Hoy, no se
trata – según reza el mantra de la reacción global - de que Marx ya no
satisfaga nuestras necesidades. Se trata, por el contrario, de que hasta ahora
nuestras necesidades no habían llegado al nivel de complejidad correspondiente
al aprovechamiento del pensar marxiano en el campo de nuestras relaciones con
la naturaleza, que es donde ha venido a plantearse el problema fundamental de
nuestro desarrollo como la especie que somos.
Guillermo Castro H. / Especial para Con
Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Desde hace
una década, el Foro Económico Mundial, que convoca anualmente en Davos, Suiza,
a los principales dirigentes empresariales y políticos del planeta, da a
conocer un Informe de Riesgos Globales elaborado por especialistas del
más alto nivel. [1] El informe
clasifica esos riesgos en cinco categorías - económica, ambiental, geopolítica,
social y tecnológica -, y los valora según su grado de impacto y probabilidad.
En 2008,
por ejemplo, el ambiente global no figuraba como factor de riesgo. Hoy, los
fenómenos meteorológicos extremos, los desastres naturales, la pérdida de
biodiversidad y el colapso del ecosistema global, los desastres ambientales
provocados por la actividad humana, y el fracaso de las iniciativas de
mitigación y adaptación ante el cambio climático figuran en un lugar destacado.
Y aún cabría agregar las crisis relacionadas con el agua y las armas de
destrucción masiva - en su capacidad para acabar con las condiciones que hacen
posible la vida de los humanos en el planeta –mencionadas como factores de
riesgo social y uno geopolítico, respectivamente.
Tales
riesgos operan, además, en un entorno global caracterizado por situaciones de
“desigualdad e injusticia” asociadas tanto a la creciente “disparidad de
ingresos y riqueza” como al impacto de la automatización y la digitalización en
el mercado laboral; de la “tensión política a nivel nacional e internacional”,
en particular en Asia y Medio Oriente, y de la “vulnerabilidad cibernética” que
permite ciberataques y fraudes de datos. En lo económico, constituyen factores
de riesgo “los precios insostenibles de activos, altos niveles de
endeudamiento, en particular en China, y la presión continua sobre el sistema
global financiero.”
En cuanto
al futuro, el informe resalta, en lo económico, las guerras comerciales y “una
cascada de crisis económicas o financieras “. En lo social, “el incremento de
la desigualdad como resultado de la bioingeniería y de drogas que potencian las
habilidades cognitivas“ y “la insuficiencia del suministro de alimentos
global“. En lo político, lo que llama “las olas populistas que amenazan el
orden social”, y “la geopolítica de la identidad.” Finalmente, en lo
tecnológico, señala “los efectos adversos de la Inteligencia Artificial sobre
la eficiencia de internet”, la intensificación de los ciberataques entre
estados, y la fragmentación de internet por temas regulatorios, de
ciberseguridad o proteccionistas.
En breve,
el informe destaca la importancia del deterioro ambiental del planeta en su
relación con las condiciones de vida de miles de millones de personas, y con el
creciente desgaste de la institucionalidad política mundial, que se expresa en
la debilidad de la gestión de los riesgos que plantea ese deterioro. Lo más
notorio, sin embargo, es la incapacidad de la cultura que produjo el informe
para explicar a los factores de riesgo que menciona como expresión de las
contradicciones características de la estructura misma del sistema mundial del
que esa cultura es parte, que afloran en esta etapa de su desarrollo.
Captar esa
dimensión del problema demanda una concepción integrada del mundo y la vida
como una totalidad histórica articulada por el trabajo socialmente organizado a
escala planetaria, que se acerca al momento en que ha dado de sí todas las
formas de desarrollo que era capaz de ofrecer. Esa concepción, sin embargo, es
por necesidad distinta, distante y antagónica a la dominante en el mundo
contemporáneo.
El moderno
sistema mundial ha llegado a un momento en su desarrollo en el que, como dijera
Rosa Luxemburgo en 1903, la más valiosa de las enseñanzas de Marx, “la
concepción materialista dialéctica de la historia” – que aún se nos presenta
“como un método de investigación, unos cuantos pensamientos geniales que nos
permiten entrever un mundo totalmente nuevo, que nos abren perspectivas
infinitas para el pensamiento independiente, que le dan a nuestro espíritu alas
para volar audazmente hacia regiones inexploradas” [2] – pasa a tener un papel
de primer orden en la tarea de explicar y dar sentido a la crisis que
enfrentamos. Hoy, no se trata – según reza el mantra de la reacción global - de
que Marx ya no satisfaga nuestras necesidades. Se trata, por el contrario, de
que hasta ahora nuestras necesidades no habían llegado al nivel de complejidad
correspondiente al aprovechamiento del pensar marxiano en el campo de nuestras
relaciones con la naturaleza, que es donde ha venido a plantearse el problema
fundamental de nuestro desarrollo como la especie que somos.
En verdad,
todos los riesgos que señala el informe afectan a todas las
sociedades del planeta porque todas ellas se encuentran vinculadas entre sí por
el primer mercado mundial existente en la historia de la Humanidad. La creación
de ese mercado, decía Marx en 1858, era la misión histórica de la burguesía. Su
éxito al culminarla hacia fines del siglo XIX abrió paso a todos los factores
que han venido a converger en la compleja etapa de crisis y transición
histórica que vivimos hoy.
Parafraseando
al Manifiesto, así como la red del comercio fue hecha universal por ese
mercado, uniendo por vínculos de interdependencia a todas
las naciones, así de los ambientes regionales del pasado vino a emerger un
único ambiente global, una misma noosfera planetaria y, con ella, nuevas
necesidades de entendimiento y de cambio social. Rosa tenía razón. Estamos
como nunca en el tiempo de Marx.
Mata de Francés, Panamá, 18 de febrero de
2018
NOTA:
[1] World
Economic Forum, Ginebra, Suiza. Strategic Partners: Marsh & McLennan
Companies; Zurich Insurance Group. Academic Advisers: National University
of Singapore;
Oxford Martin School, University of Oxford;
Wharton Risk
Management and Decision Processes Center, University of Pennsylvania. https://www.weforum.org/reports/the-global-risks-report-2018
[2] “Estancamiento
y progreso del marxismo”, 1903. https://www.marxists.org/espanol/luxem/03Estancamientoyprogresodelmarxismo_0.pdf
los temas tratados son actuales y cuando pensamos en la necesidad de observarlos en el accionar laboral, familiar, social de acuerdo porque todavía pensamos como en la edad media, cuando la realidad es otra y se necesita de una visión clara de como todos estos aspectos modulan la vida para no tener que enfrascarnos en discusiones personales ni sectarias ni de grupos de ninguna índole
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