En Nueva York, la ONU eligió a Bolivia para
presidir el comité especial que elaborará un marco jurídico multilateral que
regule los procesos de reestructuración de deuda soberana. La tarea quedó a
cargo del embajador boliviano, Sacha Llorenti.
Bolivia y el gobierno de Evo Morales obtuvieron un triunfo en la ONU. |
La noticia tuvo la desgracia de ser excepcionalmente buena, y entonces,
por ser así de extraordinaria, fue ninguneada por los pulpos de la
des-comunicación. Para eso usan la tan mentada “libertad de expresión”, para
esconder y traspapelar y aterrar.
La noticia suena a ciencia ficción, a delirio: “Naciones Unidas elige a
Bolivia para dirigir la nueva arquitectura financiera mundial”. Sigamos
escuchando, si es posible desde la buena leche: “La ONU eligió a Bolivia para
presidir el comité especial que elaborará un marco jurídico multilateral que
regule los procesos de reestructuración de deuda soberana. En Nueva York, los
países miembros de la ONU eligieron al embajador boliviano Sacha Llorenti como
presidente de ese comité.”
Parece mentira: no será Alemania, ni Estados Unidos, ni Japón, ni China
el país modelo elegido para encabezar el trabajo destinado a instalar una nueva
arquitectura financiera mundial que enfrentará al superpoder encarnado por los
buitres. El comité presidido por Bolivia además “buscará garantizar el
desarrollo sostenible de las naciones”.
Lo conseguido por Bolivia, hacia adentro y hacia afuera, no queda otra
que reconocerlo. Evo Morales padeció burlas y afrentas. Recordemos y, de paso,
veamos como la impunidad es pornografía. Cuatro países del envejecido Viejo
Mundo (Portugal, Italia, España y Francia) el 3 de julio del 2013 prohibieron
hacer escala al avión que trasladaba al presidente de Bolivia. Adujeron
“problemas técnicos” en sus aeropuertos.
Problemas técnicos: un alevoso eufemismo que esconde el servilismo de
cuatro gobiernos a esa Norteamérica que, después de Roosevelt, convirtió a sus
presidentes en meros voceros del Pentágono. La “demora” del avión boliviano fue
secuestro. Puso a prueba la vitalidad de la Unión de Naciones Suramericanas
(UnaSur), reunida en Cochabamba.
Retomo reflexiones vertidas en esta columna desde el 2005. Lo que se le
hizo a Evo, “el indio ese”, se le hizo a la América del Sur entera. Ya antes,
recién elegido Evo, un cómico de la cadena católica española Cope simuló una
llamada con Morales, haciéndose pasar por Zapatero. Mofa humilladora. Pero Evo
gobernó y fue reelecto con más del 63 por ciento. Flor de detalle: antes de su
triunfo liberó un millón y medio de “secuestrados” (analfabetos). “El indio
ese” arrasó en las urnas. Superó el desgaste, la mofa racista y a una derecha
que trató de partir a Bolivia en dos.
Más memoria. Por años los medios pulpos se burlaron del pulóver de Evo.
Se escandalizaron desde el ABC de Madrid hasta el prolijo Vargas Llosa, que
alertó sobre un racismo indigenista. El gran escritor usó la libertad más que
para ser “liberal” en un sentido primordial, para malversar su stock reflexivo.
Medio mundo se cantó de la risa haciendo sociología barata a propósito de ese
Evo que visitaba a los mandatarios estelares sin saco, con su pulóver multicolor.
Damas y caballeros, debajo de la ropa todos estamos muy desnudos. Pero
vemos que hay tipos que se disfrazan de ejemplares padres de familia y son
eficaces asesinadores. Por su vestimenta, ¿alguien diría que el hijo de Bush,
con la excusa de defender las democracias, perpetraría genocidios preventivos?
Más preguntas: ¿por qué nos burlamos de un presidente que se sigue
vistiendo como se vestía? ¿Hasta cuándo oscilaremos entre banalidad y
estupidez? ¿Será que aquí la apariencia es esencial?
El caso es que, mientras aquí mismo se mofaban del pulóver de Evo, el
aseado, el bieneducado neoliberalismo superaba sus propios record de
desocupación; los países del primer mundo estallaban, convertidos en
desesperadas esquirlas de la burbuja financiera.
Tras la primera década del siglo 21 Unicef nos avisa que en este planeta
mueren cada día, de hambre, unas 100 mil personas. De esas 100 mil muertes
hambrientas, 30 mil son niños menores de 6 años. Por otro lado, el inspirado
EE.UU. sigue alimentando guerras en las que, hasta el genocidio preventivo de
Irak, había invertido más de 800 mil millones de dólares. Para matar.
Estamos a merced de los eufemismos. Decimos “este planeta”; digamos
“este Sistema”. Periodistas y medios que descomunican tienen responsabilidades.
Ejemplo: cuando diarios, radios y tevé se burlan del pulóver de “el indio ese”,
distraen de lo que el indio expresó al asumir.
Evo dijo: “La política es una ciencia de servicio al pueblo. Hay que
servir al pueblo no vivir del pueblo.” Y dijo: “No es posible que se privaticen
los servicios básicos… Cuando el agua es negocio privado se violan los derechos
humanos.” Y dijo: “¿Cómo buscar mecanismos que permitan reparar los daños de
500 años de saqueo a nuestros recursos naturales? Más del 20 por ciento de
bolivianas y bolivianos son analfabetos.” Y dijo: “No es posible que haya
hermanas y hermanos del campo sin documento personal. En Europa hasta los
perros tienen pasaporte.” Y dijo, citando a Túpac Yupanqui: “Un pueblo que
oprime a otro pueblo no puede ser libre”.
Además Evo contó, “para que sepa la prensa internacional, que a los
primeros aymaras y quechuas que aprendieron a leer y escribir, les sacaron los
ojos, les cortaron las manos para que nunca más aprendan a leer y escribir.”
Ahí Evo metió dedo en llaga: mediante la analfabetización se consolida
la esclavitud. El siglo 21 necesita cada vez más esclavos para que los bien
comidos y techados podamos seguir eructando la religión del bolsillo. La
analfabetización secuestra.
Durante su primer gobierno Evo, aplicando el método cubano “Yo Sí
Puedo”, alfabetizó 1.500.000 de secuestrados. En diciembre del 2008 la UNESCO
declaró: “Bolivia, territorio libre de analfabetismo”. Evo lo demuestra: la
paciencia es lo contrario de la resignación.
Hoy las Naciones Unidas eligen a Bolivia para dirigir “la nueva
arquitectura financiera mundial”. No estamos soñando, estamos viendo lo que,
por generaciones, dijimos que nosotros no íbamos a ver, ni nuestros hijos
tampoco. Ahora lo sabemos: Bolivia anidaba otros yacimientos, además de los del
oro y la plata, los incalculables yacimientos de la dignidad.
http://www.la-razon.com/economia/Eleccion-comite-reestructuracion-deuda-presidido-Bolivia_0_2211378864.html
ResponderEliminarEs una noticia de Febrero 2015.