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sábado, 27 de marzo de 2021

Argentina: Primer tiempo y ¿después qué?

 Nadie cree que Mauricio Macri haya escrito un libro, ni el mismo Vargas Llosa que funge de amigo y lo azuzó desde la pantalla con los cambios radicales, el gradualismo o mayor rapidez. Todo el mundo sabe también, el triste papel de difusor del neoliberalismo que es Vargas Llosa desde hace décadas. 

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América

Desde Mendoza, Argentina


Podría haberlo denominado Historias mínimas, como el título del film de Carlos Sorín, pero en honor a su talento me negué. Tampoco es mínimo cada gesto que hace la derecha, si bien sus protagonistas negadores intencionales, expresan todo lo contrario en su discurso, dejar que pase de largo es dañino porque, “el miente, miente, que algo queda” siempre lleva agua para su molino. Y… si hay un primer tiempo, esperan completar otro más devastador, cuando las mieses de estos cuatro años estén a punto.  

Fiel a su estilo, Mauricio Macri presentó su libro Primer tiempo, haciendo un balance de su pasada gestión. El acto se celebró en el Centro de Convenciones Buenos Aires, en el coqueto barrio de Recoleta en Palermo.
  

Estuvieron presentes los principales dirigentes de Juntos por el cambio, miembros de la mesa de conducción y funcionarios que acompañaron la gestión, como el ministro Nicolás Dujovne y los titulares del Banco Central, quienes están siendo investigados por el gran endeudamiento ligado al Fondo Monetario y la fuga de capitales originada por los préstamos.

 

Dirigente de fútbol, que es lo único que parece entender o al menos hace alarde, dado que le dio la base para ingresar al ruedo político, al comenzar y dar la bienvenida a los concurrentes habló de su primer libro, diciendo que podría transformarse en una saga: entretiempo, segundo tiempo, definición por penales, alargue, según la agenda que le marca el kirchnerismo, enemigo íntimo que parece ser su pesadilla.

 

Varios de los que lo acompañaron en la exposición, definieron al texto lanzado como memorias de su gobierno con éxitos y fracasos. Alguno de ellos enfatizó su transparencia. Coherente con la adinerada convocatoria y de espaldas al ciudadano de a pie.

 

Su arenga se centró en su lucha contra el populismo, término al que tienen que haber recurrido sus entrenadores para facilitarle un madero de salvación al cual asirse en medio de los manotazos que podía someterlo su aparición en público, teniendo en cuenta los tiburones que se disputan la vacancia de conducción de Cambiemos. Reiterar la palabra con énfasis, fue para él como enarbolar el pulgar de emperador del circo romano, dado que enardeció a la concurrencia y le devolvió al lugar de dueño de la platea de la cancha de fútbol, el calor popular que siempre envidió. Todo un circo, de ricos y famosos, pero circo al fin.

 

En previsión a su escasa verborragia, la presentación estuvo compartida con varias intervenciones, la del nobel de literatura, la del filósofo Fernando Savater, la del ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti en dos oportunidades, el cineasta Juan José Campanella, la periodista jujeña Rosario Agostini, la política española, Pilar Rahola Todos elogiaron la sinceridad y honestidad y, desde luego, lo que nunca falta en las exhortaciones de la derecha, su amor por la democracia, la república y la libertad, cuando sabemos que es todo lo contrario. Pero bueno… volvemos siempre al miente, miente que algo queda.

 

Nadie cree que haya escrito un libro, ni el mismo Vargas Llosa que funge de amigo y lo azuzó desde la pantalla con los cambios radicales, el gradualismo o mayor rapidez. Todo el mundo sabe también, el triste papel de difusor del neoliberalismo que es Vargas Llosa desde hace décadas. 

 

El ex secretario de Cultura, Pablo Avelluto y el ex asesor Hernán Iglesias Illa lo redactaron y, el supuesto autor debería haberlo releído y corregido algunos errores, como la fecha de la muerte de padre Franco que ocurrió en marzo de 2018 y el texto dice febrero de 2019. Pero bueno… no bien partió su progenitor le echó sus culpas.

 

En boca de un mentiroso lo cierto se hace dudoso. Y Mauri siempre mintió. Su madre lo castigaba por sus mentiras, mientras su padre expresó que era un bolu… 

 

Dentro del entorno familiar tiene aliados y otros que no lo son. Su hermana menor, Florencia fue sometida a espionaje, al igual que su fallecida hermana Sandra y su cuñado Néstor Leonardo, también fallecido. Gianfranco es su aliado y testaferro como su primo Ángelo Calcaterra. El arrepentido Mariano Macri quiso obtener las cintas grabadas que lo delataban en el libro “Hermano” que redactó el periodista Santiago O’Donell, seguramente por presiones del ex presidente involucrado en ilícitos manifestados por su hermano menor. Con sus hijos tampoco la relación es buena, salvo con la más pequeña, fruto de su relación con Juliana Awada. Sin caer en psicoanálisis de café, si el infierno son los otros, las reuniones familiares pueden ser una ilusión.

 

Todo es así en el planeta M. Nunca trabajó y las reiteradas vacaciones durante el período presidencial le valieron el mote de domador de reposeras, hecho que no desmiente en sus reuniones por zoom. Si algo le importa es su bolsillo y el de sus amigos.

 

El circulo vicioso del neoliberalismo asentado sobre el trípode grandes empresarios, jueces adeptos y medios de comunicación, hacen posible esta manifestación de distorsión de la realidad, puesta de manifiesta en esta escenografía planeada y concurrida.

 

Tampoco puede dejarse pasar la fecha elegida, días antes de cumplirse los 45 años del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976. Fecha que desboca la furia represiva de los militares que posibilitó la rapiña de los grupos que concentraron la riqueza en pocas manos. Ocho grandes grupos fueron ganadores y transfirieron sus deudas al pueblo. Uno de ellos, SOCMA, Sociedad Macri. Autopistas, carreteras, obras públicas y estadios para el Mundial 1978 fueron distribuidas entre ellos. 

 

La democracia recuperada nació sometida al gran endeudamiento y fue imposible salir del yugo, la salida de Raúl Alfonsín fue una muestra, la traición de Carlos Menem y lo que vino una década después, otra. Que en el gobierno de Cambiemos se haya puesto en duda la cantidad de desaparecidos por miembros del gabinete, es parte de ese discurso mentiroso que dice perseguir la democracia, la república y la libertad.

 

Necio sería pecar de inocentes. Dejar pasar la ficción por crónica realista, peor aún. Siempre puede haber un distraído que hurgando mesas de saldos de libros, elija un ejemplar de este librejo y creer lo que dice. Cada uno es dueño de intoxicarse como quiera.

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