Una vez que la campaña
electoral ha entrado en su última etapa, han salido de su cubil las alimañas
que se habían ocultado desde hace tiempo. Como es propio de su naturaleza, han
salido a ladrar, rugir, amenazar y prepararse para saltar sobre sus potenciales
víctimas.
Jorge Núñez Sáchez /
El Telégrafo
No de otro modo puede
interpretarse el hecho de que un gran bandido, prófugo de la justicia, haya
sido entrevistado en EE.UU. por dos periodistas malévolas y mostrado por los
grandes medios casi como una víctima. Ahora resulta que el bandido y traidor
conocido como ‘Capaya’ se ha convertido, para los medios masivos, en una fuente
de verdad y hasta en un referente de honestidad política.
Claro está, toda esta
operación de escándalo mediático ha sido hecha con los mayores cuidados
legales. El canal para el que trabaja una de las tales periodistas dice que
ella actuó por su cuenta al entrevistar al prófugo Pareja Yannuzzelli y que
ellos no lo sabían, disculpa tan burda que nadie la cree.
La pregunta que se
impone es quién o quiénes manejan los hilos de esta trama siniestra, que busca
convertir en víctimas de persecución política, y hasta en héroes, a los
bandidos prófugos. Y ahí es donde asoman en el horizonte las sombras ominosas
de un par de jefes mafiosos que viven en Estados Unidos, bajo protección
oficial, después de haber saqueado a Ecuador mediante el feriado bancario:
William y Roberto Isaías Dassum.
Son ellos quienes han
sostenido durante años a la oposición más venenosa y desaforada. Son ellos
quienes financian ahora al banquero candidato y, a cambio de su dinero, le
impusieron la candidatura de Andrés Páez a la Vicepresidencia de la República.
Son ellos quienes montan y pagan las campañas de difamación contra el Gobierno
y gestionan los planes de desestabilización política en el país.
Ardidos hasta el alma
por las sentencias que les impusiera la justicia ecuatoriana, quieren volver
por más. Aspiran a que se les devuelvan los bienes que les fueron legalmente
incautados, en pago por los préstamos estatales no cancelados por ellos. Y
seguramente aspiran a más: a reabrir el Filanbanco, a imponer de nuevo la
antigua Ley de Instituciones Financieras que les facilitó el saqueo de Ecuador,
a reorganizar la antigua ‘bancocracia’ y restablecer el pleno dominio político
de la oligarquía financiera.
Los buenos ciudadanos
estamos indignados ante esta trama verdaderamente mafiosa que han montado el
banquero candidato y sus socios-patrones, los Isaías, para distorsionar la lid
electoral y convertirla en un estercolero, todo ello con la complicidad activa
de los grandes medios de prensa, televisión y radio, que van también por su
parte de la presa: para comenzar quieren la derogatoria de la Ley de
Comunicación y la eliminación del concurso público de frecuencias de radio y
televisión.
Frente a tan
desenfrenadas ambiciones oligárquicas y ante esas hambres atrasadas de la
derecha, la única solución posible es votar por Lenín Moreno y los candidatos
de Alianza PAIS. Solo así Ecuador podrá seguir el cauce de progreso que
iniciara hace una década y que lo ha llevado a dar pasos agigantados para salir
del subdesarrollo, la miseria y la insalubridad.
En las manos de cada
ciudadano está la solución al dilema político actual: o avanzamos en la
construcción de una Patria altiva y soberana o volvemos al repudiable pasado
que nos recuerdan esas sombras ominosas que asoman en el horizonte.
No creia que un historiador honesto y no sesgado este atenazado por las garras del poder...
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