El anuncio sobre Cuba
es parte de una escalada hacia la región en la que cobran fuerza el Comando
Sur, los servicios de Inteligencia y la DEA.
Martín Granovsky / Página12
Donald Trump se
presentó el viernes [16 de junio] en el salón Artime de Miami junto con su
vicepresidente, Mike Pence, que vendrá en agosto a Buenos Aires y es una figura
clave del régimen estadounidense en dos terrenos: el despliegue militar y la
preservación de la influencia en América Latina.
Un día antes de
acompañar a Trump en Miami, Pence disertó sobre las presuntas amenazas a la
seguridad de los Estados Unidos provenientes de Guatemala, Honduras y El
Salvador. Mencionó las pandillas y el narcotráfico. Y dijo que ni el narco ni
la inmigración ilegal se detendrían sin incluir a Sudamérica en el sistema de
cooperación de los Estados Unidos.
Pence también envió
mensajes a Venezuela. “Todos nosotros debemos elevar nuestras voces para
condenar al gobierno venezolano por su abuso de poder y su abuso contra el
propio pueblo, y hacerlo ya”, dijo Pence. Llamó a mostrar a los venezolanos que
“hay un camino mejor”. Para el vice, la libertad “es el único camino hacia la
prosperidad”. Pero “la seguridad es el cimiento de la prosperidad”.
El mismo día el
secretario de Estado, Rex Tillerson, alertó sin datos sobre las supuestas
conexiones entre los carteles mexicanos de la droga y los fundamentalistas de
ISIS, Estado Islámico.
El secretario de
Seguridad Nacional John Kelly a su vez advirtió sobre la conexión entre “redes
terroristas y redes criminales” como los narcos. Esas redes podrían traficar no
solo drogas sino bombas sucias.
Un dato: antes de ser
el jefe de Homeland Security, Kelly fue la cabeza del Comando Sur, el área de
la Secretaría de Defensa y de las Fuerzas Armadas encargada de América Latina.
Un artículo de Jake
Johnson en la revista Foreign Policy publicado la semana que pasó lleva este
título: “La militarización de la política de los Estados Unidos hacia América
Latina se está profundizando con Trump”.
El presidente
norteamericano aumentó los gastos militares y bajó los del Departamento de
Estado. “No esperen que los Estados Unidos simplemente se van a retirar”,
recomienda pensar Foreign Policy. “Más bien esperen que se profundice el
compromiso militar de los Estados Unidos en la región”. Incluso aunque no haya
ningún anuncio oficial, el giro parece inevitable.
La tendencia había
comenzado antes de Trump. Con Obama, ya el Pentágono dio ayuda a Colombia sin
certificación previa de que no se estaban violando los derechos humanos.
Como sucedió en la
década del ’20 con las ocupaciones territoriales, en la del ’50 con los golpes
de Estado y en la del ’70 con la tortura, el laboratorio para todo el
continente es la política hacia Guatemala, Honduras y El Salvador. “Con menos
recursos por canales tradicionales se fortalecerá entre las embajadas
norteamericanas la red de lazos entre la inteligencia, los agregados militares,
los agentes de la DEA y otras autoridades de seguridad que están ganando poder
para conducir la política exterior de los Estados Unidos”, dice el análisis de
Foreign Policy. Con menos dinero a mano por los recortes presupuestarios, ellos
son los que “administrarán las zanahorias”.
Hace una semana murió
en La Habana uno de los intelectuales más prestigiosos de la Revolución,
Fernando Martínez Heredia. Su último trabajo forma parte del libro “América
Latina. Huellas y retos del ciclo progresista”, publicado por Editorial
Sudestada en la Argentina.
“Eventos recientes
adversos en Venezuela y algunos otros países latinoamericanos nos preocupan a
todos y podrían indicar que el tipo de proceso que tuvo muchos logros en una
parte de la región y generó tantas esperanzas está chocando con sus límites, y
el imperialismo y sectores capitalistas locales han pasado a la ofensiva con el
fin de liquidarlo y esparcir el derrotismo”, escribió Martínez Heredia en el
libro. Para señalar, entre resignado y optimista: “Cuba mantiene su apoyo y
acompañamiento a esos procesos, y lo expresa muy claramente. Si la tendencia
actual avanza y se consolida, sin duda tendremos más dificultades y menos
compañía, pero, como siempre, haremos causa común con nuestros pueblos hermanos
y el país mantendrá la política de apoyo a las coordinaciones de América Latina
y el Caribe, y al horizonte integracionista”.
¡¡¡EXCELENTE!!! VIVA LA "PATRIA GRANDE"
ResponderEliminar¡¡¡EXCELENTE!!! VIVA LA "PATRIA GRANDE"
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