¿Por
qué seguir sufriendo cuando podemos de una vez revertir la realidad y dar paso
a la democracia real constituyendo el gobierno del pueblo? Es tiempo de avanzar
al México que necesitamos y deseamos, donde el gobierno sea del pueblo y emane
de lo más profundo de nuestras necesidades.
Cristóbal León Campos / Especial para
Con Nuestra América
Desde
Yucatán, México
I
¿Puede
Enrique Peña Nieto en verdad entender lo que sufre el pueblo por cada aumento
cuando él vive como rey gracias a nuestros esfuerzos diarios, a nuestros
precarios salarios y a los impuestos que nos cobran, impuestos que son
justamente lo que paga sus grandes sueldos, viajes y demás lujos? ¿Se puede ser
más cínico? ¿Por qué el gobierno federal elimina más de veinte mil plazas
laborales y no disminuye los sueldos y bonos a los políticos y funcionarios
públicos? ¿La reducción de sueldos a políticos y funcionarios públicos acaso no
nos permitiría evitar eliminar esas veinte mil plazas? ¿Acaso seguir importando
la gasolina no hace perpetuo el sometimiento de nuestra economía al mercado
mundial y a los caprichos del imperio norteamericano? ¿No sería mejor construir
las refinerías necesarias y producir nuestra gasolina y así poder incluso
competir en el mercado? ¿Por qué en su discurso Peña Nieto nos amenaza con
suspender recursos a los programas sociales y no menciona ningún ajuste al
derroche burocrático y a las prebendas de sus aliados? ¿El discurso del miedo
que utiliza el gobierno federal es su última táctica antes de terminar de
implantar la dictadura? ¿Seguiremos como sociedad esperando la buena nueva que
caiga desde arriba? ¿Cuánto más esperaremos para organizarnos y poner fin a
tanto cinismo e hipocresía? ¿Por qué seguir esperando que nos den lo que está
en nuestras manos construir? Es tiempo de hacer de nuestro porvenir un acto
consciente de nuestro andar social.
II
¿Por
qué en vez de preguntarnos cínicamente que hubiéramos hecho no nos preguntan
qué es lo que queremos? ¿Será que no desean escuchar que deseamos otro México,
que soñamos un país justo, donde la igualdad y la equidad sea el común, donde
no tengan lugar las distinciones de piel, género, lengua, pensamiento y
palabra? ¿Será que tienen miedo de escuchar que deseamos poner fin a las
prebendas políticas, al robo del erario público, que deseamos reducir la
cantidad de diputados y senadores para invertir el dinero recuperado en
necesidades sociales como educación, salud y deporte? ¿Acaso les da miedo
escuchar la voz del pueblo que con dignidad reclama lo que le pertenece? ¿Por
qué no nos preguntan qué haríamos con los ladrones de cuello blanco? ¿Será que
temen pensar en su futuro? ¿Por qué utilizan el miedo como forma de gobierno?
¿Será que temen al pueblo organizado? Es tiempo de que la sociedad construya
otro México.
III
Preparan
la represión, infiltran provocadores para pretender justificar la agresión al
pueblo, criminalizan los derechos de la sociedad, la protesta es un derecho
civil y un acto de dignidad humana, con la voz en alto iremos transformando las
conciencias y nuestra realidad. ¿Cuánta más violencia debe vivir el país para
que nos decidamos por un cambio verdadero? ¿Por qué permitir que nos dividan
con los discursos de miedo y desconfianza? ¿Esperaremos a que los partidos
políticos nos salven de nuestra desgracia? ¿No acaso son ellos los provocadores
de tal situación con sus campañas falsas y promesas huecas? ¿Hay en verdad un
sólo partido que pueda representar al pueblo en medio de un sistema podrido y
decadente? ¿De qué color se viste la esperanza si el hambre se ha vestido de
todos los colores? ¿Qué evidencia requerimos para terminar de despertar si a
diario constatamos el cinismo, la corrupción y el despilfarro? ¿En verdad no
sabíamos qué pasaría con la reforma energética y con las demás reformas
estructurales, o únicamente nos sigue gustando cerrar los ojos para no ver lo
que sabemos que pasará? ¿Por qué seguir sufriendo cuando podemos de una vez
revertir la realidad y dar paso a la democracia real constituyendo el gobierno
del pueblo? Es tiempo de avanzar al México que necesitamos y deseamos, donde el
gobierno sea del pueblo y emane de lo más profundo de nuestras necesidades.
Si todos sabemos lo mal que se encuentra el país, por qué las luchas no trascienden la espontaneidad y logran conformarse realmente como un proceso revolucionario?
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