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sábado, 21 de marzo de 2020

Coronavirus y política solidaria

Las posturas y actitudes de China y Cuba en esta época de la principal pandemia del siglo XXI, son un modelo a seguir por el resto de países del mundo que quieran generar verdaderamente una impactante solución a ese nuevo reto de la humanidad que representa el coronavirus.

Adalberto Santana / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de México

“…curar con el milagro del yodo, que quiere decir con la mejor medicina  y con el del cariño, la más alta expresión de la sensibilidad humana”.
José Martí

La crisis global manifestada con la crisis de la pandemia del coronavirus ha tenido tremendo impacto en todo el mundo. Probablemente en algunos países ha tenido un mayor peso en la salud de la población, en otros ha implicado una serie de condiciones políticas y en otras sin duda en gran parte del mundo ha comenzado a tener un fuerte condicionamiento en lo económico.

En la República Popular China la nación inicialmente más afectada, ahora rápidamente va dando muestras de su pronta recuperación. No sólo eso, ahora China anuncia su apoyo para combatir la pandemia en la República de Serbia. Así ha enviado ayuda médica y equipos médicos (1000 kits de pruebas rápidas que pueden dar resultados en tres horas). El domingo 15 de marzo el mismo presidente serbio, Aleksandar Vucic, dió a conocer que Serbia ha entrado en un estado de emergencia para así controlar la epidemia que ha afectado a 57 personas. Agregando que "sólo se permitirá (la entrada) a doctores chinos" (http://spanish.xinhuanet.com/2020-03/17/c_138884896.htm). Pero no exclusivamente en ese país balcánico se hace presente la ayuda china. También ella se brinda al país europeo más afectado como es Italia. A mediados de marzo de 2020, el mismo presidente Xi Jinping manifestó que su gobierno “apoya firmemente a Italia y tiene plena confianza en la victoria de Italia sobre la epidemia” (http://spanish.xinhuanet.com/2020-03/17/c_138884969.htm).

Con este tipo de aportes chinos, a la vez se muestra la fortaleza de una nación con un gran espíritu de cuerpo. Esto es, la disciplina del modelo socialista chino y la planeación de su desarrollo económico y social dirigido por el Partido Comunista de China. Lo que también prueba la madurez alcanzada en nuestro tiempo para enfrentar los retos de la magnitud de la pandemia, formalmente originada en la ciudad de Wuhan en la provincia de Hubei. Pensemos que ese apoyo de la República Popular China a los países balcánicos e Italia se inscribe en lo que el mismo Xi Jinping ha llamado “la cooperación internacional en el combate contra la epidemia y a la construcción de la Ruta de la Seda de la Salud”. Pero también hay que tener claro que en ese complejo escenario internacional de la nueva pandemia del siglo XXI, algunas versiones como lo comento el diario mundo.sputniknews.com, todavía no desmentidas por la Casa Blanca, señalan que el COVID-19 fue implantado en ese país asiático por el gobierno estadounidense. 

Pero en ese contexto también destaca la postura del gobierno cubano, quien, según sus propias fuentes informativas, Cuba se encuentra a la vanguardia de buscar una vacuna que enfrente al COVID-19. Así como también lo han estado haciendo los científicos chinos. Cuba ya se ha hecho presente con sus destacamentos de médicos cubanos tanto en Venezuela como en Nicaragua, apoyando a esos países con sus contingentes de médicos especializados en virología, epidemiología y clínica intensiva. Asimismo, al recibir a los pasajeros y tripulantes de un crucero inglés que no lo dejaban atracar en otros puertos del Caribe, Cuba por razones humanitarias le dio cobijo en el puerto de Mariel. Incluso el gobierno cubano atendió a los pasajeros enfermos de coronavirus, los cuales posteriormente partieron a Inglaterra. 

Las posturas y actitudes de China y Cuba en esta época de la principal pandemia del siglo XXI, son un modelo a seguir por el resto de países del mundo que quieran generar verdaderamente una impactante solución a ese nuevo reto de la humanidad que representa el coronavirus. Si bien muchos gobiernos en el mundo cierran sus fronteras como si con ello fueran a evitar la propagación del virus. Tal como lo hace el gobierno golpista de Bolivia que al expulsar tras el golpe de Estado a la Brigada Médica Cubana, hoy a mostrado como el gobierno de la presidente de facto, Jeanine Áñez, muestra lo precario del sistema de salud boliviano. Así, la real amenaza no es la pandemia del COVID-19, si no la falta de solidaridad entre los gobiernos que juntos deben buscar una alternativa común a la salud de los pueblos del mundo. Recordemos que  lo más preciado de todos los seres humanos es su bienestar físico, protegiéndolo comúnmente se podrá vencer cualquier epidemia.  Cuba y China por eso van a la vanguardia en la búsqueda del bienestar de la salud de los pueblos del orbe. Así, la colaboración en la producción de medicamentos para combatir la pandemia, comienza a dar excelentes resultados como es la producción del antiviral interferón alfa 2B. Producto generado en la planta mixta cubano-china ChangHeber, del Centro de Ingeniería Genética y Biotenología (CIGB), que se le administra de manera preventiva al personal médico y a los pacientes de la COVID-19. Vale así recordar nuevamente a  José Martí cuando afirmaba en tiempos como los de ahora de epidemias a derrotar que: “La verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave: la Higiene es la verdadera medicina. Más que recomponer los miembros desechos del que cae rebotando por un despeñadero, -vale indicar el modo de apartarse de él”.[1]


[1] José Martí, “Abono.- La sangre es un buen abono”, Obras Completas, T. 8, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, p. 298.

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