Las
elecciones de este domingo 19 de noviembre dieron muchas sorpresas. Por lo
mismo, cuesta saber por dónde comenzar. Tal vez por aquello que más sintetiza
las sensaciones que esta elección deja: la izquierda emerge y la derecha fue
frenada.
Pedro Santander / CELAG
Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio en Chile. |
Efectivamente, a pesar de
que ninguna encuesta lo predijo, el Frente Amplio (FA), liderado por Beatriz
Sánchez, obtuvo el 20,7% de los votos. Las encuestas nunca le dieron más del
10, incluso la más prestigiosa de todas, la del Centro de Estudios Públicos (CEP)
-que los medios y políticos usan de oráculo- habló de un 9%. Se dobló esa
cifra. Eso no es todo. El Frente Amplio pasó de 3 diputados a 20. Es decir, a
una bancada parlamentaria fuerte que puede incidir en un gobierno, cualquiera
que fuere, y ya lo sabemos, la política es fuerza, no sólo ideas y discurso.
En su alocución al final
del día Beatriz Sánchez lo dijo: “quiero mañana una explicación de las
encuestadoras y los medios, si hubieran dicho la verdad tal vez estaríamos en
segunda vuelta”. Faltó poco. Alejandro Guillier, el candidato del oficialismo
sacó 1.3 por ciento más y pasa a segunda vuelta, junto con Piñera.
El panorama es incierto.
Piñera, que ya daba por descontado su triunfo -incluso en primera vuelta según
algunos vaticinios- no llegó ni al 40%. Logró un 36.6% que lo deja en una
posición incierta de cara a la segunda vuelta, a realizarse el 17 de diciembre.
Todos los ojos están
puestos en el Frente Amplio y en Beatriz Sánchez. El debate estos días se
traslada al FA y a la decisión que se tome -apoyar o no a Guillier en
diciembre-. Beatriz en su discurso habló de Asamblea Constituyente, el fin a la
privatización del agua y el sistema privado de pensiones. Serán estos,
seguramente, los puntos que se discutirán con Guillier.
Lo que hasta ahora queda
claro es que esta elección significó un viraje a la izquierda y no a la derecha
como todos pronosticaban. Es interesante que eso ocurra justamente en Chile, el
país más neoliberal del continente, y en medio de una ola reaccionaria
restauradora en América Latina. Se abre nuevamente una panorama electoral de
tres fuerzas, rompiendo el cerco neoliberal del bi-coalicionismo.
La otra gran sorpresa fue
el derrumbe de la Democracia Cristiana. Esta optó por ir sola a la primera
vuelta y su candidata, la senadora Carolina Goic, llegó quinta con el 5.8%. El
pinochetista declarado José Antonio Kast le ganó con su 7.9%. Marco Enríquez
Ominami casi empata con Goic con un 5.7%.
Este dato es de alto
impacto. El centro político era el lugar natural que hegemonizaba la Democracia
Cristiana en Chile, desde 1960. Hoy ese lugar está siendo ocupado por otros
actores, más laicos y progresistas en lo valórico – cultural.
Será un mes intenso, todo
puede ocurrir, nada está escrito, al igual que lo fueron estas elecciones. Si
Piñera gana en segunda vuelta está en juego quien encabezará la oposición a su
gobierno: si la izquierda con el FA o los neoliberales progres con Guillier.
Si, por el contrario, Guillier logra imponerse en segunda vuelta, solo será
porque el FA le dio el apoyo. Habrá que ver a cambio de qué se hizo eso.
En beneficio de los lectores de este artículo quiero aportar algunas informaciones adicionales.
ResponderEliminarEl domingo 19 de noviembre se realizó la primera vuelta de la elección presidencial y de parlamentarios más consejeros regionales. Nos interesa ahora referirnos a la del Presidente de la República. Postulaban ocho candidatos. Dado que ninguno obtuvo la mayoría exigida por la ley de 50% más uno de los sufragios la elección debe repetirse entre las dos primeras mayorías. Es el "ballottage", que se realizará el domingo 17 de diciembre de 2017, entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, primera y segunda mayorías respectivamente. El padrón electoral nos indica que existían habilitados para votar 14.308.151 electores, de los cuales votaron 6.669.085 electores el 19 de noviembre. Dejaron de votar 6.904.058 electores, es decir, la abstención superó a los que si lo hicieron. Las preferencias de los electores expresadas en las urnas más la abstención ha sumido a la política chilena en una gran incertidumbre. Y no sólo a la política. De hecho al día siguiente, el lunes 20 de noviembre, la bolsa de comercio tuvo una caída espectacular de 5,86%, la mayor baja desde el 8 de agosto de 2011, destruyendo más de US15 mil millones de capitalización bursátil. Esta situación de desconcierto político y bursátil se debe en gran parte a que las encuestas durante todo el período pre electoral daban una ventaja considerable al candidato Sebastián Piñera, preferido por el empresariado y los inversionistas. El resultado, sin embargo, no confirmó las cifras de las encuestas y, por el contrario, las perspectivas de las tendencias de centro izquierda y de derecha son relativamente similares a la luz de los resultados definitivos.
Los que votaron ya expresaron su preferencia, ella es conocida. Lo que no es conocido es lo que piensan aquéllos que no votaron, que superan en número a los que sí lo hicieron. Todos los análisis de políticos y de analistas giran alrededor de la expresión de los primeros. Sin embargo, es muy importante reflexionar acerca de los que no ejercieron su derecho ciudadano. Quizás miles de ellos, o millones, decidan ejercer su derecho ciudadano en la elección del 17 de diciembre. ¿Quiénes son? ¿Qué piensan políticamente? ¿Cuáles son los motivos por los cuales no fueron a sufragar? ¿Cuántos de ellos se propone hacerlo el 17 de diciembre, cuando los candidatos son sólo dos? ¿Qué los motivaría a ir a las urnas? Y en definitiva ¿cuántos de ellos lo harán? Este panorama dificulta prever el resultado final con alguna certeza basándose sólo en los acuerdos políticos que en estos días están gestándose.
Gracias.
Manuel Barrera Romero