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sábado, 1 de mayo de 2021

Venezuela: Dimensión internacional del diálogo

 Elecciones que se realicen con electores presionados por el impacto de las sanciones, el cerco diplomático y la retención de activos en el exterior no serían libres. Sólo un acuerdo previo, producto de una negociación entre Caracas y Washington, puede crear las condiciones para la estabilización de las instituciones y de la vida democrática en el país.

Leopoldo Puchi / El Universal


Juan González, director de la Casa Blanca para el hemisferio occidental “no anticipa dialogo directo de Estados Unidos con quien ejerce el poder en ese país (Venezuela)”, comentaba recientemente CNN. Por ahora, González opina que deben realizarse conversaciones entre Nicolás Maduro y representantes del Frente Amplio.

 

Con la elección de Joe Biden se esperaba que se iniciara una negociación sobre el conflicto entre los dos Estados, que sería la vía diplomática para despejar desencuentros y llegar a puntos de entendimiento, como ha ocurrido en muchas circunstancias. 

 

La negociación entre La Habana y Washington durante el gobierno de Barack Obama es una de las modalidades que se ha utilizado, pero existen diversos modelos de negociación que pueden ser útiles. Ahora, lo que resalta en esta ocasión es que se descarta de plano cualquier conversación o encuentro.

 

REDISEÑO

 

El punto de litigio más importante entre los dos países es la separación de Venezuela del dispositivo geopolítico estadounidense, decisión que no es aceptada por Washington y que condujo a la elaboración en la Casa Blanca de una estrategia de cambio de gobierno en Venezuela. Una materia delicada en las relaciones internacionales, porque las normas que regulan esos lazos no permiten que el gobierno de un país impulse y diseñe ningún tipo de estrategias para cambiar el gobierno de otro país.

 

La estrategia inicial apuntaba a un derrocamiento militar, para luego producir un traspaso del poder a sectores civiles por medio de elecciones en un nuevo contexto. Para provocar el alzamiento castrense se recurrió al bloqueo por medio de sanciones y a la creación de una imagen de poder dual, con apropiación de activos en el exterior.  Sin embargo, la meta no fue alcanzada, por lo que se ha rediseñado el plan sin abandonar el objetivo.

 

“CONCESIONES”

 

Geoff Ramsey, de WOLA, una ONG vinculada a los demócratas, no ve un panorama viable para el abandono por Washington del uso de las sanciones para alcanzar su objetivo, aunque considera WOLA que algunas de las medidas de Washington pudieran aliviarse a cambio de concesiones del Gobierno. Pero se trataría de concesiones en términos de espacios de poder.

 

Esta perspectiva se inscribe en el rediseño realizado, en el que el denominado ‘mantra’ del “cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres” ha sido sustituido por la idea condensada de elecciones libres.

 

Cuando se habló de elecciones libres en 2019, lo que se planteaba era la salida previa de Nicolás Maduro, para que fueran ‘libres’. En el nuevo rediseño no se apunta hacia esa salida completa del poder, previa a elecciones, sino de porciones de poder, en particular un traspaso del poder electoral y de la esfera judicial, y en una ruta algo más prolongada.

 

En el sentido de transferencia de espacios de poder del Estado, WOLA ha dado a conocer tres áreas de interés inmediato. La primera de ellas es, por supuesto, el CNE. Luego estaría la relativa a la cesión de cuotas en las funciones de gestión correspondientes al Ministerio de Salud y en el manejo de la pandemia del Covid-19. Un tercer aspecto es la asunción de funciones propias del Estado venezolano por ONG, en el marco del Programa Mundial de Alimentos.

 

NEGOCIACIÓN

 

En el rediseño de la estrategia, la sumatoria de concesiones permitirían alcanzar el objetivo del cambio de gobierno y la reinserción de Venezuela en el dispositivo estadounidenses a mediano plazo y no en la óptica más inmediatista de Donald Trump,

 

Ahora bien, elecciones que se realicen con electores presionados por el impacto de las sanciones, el cerco diplomático y la retención de activos en el exterior no serían libres. Sólo un acuerdo previo, producto de una negociación entre Caracas y Washington, puede crear las condiciones para la estabilización de las instituciones y de la vida democrática en el país, ya que una negociación relacionada solo con la dimensión interna del conflicto deja de lado un elemento básico: la disputa entre dos Estados en función de sus intereses. 

 

En el nuevo diseño no se contempla la negociación previa con Venezuela sobre las relaciones entre los dos países para llegar a entendimientos en materias de seguridad, tráfico de drogas o intercambios comerciales, lo que pudiera conducir a establecer convenios de cooperación beneficioso para los dos países, en el marco de la igualdad soberana entre Estados. Sin esos acuerdos, las tensiones se mantendrán sin que haya progresos.

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