El bloqueo económico
recién decretado por Trump puede calificarse de crimen de lesa humanidad.
Afectará sensiblemente la compra de alimentos y medicinas, lo que hará mayor daño
al pueblo venezolano, que ya padece los efectos de una prolongada guerra
económica.
Ángel Guerra Cabrera / LA JORNADA
Estados Unidos no
aprende. En Venezuela le va a ocurrir lo que ya sufrió en Cuba. La feroz
escalada de agresiones mediáticas y económicas, acompañadas de brotes de
violencia fascista, no lograrán el objetivo de derrocar al presidente Nicolás
Maduro. Lejos de ello lo fortalecerán al propiciar el crecimiento y
profundización de la conciencia antimperialista del pueblo y su unidad en torno
a la dirección política de la revolución. Otra cosa sería una intervención
militar como la que amagó el presidente de Estados Unidos, Donad Trump, que
podría conducir a un Vietnam latinoamericano.
El chavismo parece
apegado a aquella máxima leninista de que una revolución vale tanto como sepa
defenderse. Porque son muy valiosas las lecciones que nos viene dando con
acciones audaces, bien pensadas y brillantemente ejecutadas con las que logra
derrotar al enemigo imperialista y su quinta columna local.
La Asamblea Nacional
Constituyente (ANC) y el proceso electoral con que concluyó el movimiento de
masas para constituirla, es la más trascendental de esas acciones en los años
recientes, pero le queda por delante mucho trabajo. Desde el inicio de sus
sesiones se le ve levantar vuelo hacia una nueva y prometedora etapa de la
trasformación cultural e institucional y a dar mayor precisión al rumbo
socialista en Venezuela.
Una prueba de ello fue
la destitución fulminante de la tránsfuga fiscal general y la decisión de
restructurar el ministerio público, que había desvirtuado sus funciones y que
por instrucciones de la ANC deberá instaurar orden y justicia y reparar a las
víctimas de años de acciones terroristas de la oposición. Esta medida es
complementada por la investigación de la Comisión de la Verdad, Justicia y
Tranquilidad Pública a los voceros opositores Julio Borges y Freddy Guevara
como instigadores de la violencia y el terror generado por los grupos de choque
en los últimos meses.
Otra acción de enorme
importancia ha sido la aprobación, el 29 de agosto, de un decreto contra el
bloqueo económico ordenado el viernes 25 por Trump. El decreto apremia a los
órganos competentes del Estado a iniciar un juicio histórico por traición a la
patria contra los que estén incursos en la promoción de estas inmorales
acciones contra los intereses del pueblo venezolano. Define como traidores a la
patria a los actores políticos nacionales de marcado carácter antivenezolano que
han promovido la agresión económica e intervención contra Venezuela.
Se trata de líderes
opositores que durante años se han dedicado a recorrer el mundo pidiendo
sanciones económicas contra Venezuela. En reiteradas ocasiones lo han hecho en
la Casa Blanca y el Departamento de Estado de Estados Unidos y solicitado,
además, la intervención militar en la tierra que los vio nacer. Julio Borges es
uno de ellos. De la misma manera, los que, como hizo la dirección de la
opositora Mesa de la Unidad Democrática el día 26, han celebrado y apoyado las
últimas acciones de Washington para destruir a la economía venezolana y crear
–ahora sí– la crisis humanitaria que sólo existe en la propaganda que realizan
los medios para justificar el derrocamiento del gobierno legítimo y la
intervención armada en Venezuela.
Paralelamente, el
presidente Maduro, cuyo equipo ya se venía preparando para una embestida brutal
contra su industria petrolera, activó el mismo viernes un plan especial de
respuesta y acción en defensa de la economía y las finanzas nacionales, a cargo
del vicepresidente Tarek El Aissami.
El bloqueo económico
recién decretado por Trump puede calificarse de crimen de lesa humanidad.
Afectará sensiblemente la compra de alimentos y medicinas, lo que hará mayor daño
al pueblo venezolano, que ya padece los efectos de una prolongada guerra
económica. Y como ha denunciado Delcy Rodríguez, presidente de la ANC, es un
negocio de la derecha porque llevar a Venezuela a una situación de cesación de
pagos pone al país a los pies de los fondos buitres, llamados también fondos
carroña. Detrás del bloqueo, agregó hay una alianza perversa de la derecha con
fondos financieros internacionales con los que tiene negocios.
La injerencia de otros
países de América Latina en Venezuela ha creado el clima propicio para el
incremento de la hostilidad de Estados Unidos. Demócratas impolutos, nada menos
que Cartes y Temer pontifican sobre la democracia y los derechos humanos en la
patria de Bolívar. ¿Podrá rectificarse esta orientación catastrófica con la
acción de la CELAC?
Excelente; camarada !
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