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sábado, 5 de agosto de 2017

Venezuela, la nueva batalla por la legitimidad

La Revolución Bolivariana obtuvo el 30 de julio de 2017, 730 mil votos más que el mejor resultado que haya obtenido en su historia (los 7.309 de 2000). Pero al igual que las anteriores, esta batalla electoral es una nueva batalla por la legitimidad. Y la misma se libra en el terreno desigual del combate contra los pulpos mediáticos de todo el mundo.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

En un artículo que publiqué en abril de 2013 con respecto a la apretada victoria de Nicolás Maduro en las recién celebradas elecciones presidenciales, expresé que la izquierda se ve obligada a ganar ampliamente las elecciones para que su triunfo no sea cuestionado. El 1.78% de diferencia no le alcanzó a  Nicolás Maduro para evitar ser cuestionado por Washington, la derecha neoliberal internacional y los grandes medios de comunicación. En cambio sí le alcanzó en México a Felipe Calderón el 0.56% con el que se dice le ganó a Andrés Manuel López Obrador. Estamos procesando en este momento las noticias con respecto a las elecciones para la Asamblea Constituyente en Venezuela y sabemos que votaron 8.089,160 millones de personas (más del 41% del padrón electoral). La descalificación de ese nivel de participación no se ha dejado esperar.

La derecha neoliberal venezolana que infló más de 3 veces el número de votantes en el ilegal plebiscito que organizó el 16 de julio  de 2017, ahora dice que en las elecciones constituyentes del 30 de julio, solamente votó el 12% del padrón electoral. La empresa encargada del conteo se ha unido a dicha descalificación, diciendo que  se manipuló el número de votantes en dicha elección. La OEA y muchos países de América Latina y Europa, que no dijeron nada con respecto al ilegal plebiscito, ahora consideran espurias las elecciones constituyentes repitiendo el argumento de la derecha: no se hizo una consulta previa al pueblo venezolano para saber si quería las referidas  elecciones constituyentes.

Asumiendo que en las elecciones del pasado domingo votaron los más de 8 millones de electores, sería la votación más cuantiosa que ha tenido la Revolución Bolivariana: Chávez ganó en 1998 con 3.673 millones (56.2%); en la consulta de abril de 1998 para saber si se quería una Asamblea Constituyente el Sí obtuvo 3.630 (87.8%); en las elecciones  de septiembre de ese año para la primera constituyente el chavismo obtuvo 3.301(65.8%); en las elecciones de 2000, Chávez obtuvo 7.309 (62.8%); en el referendo de 2007 perdido por el chavismo, este obtuvo 4.5 millones (49.3%); en el referendo de 2009 para saber si Chávez podría reelegirse, el Sí triunfó con 6.319 (54.8%); en su tercera reelección de 2012, Chávez obtuvo 7.505 (55%); en abril de 2013, Maduro ganó la presidencia con 7.505 (50.61%); en las elecciones legislativas  de diciembre de 2015 el chavismo las perdió obteniendo 5.622 (32.9)%.

En términos absolutos, la Revolución Bolivariana obtuvo el 30 de julio de 2017, 730 mil votos más que el mejor resultado que haya obtenido en su historia (los 7.309 de 2000). Pero al igual que las anteriores, esta batalla electoral es una nueva batalla por la legitimidad. Y la misma se libra en el terreno desigual del combate contra los pulpos mediáticos de todo el mundo. El chavismo y las fuerzas progresistas del mundo tendrán que librar en las próximas semanas el combate contra el aforismo de Joseph Goebbels, el ministro nazi de propaganda: una mentira repetida mil veces se vuelve verdad.

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