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sábado, 6 de noviembre de 2021

Migración y la política de expulsión

 La crisis actual que se vive en el mundo por los ciclos económicos del capitalismo hace que los inmigrantes sean expulsados con mayor crudeza, aunque también se sabe que muchos son admitidos sin concedérseles derechos elementales, para reforzar los ejércitos de reserva de la mano de obra barata.

Cristóbal León Campos / Para Con Nuestra América

Desde Mérida, Yucatán. México


La actual política migratoria de los Estados Unidos no ha variado respecto a las administraciones anteriores: el rechazo y la expulsión de los migrantes es el común denominador desde décadas atrás, con un incremento en la deshumanización del trato, ya no solo a los adultos, sino marcadamente con los infantes, que durante el Gobierno de Donald Trump fueron criminalizados al grado de ser encerrados en jaulas y separados de sus padres, esto, sin importar su nacionalidad ni las condiciones físicas en las que se encuentran. 

 

Las actuales caravanas de centroamericanos y caribeños hacia el “sueño americano” van dejando también luz sobre la forma en que el Gobierno mexicano ha adaptado la política de expulsión y desprecio implementada por el imperio estadunidense, las relaciones comerciales imperialistas y los intereses políticos han conllevado a un pacto que se expresa por medio de la represión, la persecución, la discriminación y demás formas inhumanas hacia los migrantes, ocultado las causas reales que los llevan a verse forzados a dejar sus naciones de origen e intentar cruzar la frontera que divide las dos Américas; la sajona y la nuestra.

 

El gobierno de Joe Biden ha mantenido las formas violentas hacia la migración, apenas hace unas semanas circulaban en los medios de comunicación y las redes sociales fotografías de agentes fronterizos agrediendo a haitianos y otros inmigrantes, siendo además que en esas imágenes podía verse la actitud totalmente consciente y el disfrute de quien ejercía esa violencia. Únicamente por la presión internacional y de forma discursiva, pero, no real, el Presidente estadunidense señaló que se tomarían cartas en el asunto y que debían ser suspendidas esas acciones. La realidad es que a diario miles de seres humanos en su intento desesperado por alcanzar mejores condiciones de vida, son violentados, discriminados e incluso asesinados, por gobiernos y redes delictivas, que no ven en ellos más que campañas políticas o ganancias manchadas de sangre. 

 

La crisis actual que se vive en el mundo por los ciclos económicos del capitalismo hace que los inmigrantes sean expulsados con mayor crudeza, aunque también se sabe que muchos son admitidos sin concedérseles derechos elementales, para reforzar los ejércitos de reserva de la mano de obra barata. Es de notarse a través de la historia que los flujos migratorios, su tolerancia o no, están claramente ligados a la situación económica del imperio. Las cifras actuales hablan de la crisis que en el seno los Estados Unidos acontece, su pérdida de hegemonía en el mundo, su guerra comercial con China y Rusia y las disputas políticas que sostiene con diversas naciones por su obstinación de dominio, son manifestaciones del ciclo final de injerencia y debacle de su política imperialista, aunque claro, este es un proceso complejo que tiene aún  mucho por revelar. 


La migración es un derecho humano que desde hace décadas presenta como característica principal  la urgente realidad de millones de seres humanos que viven en condiciones extremas de explotación e injusticia, situación que es resultado de las políticas económicas capitalistas que incrementan la desigualdad para favorecer el enriquecimiento de unos pocos. Las caravanas migrantes son reflejo de esas medidas y de su crisis y, por lo tanto, también lo son de la necesidad de un mundo nuevo.

 

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