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sábado, 23 de mayo de 2020

Tensión internacional: pulso entre Estados Unidos e Irán en aguas del Caribe dirime futuro de Venezuela

En próximas horas se producirá en medio del mar Caribe lo que podría considerarse la re-edición de la crisis de los misiles rusos en Cuba de 1962 que puso al mundo a punto del inicio de una guerra termonuclear, con un remake (nueva versión) que lo más posible a futuro los historiadores lo reseñarían como la crisis de los buques iraníes en Venezuela de 2020.

Iván Aguín / cronicon.net 

La cooperación iraní para abastecer de gasolina a Venezuela

Luego de que hace un poco más de 15 días un par de aviones de trasporte iraníes aterrizaron en el aeropuerto internacional Josefa Camejo en la península de Paraguaná, estado Falcón, con equipos y repuestos (catalizadores, unidad de craqueo catalítico, válvulas, etc.), necesarios para la re-operación del complejo refinador de Paraguaná (refinería de Amuay + refinería Cardón), antiguamente hasta 2011, el más grande del mundo (capacidad de refinación de 1.000.000 de barriles de petróleo diarios y de convertir los mismo en 66.000.000 de litros de gasolina + aceites y demás derivados, más que suficiente para abastecer a toda Latinoamérica o el este de los Estados Unidos de gasolina), solo superado actualmente por la refinería Jamnagar de la India con capacidad de procesar 1.200.000 barriles. Recientemente con ayuda rusa se reactivó el complejo refinador del Palito, estado Carabobo, el cual tiene una capacidad limitada de 140.000 barriles de procesamiento, y por fallas no subsanadas en su unidad de craqueo catalítico, solo está produciendo combustible diésel que solo sirve para satisfacer el consumo interno venezolano, siendo la razón de que el país no se haya paralizado totalmente, y se mantenga las líneas de suministros de alimentos, y la movilización de equipo militar y demás, por cuanto es el combustible utilizado por los vehículos pesados de trasporte.

La proyectada solución ante el bloqueo y sanciones de Estados Unidos

Así que una vez reparado y puesto a funcionar el complejo refinador de Paraguaná, solo se requiere la llegada de los insumos químicos catalizadores que se necesitan, para ponerle a operar, lo cual como toda industria de grandes dimensiones, requiere una reactivación gradual por fases hasta llegar a su activación total, de allí que además de los insumos, se requiera de gasolina procesada, para llenar los depósitos e inventarios, y así ir gradualmente satisfaciendo el ciclo de consumo sin afectar inventarios, algo que gradualmente con las sanciones y bloqueo, los EE.UU. han logrado llevar a Venezuela hasta el cuasi colapso total. Y es aquí cuando entra la vital ayuda de Irán, que a partir del pasado 30 de marzo, partieron cargados desde el puerto de Bandar Abbas (ubicado en el golfo Pérsico frente al estrecho de Ormuz en la provincia iraní de mismo nombre), 5 buques iraníes (Fortune, Petunia, Forest, Faxon, y Clavel), cada uno de ellos tiene una capacidad aproximada de 800.000 barriles de petróleo (que permiten producir 127.000.000 de litros de gasolina), lo que hace presumir que en gasolina (4 buques) van camino a Venezuela 508.000.000 de litros de gasolina (más de 2.000.000 de litros para consumir por día en lo que resta del año, capacidad más que suficiente para surtir 70.000 automóviles día, unos 500.000 vehículos a la semana, es decir, alrededor del 25% del parque automotor venezolano, y si a eso se le suma modestamente que con el arranque de producción gasolinera en Paraguaná en un minúsculo 10%, la peor de las estimaciones), 7.000.000 de litros de gasolina día se añadirían, surtiendo con ello al 100% del parque automotriz con un superávit del 15% de más, es decir, la crisis gasolinera llegaría totalmente a su fin, y si a ello se le suma un buque carguero completo de insumos químicos catalizadores para destilar gasolina, es decir 800.000 litros del mismo, esa cantidad da para destilar gasolina a toda capacidad de Amuay y Cardón juntas por tres años sin parar (unos 72.270.000.000 de litros de gasolina, una cantidad que no puede consumir Venezuela por si sola ni en 50 años). Es decir, el aporte iraní rompería prácticamente con el bloqueo, a Venezuela nunca más se le podría asfixiar, por lo menos en materia energética, lo que denota, la suma importancia de este embarque, prácticamente constituye el futuro de Nicolás Maduro, de la Revolución Bolivariana y del propio país.

En juego la geopolítica global


Esta situación lo saben perfectamente EE.UU., Venezuela, Irán, Rusia, China, de allí que la partida de póker que se está jugando es de altos quilates, lo que le da un sentido explosivo a lo que en las próximas horas se puede definir. Está en juego la geopolítica global de por lo menos los próximos 30 años, y de allí la relevancia que hay que otorgarle a la movida iraní, la cual puede estar a la altura de la crisis de los misiles de 1962, que en buena medida definió el equilibrio mundial hasta 1991 cuando cae la Cortina de Hierro, el muro de Berlín y la URRS.
Estados Unidos dimensiona que el destino de su política de bloqueo total a Venezuela se está jugando, de allí su amenaza de cateo y decomiso de todo buque petrolero que intente entrar o salir del país bolivariano mediante el uso de su IV Flota en los límites del mar territorial.

La respuesta de Irán frente a las amenazas de Washington


Ante la reacción de Estados Unidos, la respuesta inmediata y enérgica de Irán no se ha hecho esperar. Su ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, expresó: “advierto a Washington, que si despliega su armada contra varios petroleros de la República Islámica que se dirigen a Venezuela con combustible, se amenaza seriamente la libertad de comercio, la navegación internacionales y el libre flujo de energía, e Irán se reserva el derecho a tomar todas las medidas oportunas necesarias y recíprocas, incluidas acciones decisivas, para asegurar sus derechos legítimos y sus intereses contra semejantes políticas de acoso y prácticas unilaterales e ilegales”.

Adicionalmente, Irán convocó al embajador suizo en Teherán para transmitirle directamente de las consecuencias de la detención o abordaje de sus buques en aguas internacionales(Suiza representa los intereses de Estados Unidos ante la República Islámica, ya que estos dos países no tienen relaciones diplomáticas desde hace cuatro décadas).

Lo anterior significa que si Estados Unidos detiene, aborda, catea y/o decomisa los buques iraníes, inmediatamente Irán detendrá, abordará, y retendrá buques petroleros estadounidenses o aliados en el golfo Pérsico, específicamente en el estrecho de Ormuz, lo que representaría un conflicto de grandes dimensiones, de repercusión mundial, que colapsaría el libre tránsito del comercio energético a nivel global (el tránsito de buques petroleros en el estrecho de Ormuz representa el 75% del tránsito de petróleo a nivel mundial).

Esta situación representaría el comienzo de un conflicto del cual no se tiene resultas predecibles, por cuanto Irán no juega con sus palabras; “no juega carrito”, como dicen en Caracas. Un ejemplo de la reacción firme de la nación persa se dio en 2019 cuando le retuvieron un buque petrolero con dirección a Siria en Gibraltar. En represalia, retuvo dos buques británicos en el estrecho de Ormuz y los fondeó en sus puertos, obligando con ello la liberación de su buque terminando la carga en su destino, y la última vez antes de este último llamado al embajador suizo en Teherán, fue precisamente horas antes de ordenar destruir un par de bases militares estadounidenses en Irak en retaliación por el asesinato con drones del general Suleimani en Bagdad.

Irán no anda con titubeos, cumple con sus advertencias y amenazas, y eso Washington lo sabe, así que cualquier paso o acción que realice contra estos buques, Washington lo tendrá que meditar muy bien, y esta circunstancia es la que se plantea en los próximos días.

Expectativa por desenlace


El asedio y ataque a Venezuela en los últimos días guarda gran similitud con la crisis estadounidense-soviética de 1962. Al igual que el fracaso de la incursión mercenaria estadounidense del pasado 3 de mayo mediante la frustrada Operación Gedeón que buscó iniciar la invasión a Venezuela a través de bahía de Macuto, meses previos a la crisis de los misiles ocurrió el fiasco de bahía de Cochinos, e inmediatamente la URSS comenzó a trabajar en la instalación de una de sus bases en Cuba con el propósito de desplegar misiles nucleares de mediano y corto alcance. Ello obligó al presidente John F. Kennedy, el 22 de octubre de 1962, decretar y establecer una cuarentena y “cerco naval” alrededor de la isla, desplegando en consecuencia barcos y aviones de guerra estadounidenses en el mar Caribe a partir del siguiente día, situación que escaló hasta la amenaza de detener, abordar, catear y decomisar buques soviéticos, sobre lo cual las autoridades de la URSS advirtieron que cualquier intento de Estados Unidos en ese sentido sería considerado un acto de guerra, poniendo prácticamente al planeta en vilo de una guerra termonuclear de grandes dimensiones. Al final, Washington no se atrevió a tocar buque soviético alguno, más los rusos desplegados en Cuba derribaron un avión estadounidense de espionaje U2. Ese enfrentamiento entre ambas potencias culminó con un acuerdo consistente en el retiro tanto de los misiles rusos de Cuba como de los desplegados por Estados Unidos en Turquía, así como con un pacto de no invasión sobre Cuba, el cual se ha cumplido y acatado hasta el día de hoy, aunque el bloqueo económico y político, considerado una crimen de lesa humanidad, se mantiene y se ha endurecido con el gobierno de Trump.

Si Washington actúa en contra de los buques iraníes, la consecuencia será un conflicto de grandes dimensiones y de escalada impredecible que puede tener repercusiones mundiales, no solo de carácter militar y diplomático, sino económicas que de seguro serían desastrosas ante la plena recesión por la pandemia del Covid-19.

En el escenario contrario, es decir, si Estados Unidos no enfrenta a Irán y los buques de este país persa llegan a puertos venezolanos, el plan sistemático aunque frustrado de Washington de intervenir en Venezuela para buscar la caída de Maduro y poner fin a la Revolución Bolivariana, sería otro fracaso de la administración de Donald Trump.

En consecuencia, el intento de invasión y de acecho al Estado venezolano por parte de Estados Unidos con la activa participación del gobierno colombiano de Iván Duque, prácticamente resultaría otro fracaso para Washington, y lo peor para la administración Trump, es que al igual que la Revolución Cubana, el proyecto chavista de la Revolución Bolivariana terminaría por afincarse.

La pelota está en cancha de Washington y se verá en las próximas horas si bloquea o no el ingreso de los buques iraníes a puertos venezolanos. A este escenario el gobierno de Maduro con la colaboración de Rusia y China tras bastidores, e Irán en primera línea, han llevado al Tío Sam.

El resultado de este enfrentamiento entre la potencia norteamericana y la nación persa por el ingreso de los buques iraníes a Venezuela definirá en buena medida el futuro de Nicolás Maduro.

Ya el primer buque, el Fortune, está cruzando el Atlántico, se espera su arribo a aguas venezolanas entre este viernes 22 o sábado 23 de mayo. Expectativa y revuelo por el desenlace.

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