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sábado, 23 de mayo de 2020

La pandemia de la globalización neoliberal

La Humanidad y la Tierra se han convertido en víctimas de una pandemia que ya lleva medio siglo, y para la cual no se ha encontrado “medicamento” ni “vacuna”: la globalización neoliberal. 

Alvaro Vega Sánchez / Para Con Nuestra América

El filósofo y teólogo Raimon Panikkar, nos plantea una disyuntiva realista: “Hoy las alternativas son ineludibles: o bien la humanidad arriba a una nueva fase y la abraza, una fase a la que podríamos llamar post-histórica y que supone una mutación del ser humano mismo, o bien una minoría de la especie humana continúa destruyendo la Tierra, provocando finalmente un aborto cósmico que malogrará por completo cualquier posibilidad de que la vida prospere en este planeta” (Panikkar, Raimon (2014) La religión, el mundo y el cuerpo. P. 97. El destacado es nuestro).

¿Qué está impidiendo esa “mutación del ser humano” para garantizar una vida digna y saludable? ¿Por qué se prefiere apostar por sistemas de producción, consumo y acumulación que son destructores de la vida? ¿Podrán las pandemias menores, como las que estamos sufriendo hoy, contribuir a que el ser humano se decida por esa mutación sustantiva? 

Por una parte, las dos grandes conquistas de la modernidad: la razón y la libertad, se pervirtieron. Como bien señala Artadi, la razón se convirtió en razón instrumental y la libertad en liberalismo individualista. La razón instrumental es depredadora por excelencia y la libertad individualista es esencialmente egoísta. El modelo de globalización neoliberal elevó a la enésima potencia ambas perversiones, al punto de constituirse en la amenaza más letal para la misma especie humana y su hábitat.    

Llegamos a tocar techo. EL 99% de la riqueza concentrada en un puñado de individuos que representa apenas el 1% de la población mundial. En Costa Rica, tres multimilllonarios pertenecientes a esa élite están entre los 100 más ricos de la región, según la revista Forbes, con ingresos mensuales que ascienden a 114.535 millones de colones (Semanario Universidad, 21/4/2020). Y el racionalismo economicista nos ha conducido a la probabilidad de que la temperatura del planeta traspase los 2° C, lo que ya nos tiene al borde de una catástrofe ecológica. 

Por otra parte, se anuncia la posibilidad de la “irrelevancia del ser humano” (Harari) con el avance de la inteligencia artificial. Efectivamente, de continuar por esos mismos senderos del racionalismo instrumental y el individualismo libertario, que hoy también están marcando pauta más allá de occidente, la profundización de la tragedia humana y eco-ambiental será inevitable. 

Los ricos no van a salvar el mundo, como algunos siguen pregonando. Los pobres y miserables de la tierra nunca han sobrevivido con las migajas que caen de sus mesas. Y es que, como señala Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, esa minoría del 1% solo alcanza a entender que su destino está ligado a cómo vive el otro 99% cuando ya es demasiado tarde.    

De ahí, el espejismo tenebroso de un mundo, que avanza hacia una tierra prometida, en medio de la aridez de un desierto donde muchos mueren, otros apenas sobreviven alimentándose de ilusiones, mientras una ínfima minoría va disfrutando de los privilegios que ofrecen los “oasis” de riqueza y prosperidad.

Hubo un país pobre en el centro de América, que un día apostó por calzar a sus niños, brindarles educación gratuita, ofrecer servicios universales de  salud, nacionalizar la banca, eliminar el ejército y conservar el 25% de su territorio como parques nacionales. Por todo ello, parecía que en este país se estaba produciendo la deseada mutación de un ser humano garante de una vida más digna y saludable. Lamentablemente, no logró resistirse al contagio de la pandemia de la globalización neoliberal. 

Hoy, este país tiene el índice más bajo de mortalidad por causa del COVID 19 en América Latina, gracias a las fortalezas de una institucionalidad social que pudo capear parcialmente la embestida de la pandemia de la globalización neoliberal. Esto es una prueba más de que también es un país con capacidad para dar la batalla contra esta pandemia socialmente letal.

*Sociólogo.                                                         

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