Lo
que la derecha llama “crisis” e “impacto desestabilizador”, no es otra cosa que
una propaganda hipócrita contra el pueblo venezolano, un discurso falso para
cubrir el bloqueo económico que sufre el pueblo de Bolívar y que cada vez se
agudiza, alcanzando los niveles del bloqueo genocida implementado contra Cuba.
Cristóbal León Campos / Especial
para Con Nuestra América
Desde
Mérida, Yucatán, México
El
deseo obstinado de la ultraderecha latinoamericana, servil a los intereses
imperialistas de los Estados Unidos, continua buscando formas de alcanzar su
sueño más preciado en los últimos tiempos; consumar un golpe que derroque al
gobierno de Nicolás Maduro y comenzar la destrucción de los avances sociales
logrados por la Revolución Bolivariana desde 1999. La generación de un
conflicto regional parecer ser una de la últimas estrategias a implementar, si
bien esta medida ha estado latente desde el inicio de las agresiones
ultraconservadoras, ahora adquiere un tono mayor, pues las fricciones
diplomáticas y políticas entre Venezuela y Colombia se agudizan, debido a que
Iván Duque, presidente colombiano, afirma que detrás de la reactivación bélica
de un sector de las FARC se encuentra el gobierno venezolano, obviamente, esta
afirmación sólo es un pretexto para agredir más a Venezuela y para distraer a
la opinión pública de las verdaderas razones por las que el grupo guerrillero
reclama el incumplimiento de los acuerdos de Paz.
En
el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA), por iniciativa del
gobierno colombiano con el apoyo del gobierno brasileño de Jair Bolsonaro, se
aprobó la activación del Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR), o, Tratado de Río por referencia al lugar en que fuera
firmado en 1947, la actual aprobación contempla “el empleo de la fuerza
armada”, para dar lugar a una posible intervención militar en Venezuela, once fueron
los países que apoyaron esta medida: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El
Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Paraguay, Honduras y República
Dominicana. De los treinta y cuatro países miembros de la OEA, diecinueve son
miembros del TIAR, por lo que con la votación mayoritaria los golpistas
venezolanos iniciaran una serie de reuniones que colindan con la próxima
Asamblea General de las Naciones Unidas que se efectuará en Nuevo York, buscan
que pronto el tema alcance a llegar a la mesa de discusiones.
El
descaro imperialista es tal, al grado de que la presencia de representantes
provocadores venezolanos aliados de Juan Guaidó, son recibidos y aplaudidos en
la OEA, hecho que viola las leyes internacionales, pues el gobierno
constitucional venezolano de Nicolás Madura, se retiró de la OEA por su abierta
política injerencista, siendo que cualquier otra simulación de representación
no es más que un desfalco al pueblo de la nación bolivariana, una muestra más,
de que en realidad a Guaidó y demás títeres únicamente les interesa ser fieles
a la mano que mece la cuna; los Estados Unidos y los intereses oligárquicos de
la derecha latinoamericana.
Hasta
la fecha se han efectuado al menos veinte reuniones convocadas por el TIAR,
ninguna de ellas ha llevado a cabo de manera abierta una intervención, pero
ahora, con la excusa creada por los golpistas al hablar de “crisis en Venezuela
y de su supuesto “impacto desestabilizador”, podría darse la primera
intervención abierta del TIAR. La realidad es la misma que desde años atrás, la
búsqueda de formas renovadas, recicladas, vueltas a poner en marcha y
reiteradas por los ultraconservadores latinoamericanos, los conduce a utilizar
todas las bajaras a su alcance y a mover todas las piezas que puedan en el
tablero del ajedrez geopolítico que vivimos, estas medidas vienen acompañadas
de la salida de John Bolton del gabinete del presidente estadounidense, Donald
Trump, medida que se muestra como un despido por los malos resultados en su
campaña contra la Revolución Bolivariana.
Lo
que la derecha llama “crisis” e “impacto desestabilizador”, no es otra cosa que
una propaganda hipócrita contra el pueblo venezolano, un discurso falso para
cubrir el bloqueo económico que sufre el pueblo de Bolívar y que cada vez se
agudiza, alcanzando los niveles del bloqueo genocida implementado contra Cuba.
No hay crisis en Venezuela, hay una guerra contra la Revolución Bolivariana que
desde décadas atrás, declaro ser partidaria del socialismo y comenzó su
construcción, inició la reformulación de la estructura social al interior del
país sudamericano y revirtió la influencia cultural e ideológica del
imperialismo, con una contraofensiva a la hegemonía estadounidense retomando
las raíces más puras del pensamiento latinoamericano y revolucionario del
mundo. Eso es lo que no perdona Estados Unidos y lo que tanto odio genera entre
los neofascistas, la actitud injerencista sobre Venezuela es muestra de esa
animadversión que siente la derecha ante las mejoras de la vida de la clase
trabajadora y de los sectores populares, nada de lo que digan y difundan en sus
cadenas televisivas, radiofónicas o de prensa es real, cuando se refiere a su
ambición de controlar la riqueza natural y humana de nuestros pueblos. La OEA
es en la historia latinoamericana la factoría de las intervenciones
imperialistas, de los golpes de Estado, de las dictaduras y de la
desestabilización regional que favorecen la dominación de los Estados Unidos,
la activación del TIAR es sólo la muestra de botón en la cesta de mierda injerencista
que tanto gusta propagar a la ultraderecha latinoamericana.
Integrante del Colectivo
Disyuntivas
Si el sistema es tan bueno porqué tanta gente ha salido de Venezuela y NO migra gente hacía allí?
ResponderEliminarSocialistas imbéciles; no aceptan que su teoría fracasó