Así como hace poco tiempo lo único que las grandes cadenas noticiosas
transmitían sobre América Latina era la crisis
de Venezuela provocada por los ultras de la MUD, así ahora parece que
por Cuba no pasará el huracán.
Rafael Cuevas Molina/Presidente
AUNA-Costa Rica
Vista satelital de los huracanes Katia, Irma y José. |
Si no
es el más fuerte, el huracán Irma es uno de los más poderosos de los que se
tiene memoria en el Caribe. A su paso ha dejado destrucción y muerte. Antigua y
Barbuda han quedado devastadas, la segunda en un 90%. Atrás de ella viene José,
que alcanzó categoría 4, es decir, viene pisándole los talones a Irma en
potencia y poder destructivo.
Se
trata de un fenómeno natural de magnitudes a las que tenemos que irnos
acostumbrando como consecuencia del cambio climático. Hace tan solo una semana,
el estado de Texas en los Estados Unidos recibió el embate de otro Huracán, el
Harvey, que causó estragos nunca vistos.
No
faltan sin embargo esas voces que, en tiempos trumpianos, se han visto
fortalecidas en los Estados Unidos. Esta vez se trata del señor Rush Limbaugh, afamado locutor de radio estadounidense para quien la
cobertura que dan los medios a la peligrosa tormenta Irma, tienen el objetivo
de engañar a la gente, pues son sólo ingredientes de una conspiración que tiene
por fin convencer a la humanidad de que el problema del cambio climático “es real”.
Cosas veredes, Sancho amigo.
En fin, las cosas que hay que ver y oír en estos tiempos en los que
los neocon están envalentonados. O,
también, las que no se dejan ver ni oír. En eso de no dejar ver ni oír,
invisibilizar, tergiversar, o simplemente mentir, los medios de comunicación
hegemónicos se han vuelto expertos desde hace mucho tiempo. La realidad, en
todo caso, pueden construirla a su sabor y antojo que ya después, si se
demuestra que las cosas no eran como las pintaban quedará la primera impresión,
o muchos no leerán u oirán las aclaraciones.
El concepto central aquí es “construcción” de la realidad. Hace ya
bastantes años, antes que aparecieran en el horizonte mediático las grandes
cadenas mundiales de noticias, allá por inicios de la década de los ochenta,
una universidad norteamericana hizo un experimento y comprobó que la gente
necesitaba certificar la realidad de lo que incluso había visto personalmente
con la televisión. Si alguien, por ejemplo, presenciaba un accidente en la
autopista camino a casa, corría a certificar el hecho en su aparato.
No son muchas las personas que van más allá de lo que dicen los
grandes noticieros internacionales, o de las informaciones que envían las
agencias de noticias dominantes, que construyen una narrativa sesgada
ideológicamente incluso en circunstancias como estas, cuando pareciera que no
hay nada ideológico o político en juego.
Véase, por ejemplo, la cobertura que da la CNN a este fenómeno
atmosférico de los huracanes que están asolando el Caribe. Para ellos, Irma se
pasea por la cuenca asolando lo que han llamado “las grandes islas”, y
mencionan a Puerto Rico y República Dominicana, en donde corresponsales in situ
reportan en medio de los fuertes viento con el potente oleaje marino a sus
espaldas.
Luego, dan pormenorizada información de lo que pasa en La Florida, las
evacuaciones, los vientos y las lluvias que empiezan a sentirse, la forma como
cada uno intenta ponerse a salvo; hacen entrevistas, piden opiniones, salen
autoridades dando declaraciones.
Pareciera que después de “las grandes islas”, Puerto Rico y República
Dominicana, el huracán entrará en una zona vacía y se dirigiera derechito hacia
la península de La Florida.
Cuba no existe.
El huracán rozará buena parte de la costa cubana y se ha declarado
estado de alarma en once de sus dieciséis provincias. No hay país en el espacio
que recorre el meteoro que se le enfrente con tanta organización, preocupación
por la gente y profesionalismo.
La seriedad de los cubanos puede palparse en la forma como sus
noticieros cubren el fenómeno. Nada de amarillismos, nada de alarmismos;
profesionales con explicaciones didácticas que permiten tener una amplia y
cabal comprensión de lo que está pasando o podrá pasar. Y nada dejado al azar;
total compenetración entre las organizaciones de masas, el Estado y la
población civil.
Nada de eso existe para la CNN. Así como hace poco tiempo lo único que
las grandes cadenas noticiosas transmitían sobre América Latina era la
crisis de Venezuela provocada por los
ultras de la MUD, así ahora parece que por Cuba no pasará el huracán.
El silencio que rodea a la isla que espera ser
atropellada por el fenómeno atmosférico no es casualidad. Cuba muestra la
superioridad de su organización social frente al desamparo y la desorganización
de quienes los rodean. Mostrar cómo se preparan no les conviene. Por eso,
parece que… el huracán Irma no pasará por Cuba.
Estimado Rafa... como siempre en Con Nuestra América 100 puntos tu artículo.
ResponderEliminarFelicitaciones a todo el equipo.