cínicas, demagógicas, hipócritas, y fuera de contexto, de parte de los candidatos seguidores de la Escuela de Chicago, los únicos opuestos a esta corriente fundamentalista; y más aún, dicen la verdad son: VERONICA MENDOZA y Alfredo Barnechea. Ellos llaman corrupto a los corruptos, asesino a los asesinos y, luchan junto a las mayorías silenciosas, para coadyuvar a la forja de un nuevo pacto social, para construir Otro Perú, en cuyo corazón nunca más se aniden la violencia, la corrupción, la impunidad, la pobreza y la injusticia social. Este 10 de abril, todos juntos, buscando la unidad en la diversidad, elijamos libremente por el cambio y la transformación del Perú, para así hacer realidad una democracia de alta intensidad (Santos, 2005), una democracia radical (Cortina, 2003).

Lima, 25 de febrero de 2016.

*Docente e Investigador

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