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sábado, 2 de septiembre de 2017

Venezuela: el bloqueo económico y la Constituyente

El bloqueo económico recién decretado por Trump puede calificarse de crimen de lesa humanidad. Afectará sensiblemente la compra de alimentos y medicinas, lo que hará mayor daño al pueblo venezolano, que ya padece los efectos de una prolongada guerra económica.

Ángel Guerra Cabrera / LA JORNADA

Estados Unidos no aprende. En Venezuela le va a ocurrir lo que ya sufrió en Cuba. La feroz escalada de agresiones mediáticas y económicas, acompañadas de brotes de violencia fascista, no lograrán el objetivo de derrocar al presidente Nicolás Maduro. Lejos de ello lo fortalecerán al propiciar el crecimiento y profundización de la conciencia antimperialista del pueblo y su unidad en torno a la dirección política de la revolución. Otra cosa sería una intervención militar como la que amagó el presidente de Estados Unidos, Donad Trump, que podría conducir a un Vietnam latinoamericano.

El chavismo parece apegado a aquella máxima leninista de que una revolución vale tanto como sepa defenderse. Porque son muy valiosas las lecciones que nos viene dando con acciones audaces, bien pensadas y brillantemente ejecutadas con las que logra derrotar al enemigo imperialista y su quinta columna local.

La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y el proceso electoral con que concluyó el movimiento de masas para constituirla, es la más trascendental de esas acciones en los años recientes, pero le queda por delante mucho trabajo. Desde el inicio de sus sesiones se le ve levantar vuelo hacia una nueva y prometedora etapa de la trasformación cultural e institucional y a dar mayor precisión al rumbo socialista en Venezuela.

Una prueba de ello fue la destitución fulminante de la tránsfuga fiscal general y la decisión de restructurar el ministerio público, que había desvirtuado sus funciones y que por instrucciones de la ANC deberá instaurar orden y justicia y reparar a las víctimas de años de acciones terroristas de la oposición. Esta medida es complementada por la investigación de la Comisión de la Verdad, Justicia y Tranquilidad Pública a los voceros opositores Julio Borges y Freddy Guevara como instigadores de la violencia y el terror generado por los grupos de choque en los últimos meses.

Otra acción de enorme importancia ha sido la aprobación, el 29 de agosto, de un decreto contra el bloqueo económico ordenado el viernes 25 por Trump. El decreto apremia a los órganos competentes del Estado a iniciar un juicio histórico por traición a la patria contra los que estén incursos en la promoción de estas inmorales acciones contra los intereses del pueblo venezolano. Define como traidores a la patria a los actores políticos nacionales de marcado carácter antivenezolano que han promovido la agresión económica e intervención contra Venezuela.

Se trata de líderes opositores que durante años se han dedicado a recorrer el mundo pidiendo sanciones económicas contra Venezuela. En reiteradas ocasiones lo han hecho en la Casa Blanca y el Departamento de Estado de Estados Unidos y solicitado, además, la intervención militar en la tierra que los vio nacer. Julio Borges es uno de ellos. De la misma manera, los que, como hizo la dirección de la opositora Mesa de la Unidad Democrática el día 26, han celebrado y apoyado las últimas acciones de Washington para destruir a la economía venezolana y crear –ahora sí– la crisis humanitaria que sólo existe en la propaganda que realizan los medios para justificar el derrocamiento del gobierno legítimo y la intervención armada en Venezuela.

Paralelamente, el presidente Maduro, cuyo equipo ya se venía preparando para una embestida brutal contra su industria petrolera, activó el mismo viernes un plan especial de respuesta y acción en defensa de la economía y las finanzas nacionales, a cargo del vicepresidente Tarek El Aissami.

El bloqueo económico recién decretado por Trump puede calificarse de crimen de lesa humanidad. Afectará sensiblemente la compra de alimentos y medicinas, lo que hará mayor daño al pueblo venezolano, que ya padece los efectos de una prolongada guerra económica. Y como ha denunciado Delcy Rodríguez, presidente de la ANC, es un negocio de la derecha porque llevar a Venezuela a una situación de cesación de pagos pone al país a los pies de los fondos buitres, llamados también fondos carroña. Detrás del bloqueo, agregó hay una alianza perversa de la derecha con fondos financieros internacionales con los que tiene negocios.

La injerencia de otros países de América Latina en Venezuela ha creado el clima propicio para el incremento de la hostilidad de Estados Unidos. Demócratas impolutos, nada menos que Cartes y Temer pontifican sobre la democracia y los derechos humanos en la patria de Bolívar. ¿Podrá rectificarse esta orientación catastrófica con la acción de la CELAC?

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