El futuro, aún
incierto, se nos aparece actualmente como un cuadro pintado con tenues colores.
De lo que estamos cierto es que el S.XXI nos regalará una economía y una
sociedad que todavía no imaginamos cabalmente ni en sus bondades ni en sus
peligros.
Manuel Barrera R. / Especial
para Con Nuestra América
Desde Santiago de Chile
En el mes de enero de 2018 el ex presidente Ricardo Lagos ha mencionado, por la prensa, dos veces al ingreso básico
como un tema a discutir. Respondiendo a ese estímulo nos proponemos en este
artículo definir el concepto y hacer algunas referencias al interés que a nivel
internacional ha suscitado esta propuesta.
Se entiende por ingreso básico a
un pago periódico en efectivo entregado incondicionalmente a todos de manera
individual, sin los requisitos de probar los bienes que se poseen o el trabajo
que se realiza.
Es decir,
el ingreso básico tiene las siguientes cinco
características en su formulación más completa:
1. Periódico: se paga a
intervalos regulares (por ejemplo, todos los meses), no como una subvención
única.
2. Pago en efectivo: se
paga en un medio de cambio apropiado, lo que permite a quienes lo reciben
decidir en qué lo gastan. Por lo tanto, no se paga en especie (como
alimentos o servicios) o en cupones dedicados a un uso específico.
3. Individual: se paga
de forma individual, y no, por ejemplo, a los hogares.
4. Universal: se paga a
todos, sin prueba de bienes poseídos.
5. Incondicional: se
paga sin el requisito de trabajar o demostrar la voluntad de trabajar.
Varias
propuestas distintas sobre el ingreso básico están circulando
hoy. Difieren en algunas de sus dimensiones por ej. en la periodicidad del
pago, en los montos del ingreso básico, la fuente de financiamiento, la
naturaleza y el tamaño de las reducciones en otras transferencias que podrían
acompañarlo, si fuese el caso. Quizás la distinción más importante de estas
propuestas sea entre el "ingreso básico completo" y el "ingreso
básico parcial". Los partidarios del primero aducen que de ese modo no
solo se termina con la persistente pobreza sino que, además, se estimula la
participación social y cultural de cada individuo. Otra ventaja: el “ingreso
básico completo” disminuye los costos administrativos que implican los sistemas
de protección social existentes, algunos de los cuales se eliminan. Los
partidarios del "ingreso básico parcial" aducen las ventajas de
avanzar paulatinamente hacia la meta del "ingreso básico completo", a
fin de tener claridad sobre los efectos positivos y negativos de esta política.
Mientras tanto, se complementa el ingreso recibido con los sistemas de
protección existentes.
La idea de
una renta básica universal no es nueva. Ya en 1516 Tomás Moro la plantea en
su Utopía. En el S.XX (1948) en la Declaración de Derechos Humanos,
artículo 25, se menciona como un derecho del futuro. Además, desde las últimas
décadas del S. XX se han venido realizando numerosos experimentos, en diferentes
países de distintos continentes. Uno de los primeros es el de Dauphin, Canadá,
en 1973, donde se garantizó masivamente una renta básica de modo que nadie
quedara por debajo del umbral de pobreza. Un cambio político suspendió el
experimento. No obstante, los análisis estadísticos posteriores demostraron
progreso en todas las variables medidas.
Al revés
de lo pudiera pensarse en una primera impresión la idea de otorgar dinero
gratis no es monopolio de los sectores políticos izquierdistas. El Presidente de
Estados Unidos Richard Nixon hizo dos intentos para que el Congreso aprobara
una renta básica modesta, pero que creía que terminaría con la pobreza y que
consideraba “la ley social más importante en la historia de la nación”. Su
mensaje suscitó apoyo mayoritario en la prensa y fue aprobada por amplia
mayoría en la Cámara de Representantes, pero rechazada en el Senado por votos
de los senadores...demócratas. Hizo un segundo intento al año siguiente, 1971,
que modificaba el anterior al restringirlo a familias con niños. Tuvo la misma
suerte. Fue aprobada ampliamente en la Cámara y rechazada en el Senado.
En la
actualidad hay varias aplicaciones de esta propuesta en los diferentes
continentes. Una de las más importante es la del Estado de Alaska que paga cada
año una cantidad variable, dada la fuente de financiamiento, a todos los
habitantes del Estado (incluidos niños), sean nativos o afuerinos con seis
meses de residencia a lo menos. En total se paga a alrededor de 650.000
personas.
Peter S. Goodman, periodista
experto en economía, escribió un artículo sobre los recientes avances de Renta
Básica para el New York Times (15 de noviembre 2017). Ahí informa de los
siguientes experimentos que se realizan actualmente. En Europa, el artículo incluye los experimentos
en Finlandia, Holanda y Barcelona. En los Estados Unidos, el artículo menciona
los experimentos que se están preparando en Oakland y Stockton, (California).
También se menciona el experimento canadiense en Ontario y el experimento en
Kenia organizado por Give Directly, organización filantrópica que lleva
programas en África.
Un
antecedente interesante a la de la renta básica es la solución dada en las
ciudades del Estado de Utah, USA, en 2005, al problema social de los sintecho,
que nosotros con eufemismo llamamos “personas en situación de calle”. Los
sintecho significaban grandes costos al Estado en policía, salud, alimento,
tribunales, armonía social. La solución: departamentos gratuitos. No solo se
resolvió este grave problema social sino también se ahorró presupuesto. Varias
ciudades de Holanda, entre otras, siguieron pronto el ejemplo.
Los
partidarios de la renta básica universal se han organizado, en una asociación
de europeos primero y, luego, con inclusión de personas de otros continentes. En
efecto, en 1986 se realizó una conferencia en Lovaina La Nueva, Bélgica, donde
se acordó la creación de la asociación "Red Europea de Ingreso Básico
(BIEN)". Desde entonces realiza congresos cada dos años. A partir de enero
del 2000 publica NewsFlash, un informativo cada dos meses.
Además, mantiene un sitio WEB (basicincome.org). Dada la acogida de la idea en otros continentes
esta organización amplió su nombre a Basic Income Earth Network conservando el
acrónimo BIEN, en una conferencia realizada en 2004 en Barcelona.
Una
muestra del entusiasmo que provoca la idea en algunos sectores de Alemania es
la reciente formación del Bündnis Grundeinkommen, partido político
que hace campaña sobre el tema único de la introducción de un ingreso
básico en el país y que participó en
las últimas elecciones nacionales, septiembre de 2017.
Otra
prueba adicional de la vigencia de esta propuesta es la incorporación en la
agenda del reciente Foro Económico Mundial Davos 2018 del tema “¿El Ingreso
Básico Universal resuelve la pobreza y estimularía las economías?”, el día 26
de enero inmediatamente antes de la esperada intervención del mediático
presidente de los Estados Unidos. En una de las comisiones el Profesor de la Universidad
de Londres Guy Standing expuso sobre “trayendo dignidad con ingresos
básicos”.
Evidentemente
que se han expresado críticas a esta propuesta. Desde luego, hay quienes
propugnan que la protección social se logra mejor a través de la focalización
del gasto en vez de otorgar “derechos sociales universales”, como argumenta en
un editorial el diario El Mercurio (26
de enero 2018, p. A 3). Justamente el Ingreso Básico pretende eliminar, en la
medida de lo posible, algunas o todas de esas focalizaciones, y constituirse en
un derecho social universal. Otra observación que se realiza es que su vigencia
puede afectar la motivación por el trabajo. En los experimentos en que se han
analizado los resultados se desmiente la tendencia a la holgazanería. Lo que en efecto sucede es que trabajadores
insatisfechos con su empleo buscan otro que les provea mayor satisfacción.
Bueno, si un albañil tiene una vocación artística ¿no es acaso estupendo que
tenga la posibilidad de desarrollarla?
La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) también ha planteado dudas sobre
un eventual perjuicio para la negociación colectiva y para los sindicatos.
Puede
suceder que en países de afiliación voluntaria disminuya el interés por
incorporarse a los sindicatos, en medianas y pequeñas empresas. Otra duda se
vincula con el salario mínimo. Habría que cuidar en países que fijan un salario
mínimo obligatorio y, a la vez, experimenten con un ingreso básico universal,
que no surjan conductas inadecuadas tanto de los empresarios (congelar las
alzas de salarios) como de los trabajadores (tentación a renunciar al
trabajo).
El economista Guy Standing mencionado
anteriormente, que fuera importante personero de la OIT por largos años, es
actualmente vicepresidente honorario de BIEN. Publicó en el 2017 el libro Basic income: and how we can make it
happen. (London: Pelican/Penguin). Es conocido por la introducción del
concepto “precariat”, el precariado
como una nueva clase social. Precariat es un neologismo
derivado de las palabras precario y proletario.
Otras
observaciones son más generales.
1. Se cuestiona la viabilidad económica
y social de la esta iniciativa;
2. Se duda de la capacidad para abordar
las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad;
3. Se teme que esta propuesta pueda menoscabar
el estado de bienestar existente y, así, aumentar la pobreza y la desigualdad.
La validez
de estas observaciones generales depende de la real situación económica y
social de la sociedad de la cual se trate. Sin embargo, la globalización de la
economía, es decir el proceso de constitución de un mercado mundial, está
trastocando profundamente a las economías nacionales y a sus realidades
laborales. Las fusiones y adquisiciones de empresas, la desregulación, la
liberalización, la flexibilización, la externalización y la deslocalización de
empresas y empleos están entre los fenómenos que ponen en jaque a las grandes
construcciones de sistemas laborales y sociales anteriores. Eso está
sucediendo, por ejemplo, con el estado de bienestar europeo que se fue
construyendo a lo largo de muchos años de avances sociales y políticos
realizados, en ocasiones, después de dolorosas batallas sindicales. Hoy el
estado de bienestar en Europa ya no es lo que era. Sobre estos fenómenos, pero
en especial sobre las deslocalizaciones y el efecto sobre el empleo en
Alemania, Francia y España, el autor de este artículo hizo un estudio con
referencia al año 2004. (Véase Manuel Barrera; “Las deslocalizaciones: el nuevo
fantasma que recorre Europa”; Santiago: Diplomacia;
Academia Diplomática Andrés Bello; No.99; julio-septiembre 2004; pp.5-26).
Otro de
los procesos importantes que explica la actualización de la propuesta que nos
ocupa en este artículo es la cuantía y el ritmo del cambio tecnológico en
actual desarrollo y el que se prevé para los próximos años. Nunca en la
historia de la humanidad este cambio ha sido tan rápido ni tan ubicuo. Está en todos los sectores de la economía y
de la administración y lo está al mismo tiempo. Ello pone en entredicho la
capacidad de todas las sociedades para proveer empleos a todos los que lo
necesitan. Es cierto que el cambio tecnológico destruye y crea empleos. Pero
siempre sucede que los empleos que se pierden y los que se crean no afectan a
las mismas personas. Y un cambio amplio y rápido dificulta una recalificación
profesional a su ritmo.
¿Cómo
encarar el tema del empleo en el próximo futuro? He ahí un grueso problema para
gobernantes y gobernados. Rutger Bregman, afamado pensador holandés, en su
libro Utopía para realistas (Barcelona:
Ediciones Salamandra; 2017) argumenta que dos son las soluciones. Una, el
ingreso básico sobre lo cual afirma: “La situación nunca había estado tan
madura como ahora para la introducción de una renta básica universal e
incondicional…Una mayor flexibilidad en el puesto de trabajo exige que
dispongamos también de mayor seguridad. La globalización está erosionando los
salarios de la clase media….Y el desarrollo de los robots cada vez más
inteligentes podría acabar, (incluso ), con los empleos de los más favorecidos”
(Ibid.; p. 50). La otra solución
concurrente con la anterior sería, según este autor, la semana laboral de 15
horas.
Nosotros
en Chile deberíamos, como sugiere el ex Presidente Lagos, ir reflexionando
sobre la idea del ingreso básico y de cómo adecuar esta idea a nuestras propias
condiciones. Una experiencia acotada geográfica y socialmente nos daría luces
acerca de sus dificultades y de sus méritos.
El
Profesor Klaus Schwab, creador y director general del Foro Económico Mundial,
en su libro La cuarta revolución
industrial (Barcelona: Penguin Random House Grupo Editorial; 2016) analiza
las relaciones de las nuevas tecnologías en curso con el empleo. En una
importante observación general dice: “A la luz de estos factores impulsores,
hay una certeza: las nuevas tecnologías cambiarán profundamente la naturaleza
del trabajo en todas las industrias y ocupaciones. La incertidumbre fundamental
tiene que ver con la medida en que la automatización sustituya a la mano de
obra. ¿Cuánto tiempo tardará y hasta dónde llegará?” (p.54).
Son los
temas que nos plantea el futuro próximo. Ni el capitalismo neoliberal ni el
socialismo del Siglo XX aportan políticas adecuadas para enfrentar con éxito
esos desafíos. Las soluciones surgirán de nuevas ideas, de mentalidades
abiertas a los cambios que los desarrollos de la ciencia, de la tecnología y de
las relaciones sociales, algunos de ellos aún insospechados, nos deparen. El
futuro, aún incierto, se nos aparece actualmente como un cuadro pintado con
tenues colores. De lo que estamos cierto es que el S.XXI nos regalará una
economía y una sociedad que todavía no imaginamos cabalmente ni en sus bondades
ni en sus peligros.
En todo
caso, como dijo Albert Einstein, “tendremos el destino que nos hayamos
merecido”.
Santiago, febrero de 2018.
Estimado Manuel:
Te felicito por tu blog y por tu artículo sobre el ingreso básico universal. El tema está adquiriendo creciente importancia, y contaremos pronto con resultados de distintos experimentos, para observar cómo se van reemplazando los actuales subsidios por nuevos, cómo se financia, que comportamientos se cambian, a quienes se entrega ( mujeres u hombres, si es familiar o personal).
Standing es un gran promotor de la idea, argumenta bien. No sé si tuviste ocasión de ver por YouTube la sesión sobre este tema en el World economic forum último en Davos. Es interesante observar las distintas posiciones y en particular la experiencia india que expuso uno de los miembros del panel..
Chile debiera comenzar a discutir este tema a nivel académico y político, puede entenderse como una extensión del concepto del ingreso ético familiar. En algunos de los grupos que he formado sobre estrategia de largo plazo en Chile estamos trabajando en el tema digital y su impacto sobre la transformación del empleo. Hay pocos estudios en Chile y es necesario acelerarlos para anticiparse y adoptar medidas. Esta materia va de la mano, como tu bien dices, con el ingreso básico universal.
Un saludo afectuoso
Sergio Bitar
www.bitar.cl
ResponderEliminarTe felicito por tu artículo sobre el ingreso básico universal. El tema está adquiriendo creciente importancia, y contaremos pronto con resultados de distintos experimentos, para observar cómo se van reemplazando los actuales subsidios por nuevos, cómo se financia, que comportamientos se cambian, a quienes se entrega ( mujeres u hombres, si es familiar o personal).
Standing es un gran promotor de la idea, argumenta bien. No sé si tuviste ocasión de ver por YouTube la sesión sobre este tema en el World economic forum último en Davos. Es interesante observar las distintas posiciones y en particular la experiencia india que expuso uno de los miembros del panel..
Chile debiera comenzar a discutir este tema a nivel académico y político, puede entenderse como una extensión del concepto del ingreso ético familiar. En algunos de los grupos que he formado sobre estrategia de largo plazo en Chile estamos trabajando en el tema digital y su impacto sobre la transformación del empleo. Hay pocos estudios en Chile y es necesario acelerarlos para anticiparse y adoptar medidas. Esta materia va de la mano, como tu bien dices, con el ingreso básico universal.
Un saludo afectuoso
Sergio Bitar
www.bitar.cl